Monday, March 15, 2010

Diario de Espera de Ejecución de Kevin Varga – DÍA 33

He visto la peor cara posible de la humanidad desde que llegué al Pabellón de la muerte, al igual que la mejor. Se preguntarán: ¿Cómo puede ser esto? Bueno, pues déjenme pasarles una historia que, aunque no es mía, es verídica. Un hombre que ya ha sido ejecutado, dijo esta historia que el tituló: “¿Qué se encuentra dentro de la bolsa?” Cuando llegó inicialmente al pabellón, llegó a la unidad vieja en donde se hospedaba el Pabellón de la Muerte. Bueno, pues llegó a su nuevo hogar, el cual solo podía describirse como monótono, y créanme que, en comparación, ¡la celda dentro de la cual estoy obligado a existir es sumamente elegante, a decir la verdad! Bueno, pues allí se encontró en esta celda vacía con los ruidos del pasillo de celdas haciendo eco alrededor de él. Estaba asustado y nervioso. Después de todo, estos eran los peores criminales en el sistema de Texas. En ese momento se acercó un hombre al frente de su celda y le preguntó su nombre. Sin saber qué decir, el hombre dijo su nombre entre dientes y para su total shock y sorpresa el otro hombre se inclinó hacia fuera para dirigirse al resto del pasillo de celdas. “Oigan, tenemos un novato aquí sin ninguna pertenencia, ¿alguien quiere ayudarle?” Y entonces el hombre se desapareció mientras que varios hombres gritaban. Nuevamente se encontraba el hombre solo con sus pensamientos. Un poco de tiempo después, una bolsa de papel café fue pasada a través de los barrotes hacia el hombre. No tenía ni idea de quién había pasado la bolsa dentro de su celda. Durante un largo tiempo se le quedó viendo a la bolsa, preguntándose cuál sería el propósito de esta bolsa. Entonces, cuando ya no pudo más con su curiosidad, acercó la bolsa con su pie para abrir la porción doblada. Dentro había shampoo, jabón y algunas cosas para comer. El hombre nunca supo quién le había dado tales regalos, pero en otras ocasiones se le pidió a él que diera al llegar otros hombres al pabellón.

He guardado esta historia dentro de mi cabeza durante años desde que la leí poco después de que el hombre lo mandó para publicarse en un foro el cual no recuerdo. He sacado esta historia de mi memoria cuando han existido ocasiones en que he necesitado recordar que no todo hombre aquí conmigo es un monstruo que la sociedad nos hace creer ser. Yo sería el primero en admitir que existen hombres en este lugar que caben dentro de la descripción, pero son más los que no caben en ese grupo que los que caben.

Si un hombre está dispuesto a cambiar y arrepentirse, ¿no se nos debería dar esa oportunidad? Tengo menos de sesenta días para vivir, y yo tendría la esperanza que algunos de ustedes que tienen opinión adversa acerca de mi persona y hombres como yo pudieran ver dentro de sus corazones y preguntarse, si una de las personas que ustedes aman estuviera en mi lugar, ¿no querrían que ellos pudieran buscar ayuda? Cierro con ese pensamiento por ahora.

Kevin Varga 999368
Polunsky Unit
3872 FM 350 South
Livingston, Texas 77351



© Copyright 2010 por Thomas Bartlett Whitaker y Kevin Varga.
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