Monday, March 1, 2010

Diario de Espera de Ejecución de Kevin Varga - DÍA 19

La fecha de hoy es Marzo 1, 2010. La única razón por la cual menciono esta fecha es para puntualizar la indomabilidad del espíritu humano. Mañana, un hombre será asesinado por el estado de Texas. Su nombre es Michael Sigala. En una ocasión como esta parecería que la atmósfera aquí sería sombría, pero ese no es el caso. Estos hombres están riéndose y recordando los buenos tiempos que han compartido. Yo también he compartido algunos de esos tiempos. Recuerdo a Sleepy (como es conocido entre los que lo conocemos). Construimos lazos en este lugar que parecen poder trascender las líneas raciales y de clase social. No somos como los soldados que han visto el combate y salen vivos. Sí, son crímenes horríficos los que han sido cometidos por hombres en el Pabellón. No deseo pasar por alto estos crímenes y ciertamente tampoco perder de vista el hecho de que las víctimas de cada crimen no merecían su destino, pero ¿se debe permitir que ahora nosotros también seamos asesinados? Sí, los crímenes son horrendos y merecemos prisión, pero ese no es el punto que deseo que ustedes vean. Esta noche cuando ustedes se sienten alrededor de su mesa a comer, vean a los miembros de su familia y supongan que uno de ellos morirá en menos de 24 horas. ¿Creen ustedes que podrían evocar sonrisas y risas? ¿En vez de eso, se quebrantarían hasta las lágrimas? Sí, la muerte es causa de tristeza, pero por alguna razón estamos aquí, en donde la muerte es parte del proceso, y vemos lo bueno en vez de lo malo.

Hay tres asesinatos más planeados para el mes de Marzo. He conocido a muchos hombres que han sido asesinados desde que llegué al Pabellón de la Muerte, pero esta muerte me llega más de cerca ya que me encuentro a pocos días de mi propia muerte. Cada uno de nosotros debemos enfrentar la incertidumbre de la muerte; es la forma en que elegimos manejarla lo que muestra el espíritu indomable. He estado pensando todo este día en los hombres que han estado sentados en esta celda para mirar dentro del abismo. Algunos de ellos fueron mis amigos. El que se mantiene prominente en mi lista es Clifford Kimmel, alias “Woody”. Conocí a Woody días después de llegar al Pabellón de la Muerte y con rapidéz nos hicimos amigos. Lo consideré como un hermano. De él es la ÚNICA foto de otro prisionero que tengo en mi posesión. Fue ejecutado y una parte de mí murió con él. Desde que llegué a la sección de espera de muerte, saqué la foto de Woody y la colgué en mi pared para recordarlo mejor. Se encuentra sonriendo con su esposa Becky, la cual esposó mientras estuvo en el Pabellón de la Muerte. Podemos encontrar y encontramos amor aún bajo estas condiciones. El carácter de Woody era uno que sorprendería a muchos que no lo conocían. Cualquiera que lo conoció diría que él era el tipo de persona que se preocupaba por otros y daría la camisa de su espalda a alguien que la necesitara. Sin embargo, su caída fueron las drogas. El permitió que las drogas nublaran su mente hasta que mató para poseerlas. Ese es un suceso común, triste como es, pero en cuanto limpió su sistema de aquel veneno, se lamentó y arrepintió de lo que hizo. Él admitió su crimen, a diferencia de muchos que proclaman su inocencia aún en cara de la evidencia en contra de ellos. Woody me mostró que un hombre es capáz de cometer un crimen horrible y después lamentar y arrepentirse de sus actos. Si un hombre como ese se arrepiente, ¿no debería dársele una oportunidad de redención de parte de la sociedad? ¿Le falló él a ellos, o fue que la sociedad le dio la espalda? Yo no tengo la sabiduría para contestar esa pregunta. ¿Quién de nosotros la tiene?

No pude hablar con Woody como lo puedo hacer con Sleepy la tarde de su asesinato. Considero a Sleepy mi amigo y le deseo una vida después de esta, cualquiera que sea. Existen, contándome a mí mismo, diez hombres que quedan después de mañana en la sección de espera de ejecución. Hemos llegado a ser una pequeña comunidad muy allegada debido a esta experiencia compartida de ver dentro del abismo. ¿No fue Dante el que dijo: “Cuando te quedas mirando dentro del abismo, el abismo te regresa la mirada”? Bueno, pues aquí estoy fijando la mirada y aún no he sentido que me sea regresada. Me siento como si mientras pueda producir una sonrisa, entonces le he ganado al de la hoz y aún en mi propia muerte encontraré solaz, y tal vez, hasta una pizca de paz.
Así que, debo dejarles con cualquier placer que puedan gozar en este día, pero por favor recuerden que aquí no solo peleamos para sobrevivir, pero más importante, para vivir.

Gracias a cada uno de ustedes que se han tomado el tiempo de tal vez darme una oportunidad de redención.

73 días más.

Kevin Varga 999368
Polunsky Unit
3872 FM 350 South
Livingston, TX 77351



© Copyright 2010 por Thomas Bartlett Whitaker y Kevin Varga.
Todos los derechos reservados

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