Friday, April 17, 2009

Toma Cuatro

Abril 17, 2009 (Viernes) – 4:15 a.m.

Ah, este artículo tan pobremente escrito. En tres ocasiones he colocado centavos sobre sus ojos sin vida, aunque no me he dado por vencido en intentarlo de nuevo. Originalmente escribí esto a mediadas de Enero, y fue interceptado por la Gestapo, o como quieran llamar a la gente que lleva a cabo las funciones aquí en Gulag Polunsky (Esa fue una metáfora mezclada y fea…me supongo que debería haber dicho la KGB para que se combinara con el comentario sobre Gulag…no sean demasiados duros, es mi primer intento en escribir después de tantos meses.) Cuando vivía en la Sección C, la regadera de mi sección estaba esquizofrénica, y se iba de calientito/frio a caliente/frío aproximadamente cada medio minuto. Entre maldiciones, suspiros y exclamaciones, en ocasiones me imaginaba que existía un cuarto, enterrado en las profundidades de la tierra, en las que grupos de raquíticos gnomos grises le daban vuelta a válvulas oxidadas, y de esta forma poder dar una explicación a la situación. Ciertamente podría pensar en razonamientos más lógicos para explicar el problema enloquecedor del agua, pero este razonamiento parecía más divertido. Es lo mismo con la correspondencia. En realidad, estoy seguro que se trata de una desaliñada y cansada mortal de Livingston la cual revisa con reproche mi prosa y la ve indigna de que saboree el aire libre. (¡Ya tengo un editor! ¡Wow! ¡Me estoy yendo para arriba en grande! ¿Cuándo lograré mi contrato de película y mi hermosa esposa-actríz que me abandonará después de seis meses de matrimonio?) Esta tipa probablemente hasta siente que está haciendo lo Correcto, y le agradece al Jesus Americano por darle el “don de discernimiento”. Ya estoy más o menos acostumbrado a esto. Es por eso que escribo a máquina usando papel carbón (A ver si ahora no me prohíben el uso de papel carbón.) Por lo tanto, mandé la segunda copia el 10 de Febrero, sin editar, pero con nueva fecha. ¡Striiiiiiiiiike dos! “Es curioso”, pensé, “que esto solo ha pasado una vez antes.” Mandé la última copia la primera semana de Marzo, y parece como que ésta también se fue por el hoyo oscuro. Más y más curioso. No me he esforzado demasiado por pegarle duro al Departamento Correccional de Texas en ninguna de mis entradas. Simplemente escupo la verdad, como dirían los campechanos, y ni siquiera hay necesidad de exagerar. Poseo la bendición de tener un opositor que es tanto orgulloso como imbécil; una verdadera mezcla maravillosa que está madura para ridiculizar y parodiar. Efectivamente, el artículo en cuestión tenía muy poco que ver con comentarios negativos. Simplemente era una descripción del calvario de pasar por una evaluación psicológica. Sin embargo, la evidencia sugiere que existía algo que causaba objeción en contarse. En verdad que no me puedo imaginar qué podría ser.

He de ser un masoquista de closet porque aquí va mi intento número cuatro. Cuento con solo lo más básico de mis notas de mis escritos anteriores, lo cual les proporcionaré. Podría intentar volver a escribir todo como si fuera principios de Enero, pero realmente no pienso que sería posible recrear una versión auténtica del pasado, sin que un pequeño fragmento del presente se asome para dar sus nuevos puntos de vista. Toda historia es revisionista. Por lo tanto, tomen un paso conmigo hacia el pasado…

En algún lado sobre mi cabeza pulsa una barata luz de halógeno. Mirar hacia ella lastima mis ojos, así que no lo hago. Mi visión está arenosa y algo monocromática, como si estuviera divisando la vida a través del lente de la película Zapruder. Mi atención se dirige hacia dos siniestras sombras con forma humana que empiezan a surgir encima de mí, sus detalles deslavados en oscuridad debido a la iluminación de fondo. La sombra de la derecha, creo, mete su mano dentro de su maleta de piel sintética negra y saca un marcador indeleble negro, procediendo a dibujar lo que parece una línea continua a lo largo de mi frente, rodeando mis orejas, y nuevamente al centro, dibujando lo que parece un ecuador alrededor de mi cráneo.

“Sierra” ordena la voz, y veo el reflejo de luz que proviene de algo metálico, parecido a cuando la luz te ciega al estar esperando que cambie el semáforo antes de cruzar una intersección. El metal huele al cobre de monedas de centavo, y, por alguna razón, a dulce de algodón. Lentamente los dientes muerden mi piel y mis oídos detectan un sonido raro, parecido a dos piedras frotándose. Finalmente esto es seguido por un sonido mojado de aspiración, y repentinamente la parte superior de mi cabeza se encuentra sobre la mesa enfrente de mí. “¿Así se ve mi pelo en realidad?” Me pregunto. Necesito aprender a cortarlo más parejo…

“¿y bien?” dice la figura a mi izquierda, la mujer.

“Maldición,” respira el doctor-análogo. “Tenías razón. Esta maldita cosa es más pequeña que una manzana.” A regañadientes mete la mano dentro de su billetera y saca un billete. Antes de que se lo dé a ella, veo la cara de Benjamin Franklin sonriéndome. La doctora le manda una mirada al doctor de “¿Por qué dudas de mí?”, y mete el billete a su bolsillo. Ambos se retiran por un momento, lo cual causa que mi visión se haga borrosa. Cuando regresan, ambos están sosteniendo sondas metálicas.

“Hmm, vamos a ver que hay debajo de este, digamos, capuchón viejo.”

Repentinamente, mi pierna empieza a bailotear con energía.

“No…no la cosa esa gris que parece fideo…intenta el pedazo café, ¿eh?”

Empiezo a cantar “Blue Moon” y tengo el pensamiento de paso que eso que los doctores llaman “práctica” está bastante estropeado.

“No…oye, ¿crees que si jugeteo un rato con ese pedazo pequeño rosa puedo hacer que cambie a falseto?”

“Apuesto cinco dólares a que no puedes.”

“Apuesta aceptada.”

Bueno, puede ser que no fue así. Pero sí me reuní recientemente con un psicólogo y su asistente y la reunión fue bastante intensa, aún cuando no se llevó a cabo ninguna lobotomía. La evaluación duró todo el día, y fue, en cierto modo DeSadiano, agradable. No estoy seguro cuántos tests y preguntas contesté pero cuando todo se dijo y se terminó, me sentí como si mi cabeza hubiera sido pasada por un procesador de carne.

Nunca tuve ningún tipo de evaluación psicológica durante mi juicio. Todos los pequeños e ingeniosos términos psicológicos que escucharon siendo intercambiados en los noticieros tuvieron su origen en el grifo con agua de caño que es la boca de mi asistente de fiscal. Ninguno se basó en alguna otra cosa más que su opinión, un producto de su arte. Claro, en nuestro amado país, la gente puede decir lo que bien les plazca, y la mayoría les creerá si lo dicen con suficiente convicción. Eso pasa cuando una nación de personas se convierte en una manada de ovejas. Mi propio abogado no se molestó con la psicología, afirmando que no necesitaba preocuparse por ese aspecto de la situación. En realidad, se trataba de dinero, como parece siempre ser con los abogados. Cualquier evaluación hubiera sido descontada de sus honorarios. (Por cierto, esta es la razón por la que no tuve un especialista en mitigación o un abogado secundario, ambos requeridos para que un juicio se considere justo. Claro, yo no supe eso hasta DESPUES de que se me sentenció y empezé a estudiar leyes por mi cuenta. ¿Por qué esperé hasta después del juicio para aprender leyes? Porque la Cárcel de Condado de Fort Bend cerró la Biblioteca de Leyes, impidiendo que yo pudiera tener acceso a los recursos de información que me hubieran permitido darme cuenta de lo engañoso que pueden ser los abogados. Esto no es nada fuera de lo común. La justicia en el juzgado moderno Americano es nada menos que una ilusión.)

Desde mi llegada a Livingston, he estado luchando para que me den algún tipo de asistencia mental, pero ya que no estoy dispuesto a soltar pistas en cuanto a mí mismo u otros, no tienen interés en escucharme. Mi abogado de orden judicial finalmente hizo lo correcto y arregló una reunión para mí con un psicólogo de Houston, al que llamaré el Dr. H, por respeto a su privacidad.

En general fue un día raro. Tomé por hecho que estaría reuniéndome con este doctor en el cuarto de visitación, hablando por medio del teléfono, a través del vidrio. Vivir en segregación administrativa te separa del mundo – y esa es la intención. Las personas que inventan tales lugares consideran que esto es un abismo puramente físico, un requisito vital (según ellos) en las prisiones modernas Americanas. No se les paga para pensar más allá de los aspectos más tangibles de aislamiento, y honestamente, somos personas sorprendentemente adeptos para ignorar las profundidades de un estanque al observar la hermosa elegancia de la superficie. El aislamiento es un cáncer, con ácido que inevitablemente carcome la profundidad de tu corazón. No siempre notas que tan profundo ha grabado su camino dentro de ti, lo cual es afortunado, en mi forma de pensar. Si te dieras cuenta del tiempo en que los barrotes y hierro que tanto odias realmente se han convertidos en necesidad para que puedas funcionar, te trastornarías aún con más rapidez. Tuve una probada de esto cuando se me condujo dentro de un pequeño cuarto “de visita de contacto” de 10X10, en vez de a la cabina normal. Una hincada rápida para que me quitaran las esposas a través de la ventanita en la puerta, y me encontré en un cuarto abierto junto con otros dos seres humanos. Ningún abismo. Ningún vidrio. No sabía qué hacer. ¿Saludo de mano? ¿Es el decoro apropiado?, el viejo , el cual anteriormente se preocupaba de esas cosas se preguntó. ¿Quieren tocarme? ¿Me animo a extender mi mano con la esperanza de poder sentir la piel de otra persona tocando la mía? ¿Y qué si solo se quedan mirándome y me dicen que me siente? Al fin, me senté con mi mirada fija en mis zapatos durante un momento, y después decidí arriesgarlo. Primero, hacia la asistente, la cual no titubeó. Manos frías se encuentran con piel cálida, se encuentra con…toque. Siguió el Dr. H., aunque él permaneció sentado. Rodeé la mesa de madera aglomerada circular y me senté, las cadenas en mis piernas tintineando. Me mantuve sentado, y sentado, y sentado, sin lograr que mi lengua o mi cerebro contestaran algunas preguntas muy directas y sencillas. Es muy difícil poderles explicar esto o aún explicármelo a mí mismo. La vida aquí…la única vez en que estás cara a cara frente a alguien es cuando te llevan a la regadera, o cuando te revisan totalmente. Llegas a asociar el contacto cara a cara con violencia, autoridad, con todo tipo de situaciones negativas. Estás TÚ y están ELLOS, y después de un tiempo esta división llega a ser una impresión permanente en tu mente. Me sentí enojado, tan enojado, y sin embargo no podía identificar la razón o causa. Simplemente enojo. Finalmente pude explicar algunas de mis dificultades, aunque no creo que ni el doctor ni su asistente pudieron realmente entender. Este no es un ambiente en el cual se llevan a cabo muchos experimentos, así que en realidad no es culpa de ellos que no entendieran el efecto que había tenido sobre mí. Es algo sumamente estropeado el darse cuenta que de repente tienes la habilidad de volar, solo para requerir la seguridad del capullo para poder sobrevivir.

La sesión duró todo el día, y tengo la intención de algún día poder compartir los hallazgos, si es que me los proporcionan. No estoy seguro que tal cosa sea buena para mí o que no sea buena, pero siento que es necesario si es que voy a vivir a mi promesa de transparencia. Deberá ser una lectura interesante.

Ha pasado casi una semana desde que me reuní con el Dr. H. Desde entonces me he estado sintiendo muy desconectado. No puedo escribir. No puedo jugar ajedrez. Me siento como si se me ha mostrado, como un reflejo de paso, una pieza vital de mi interior, y es fea fea fea. Soy bastante bueno en sobajarme a mí mismo y llevé a cabo un poco de esta actividad al llegar algunas de las revelaciones que he tenido en las últimas noches. Tal vez no hago esto tan a menudo como antes, lo cual me da algo de esperanza, pero dudo que logre aprender a ser optimista cuando se trate de mí o de mi valor. Muchas, pero muchas personas me han dicho que no me sé explicar. Es verdad. Es verdad. En ocasiones se debe a una simple falta de habilidad, aunque más frecuentemente es producto de cierta creencia que siempre he sostenido: No me gusta mostrar mi juego en una sentada. Nunca he creído que deban existir hojas con todas las respuestas cuando tiene que ver con gente. En esta época en que se exponen totalmente en facebook, creo que prefiero los métodos antiguos de poder conocer a una persona con el tiempo. Creo que soy culpable, sin embargo, de llevar esto al extremo. Me gusta dar pistas, y ver quienes harán la tarea necesaria para poderme entender. He identificado que esto es producto de mi juventud más o menos falta de identidad, en que siempre fui observador de los más diminutos detalles que las personas, sin saber, dan a conocer. Esto se produjo por el deseo de encajar, o en un intento de emulación. Pienso que el producto fue inevitable. Soy muy, pero muy bueno en leer a las personas. Siempre desee que alguien pusiera el tiempo y esfuerzo en analizarme a mí como yo lo hacía con ellos. Sin embargo, la gente no funciona así. Me he vuelto muy cómodo con la simple verdad de que nunca seré tan interesante para la humanidad como la ha sido la humanidad para mí. Sin embargo, aún tengo el hábito de bambolear la zanahoria por allí, en lenguaje figurativo, en vez de solamente decir lo que estoy queriendo expresar.

….y ahora, de regreso al presente.

Creo que en las tres versiones originales, discutí algunos puntos raros del mapa de mis patologías dóciles (o no tan dóciles). Ya no tengo ningunos de esos materiales, pero me imagino que no tiene importancia. Creo que lo que se me hizo más interesante a primera vista es que la depresión de Enero ha decidido desempacarse y relajarse un rato. La resistencia en escribir que sentí en Enero me ha entumecido un poco y ahora no me puedo expresar como antes. En cuanto al ajedrez, lo dejé para siempre, o eso creo. Aún mi escritura de cartas ha sufrido. Simplemente he tenido cero deseo de tocar el papel con un lápiz en los últimos meses. Claro, lo he racionalizado en todo tipo de formas. Primero me dije “O.K. Estoy deprimido.” Por alguna razón, puedo entender cuando estas palabras salen de la boca de alguien más, pero cuando yo las digo, me quiero dar un golpe. Después que hice a un lado la excusa de depresiones, llegué a la política de “MB6 no está haciendo ninguna diferencia, así que mejor ni me tomo la molestia” para justificar mi falta de creatividad. En cierta forma es verdad que una buena parte de la atención que recibo es negativa, y es fácil llegar a la creencia de que mi vida sería mucho más fácil si quitara este sitio web. El caso es: algunos individuos que andan por allí han decidido que es muy divertido llamar a la unidad (en forma anónima, claro) y aventar la historia de que los estoy llamando, ¡“en este mismo momento” por un teléfono celular! Probablemente pueden imaginarse la carnicería que se produce con esto sin mi ayuda. Instantáneamente me caen, y duro. Ha llegado CS/CN con todo y armadura. Ocho veces me han caído hasta este momento en que les escribo esto, aunque no dudo que para cuando lo hayan leído, ese número se incrementará. Ahora, de seguro, un individuo con lógica y racional ya debería haberse dado cuenta a estas alturas de que esas llamadas son una tontería. Creo que sí se han dado cuenta. Simplemente que…es una carta abierta para mostrar su autoridad y poder, ¿o.k.? Les da permiso de hacer lo que ellos quieran, lo cual es destruir. No les agrado mucho, y eso es suficiente razón. Es más o menos gratificante ver sus miradas de absoluto desaliento cuando salen de mi celda privados de la victoria de haber encontrado un teléfono celular o un bazooka. Ah, pero tienen su venganza, aún en esto. No se disfrazaron para una fiesta de baile country para salir sin nada. Confiscaron mi radio hace un tiempo atrás, estando conscientes de que no hay más en la tiendita, y no habrá hasta ya entrado el verano. Se llevaron mi pintura y se me anotaron puntos negativos por posesión de dicha pintura. Ese me enchiló un poco. Mi papá se casa el 9 de Mayo, y había terminado la mitad de una pintura que estaba haciendo como regalo para él y su prometida, Tanya. Era lo único de valor que podía ofrecerles, y ahora eso también se me ha negado. He perdido algunos libros y ropa y algunas cartas y comida. También algo del trabajo legal.


Haga clic aquí para leer el Informe de Disciplina lo largo de la pintura en Inglés

Espero que cualquiera de ustedes, grupos a favor de la Pena de Muerte, que sea responsable por esto se sientan contentos con lo que hicieron. Váyanse a casa y junten a sus hijos para que puedan festejar con ellos contándoles la historia de cómo tú, Dueña de la Justicia, personalmente arruinaste la semana de un cochino convicto. Estoy seguro que te amarán y estarán totalmente maravillados de tu superioridad moral excepcional. Cuéntaselo también a tu grupo de estudio Bíblico, en los tonos piadosos de autosatisfacción que indudablemente sientes. Conseguiste lo que querías por un tiempo. Me detuviste de escribir durante más de un mes. Una estrella dorada para ti. Me imagino que este es el momento en que debo maldecirte, o lo que sea. (encojo mis hombros). Maté un mosquito en mi celda hoy. Me importan tanto tus payasadas cojas como me importó la presencia de ese mosquito. Tú, simplemente, no eres ni siquiera una molestia para mí. Así que, gracias por esta evolución personal. Sigue haciendo tu cosa. No estoy seguro si mis escritos son un completa y total pérdida de tiempo o esfuerzo para ti, Tierra Americana. Puede ser. Pero, de cierto modo me agrada ser una espina, así que creo que seguiré haciéndolo. Por lo tanto, escribo.

Regresando a la cosa psicológica, también me aburro fácilmente. Esta faceta en mí me desagrada mucho. Le puedo poner atención a algo, y si no me motiva, lo hago a un lado con rapidez. Libros, juegos, clases, lo que sea. En mi vida anterior, mujeres. Muchas mujeres. Sin embargo, creo que he mejorado en cuanto a esta tendencia, durante el tiempo que he pasado aquí. Debido a los efectos aún persistentes del Reinado del Error, del buen GW, la recesión casi ha matado mis intentos de terminar mis estudios de universidad. Así que, tiré golpes al aire y me enrolé en un curso por correspondencia de estudios paralegales…es un sentimiento raro y maravilloso presentar exámenes de nuevo. Tengo dos años para completar las 32 lecciones, pero siendo que ya no tengo radio, estoy a paso redoblado para completarlas en aproximadamente seis meses. Tal vez antes. Me gusta ser estudiante de nuevo. Me pregunto ¿por qué nunca tuve este sentimiento de asombro en mis clases antes? Desearía poder ayudar a que otros de los hombres se sintieran de esta forma. Les haría tanto bien, tener metas que alcanzar frente a ellos, y lograrlas. Qué desperdicio.

Agregando a mi resistencia en aburrirme, también tiendo a reaccionar en forma fuerte, aún agresiva, si siento que me están controlando. Me provocaré serio daño simplemente para sentir que no existen cuerdas de marionetas amarradas a mis brazos y piernas. No solo me preocupan estas cuerdas amarradas a gente, sino también a la idea de “debilidades”. Tiempo atrás comenté que tenía menos pelo en mi cabeza que lo que antes tenía. Dije esto, principalmente en un intento de aligerar la situación, algo que frecuentemente tiendo a hacer. Pero, el pensamiento bromístico inicial llevó a sentimientos de vanidad, en escala mayor. No pensarían que pueda existir la vanidad en prisión, pero estarían equivocados. Se intensifica. Entre más veo mi reflejo en el espejo, lo más que me molesto por mi comportamiento estúpido. Quiero decir, en el rango del tamaño del Himalaya en cuanto a pecados, la vanidad realmente es raquítica, patética; como ahogarse en un vaso de agua, ¿no es así?

“Debería ser mejor que esto”, pensé. Así que, hice lo que pensé era mi única opción, y le di una patada a mi vanidad, directa a la cara, y me rasuré la cabeza. Sé que me veo ridículo. Lo sé. Pero también sé que me siento menos imbuido con debilidad, en una forma rara. Ahora no tengo que revisar cuánto pelo tengo – o no tengo – en mi cabeza, y no tengo que escuchar la pequeña vocecita que me dice que estoy poniéndome feo, porque, mi amor, ya estoy allí.

Me perdonarán mis excentricidades, ¿verdad? No creo que ninguno de ustedes tenga concepto del efecto que tiene en uno vivir en este lugar. En ocasiones mis manos empiezan a temblar, y no sé por qué. Frecuentemente tengo el intenso deseo de hablar con alguien, quienquiera que sea, en ocasiones, conmigo mismo, aún cuando generalmente siento que las palabras son un desperdicio de energía. Tales dicotomías me perturban, pero así es como me siento. Camino. Mucho. Cuatro pasos hacia delante, cuatro hacia atrás. Rara vez, hasta me llega este deseo loco de golpear mi cabeza contra la pared de concreto, y no sé por qué. Una amistad mía me mandó un artículo que recientemente fue publicado en el New Yorker (sí, sí, ya sé…simplemente denle una oportunidad, ustedes derechistas) sobre el tema de aislamiento. Me hizo sentir mucho mejor saber que la locura que en ocasiones siento simplemente es una función de mi humanidad, no algo inherente en mí. Es interesante notar que mucho del comportamiento descrito en el artículo es endémico en este lugar. También es interesante notar, en el caso de Dellelo, que él tenía una televisión, radio y acceso a teléfono. En otras palabras, los prisioneros en Texas, en el siglo 21 son tratados mucho peor que los prisioneros en el Noroeste en los 1960s, haciendo a un lado la noción de que el Sur está siguiendo al resto del mundo hacia un futuro más humanitario. He estado encerrado ya durante 43 meses, y he estado aislado por más de 32 de ellos. Resulta que, estar trastornado es un estado perfectamente normal. Whew. Agregaré este artículo al final de este escrito para que puedan leerlo a sus anchas.

Aún cuando todavía me resta ver la evaluación psicológica, la parte que más me preocupa en el rompecabezas de Thomas es mi habilidad de desconectarme de las cosas. “Distante” es como me describen las personas de mi vida anterior. Siempre he sido así. Aún cuando era más joven, tenía dificultad en conectar con las personas, en confiar en ellas. No sé por qué. Quiero saber por qué. Solo se necesita un acto simple de lo que yo percibo ser traición y ya no formas parte de mi vida. Odio esta parte de mí, pero no sé qué hacer para cambiarlo. Esto infecta todo. Amistades. Religión. Amor. Las personas parecen pensar que soy insensible, pero están equivocados. Siento todo. Demasiado. Me sobrecargo, y es entonces que me retraigo. Siempre lo he hecho. Me imagino que mi pregunta real no es por qué hago esto. Mi pregunta real es: ¿Cómo le hago para no ser así? Simplemente un vistazo casual al periódico de hoy me muestra incontables imágenes de guerra, asesinato, violación, genocidio, idiotas locos religiosos corriendo enloquecidos (“Quantus tremor est futurus, quando judex est venturus, cunct stricte discussurus”), políticos mentirosos, sacerdotes mentirosos, todos mintiendo, desastres naturales, mors certa, vita incerta, comerciantes de materia prima comportándose inmoralmente, y sigue y sigue. ¿Cómo lo aguantan? Nadie jamás notó que nunca comí mi cena cuando era más joven y veíamos las noticias estando a la mesa. ¿Cómo pueden ver imágenes de huellas de pies dentados hechas por los dioses de bombas, las fachadas de los edificios abiertas como casa de muñecas, los cuerpos de niños tirados, rojo por doquier, rojo, rojo, rojo, mientras que de un minarete, el khoja llama a los fieles a la oración nocturna, y luego comentan “¡Oh, qué terrible!” e inmediatamente continúan calentado su comida refrigerada? ¿Cómo logran que no penetre en su ser? Llevan a cabo cierto tipo de prestidigitación emocional, e instantáneamente con capaces de seguir con la vida, todavía preocupados por planear el picnic de la oficina mientras yo sigo intentando saber cómo hacerle, aún viendo hacia atrás, como lo hizo la esposa de Lot. Y asimismo, como ella, soy arrasado y borrado. ¿Cómo se permiten sentir en shock una y otra vez, sin ser erosionados a la nada? NO me digan que les causa shock mis acciones, o la acciones de alguien más porque no les creo. Si ustedes verdaderamente se espantan de ver las cosas de que somos capaces los humanos de hacer contra otros humanos, son unos imbéciles que viven sus vidas enterrando sus cabezas en la arena. Vean su mundo, y dejen de cerrar sus malditos ojos. Nunca cerré los míos cuando estaba creciendo, nunca, y les prometo, si realmente observan, si realmente buscan en las profundidades del estanque, los cuerpos que ven encadenados y descomponiéndose en el estiércol empañarán su propio reflejo. Aprenderán a odiar al mundo tanto como yo lo hice, y aún lo hago cuando me tomo la molestia de verlo. Nadie hace chistes mejor que Nietzsche. Tiene tantos chistes buenos de dónde escoger, sin importar que está completamente loco. Uno de mis favoritos se traduce en algo como: “Quienquiera que pelee con monstruos debería tener cuidado de no convertirse en monstruo. Y si miran fijamente en el abismo, durante suficiente tiempo, el abismo regresará su mirada fija a tu ser interior.” El mundo es una bestia horrible, y yo intenté entenderlo. Me volvió loco. Realmente no soy tan difícil de entender, si ustedes ponen atención. Nada difícil.

Creo que este escrito se me salió de las manos. Les di más de la zanahoria que lo que jamás les he dado, o que haya sido mi intención darles. No estoy seguro por qué pensé que fuera tan necesario serruchar tan dentro de la médula. Tan cansado, de repente. Y dejando todo lo insignificante a un lado, estoy seguro que algunas de las cosas que digo les tiene meneando sus cabezas. Tengo una pregunta retórica para ustedes, una que creo ya se las he preguntado antes. Sin embargo, pensar que puedan ustedes meditar un poco más en ella es algo como un ungüento para mí.
¿Creen ustedes que podrían manejar mi situación en forma mejor de lo que yo la he manejado?

“Aquellos que han sacado los ojos de las personas las reprochan por su ceguera.”
John Milton.


Haga click AQUI para ver el artículo del "New Yorker" en formato pdf

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Pena de Muerte por Estado (reportado hasta Abril 2009)


© Copyright 2009 por Thomas Bartlett Whitaker.
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