Thursday, February 11, 2010

Diario de Espera de Ejecución de Kevin Varga – Faltan 87 Días

Lunes, 15 Febrero del 2010


(Esta mañana, un poco después de las 7 a.m., recibí una nota de mi amigo Kevin informándome que le habían dado fecha de ejecución. Supo de este hecho fatal en la forma típica: a través de un guardia. Resulta que tanto él como su cómplice, Billy, serán ejecutados Mayo 12 y 13, uno después del otro. Ah, a Texas le encanta jugar sus pequeños juegos. Ni siquiera saben cuál morirá primero, en ese momento.

Existe muy poco que uno, acá adentro, puede ofrecer en forma de consolación. Recibir una fecha es, a mi modo de pensar, como cuando un doctor le dice a alguien que le quedan exactamente tres meses para vivir, solo que Texas tiene un promedio de bateo mucho mejor que el cáncer. Le pregunté si se sentía con ánimos de escribir sobre ello, y estuvo de acuerdo que el proceso podría mostrar ser un catártico. Continuaré escribiendo mis artículos normales, pero durante los próximos meses el Diario de Espera de Ejecución de Kevin tendrá primacía de lugar.

Cuando se le amarra a un hombre en la camilla en Huntsville, se le da unos cuantos segundos para hacer los comentarios finales que vienen a su mente. Siempre he sentido que esto no es suficiente tiempo. ¿90 días serán suficientes para que un hombre se despida del mundo? Me imagino que juntos nos daremos cuenta.
(T.B. Whitaker)

Hola, mi nombre es Kevin Varga. Muchos de los que están leyendo esto podrán recordar que en una ocasión anterior escribí en este sitio web. Para aquellos de ustedes que no solamente leyeron lo que tenía que decir, pero realmente mandaron cartas de apoyo al gobernador de Texas pidiendo clemencia para mí, permítanme agradecérselos personalmente.

Ahora, para ustedes que no han leído mi artículo previo en este sitio, me presentaré. Soy un prisionero del Pabellón de los Condenados a Muerte que ha estado en el Pabellón desde el 21 de Noviembre del 2000. Dos días antes de Thanksgiving (El Día de Acción de Gracias) llegué a la Unidad Polunsky para empezar un recorrido de nueve, casi diez años que me ha llevado a escribir esto para ustedes. No detallaré en cuanto a los específicos de mi crimen. Sin embargo, sí les diré que no tomé ningúna participación activa en los asesinatos que me trajeron al Pabellón de la Muerte. Como verán, Texas, y tal vez otros estados igualmente, tiene una ley que permite que lo sentencien a uno de un crimen si se estuvo presente durante la perpetración del crimen. Esta es la forma en que terminé en el Pabellón de la Muerte sin nunca haber tomado la vida de otra persona.

Como previamente lo declaré, fuí sentenciado a morir por inyección letal el 20 de Noviembre del 2000. Había vivido en la cárcel del condado esperando ser sentenciado durante más de dos años. Durante todo ese tiempo nunca pensé que se me encontraría culpable, quiero decir, si no eres el asesino de la película, entonces no se te sentencia en la corte. Bueno, permítanme disipar esa noción en este momento. En el mundo real, pueden sentenciar a alguien aún en cara de evidencia conflictiva. Pero desafortunadamente esa no es la razón de pedirles su tiempo hoy. No, no voy a despoticar sobre la injusticia de mi convicción. Mi propósito en este día es dejarles algo después de que me vaya. Cada humano busca la inmortalidad. Tenemos hijos para dejar un legado, aquellos que pueden crear arte o literatura no solo lo hacen por el placer que les trae, sino para que las generaciones futuras, de alguna forma, les recuerden. Por lo tanto, en ese sentido, de cierta forma, este es mi legado. Porque verán, acabo de saber, en este día, que se me ha dado fecha de ejecución. Deseo hacer una crónica de estos últimos días con ustedes. No estoy seguro si habrá alguien que lea estas palabras, pero me traen solaz, proporcionándome una salida para mis emociones, las cuales se encuentran en conflicto en este momento.

DÍA UNO: Este día empezó como muchos en el Pabellón, los oficiales golpeando los carritos de metal que cargan las charolas para traernos nuestro desayuno frío de huevos, el potaje de maíz coagulado, pedazos pastosos de manzana y media pinta de leche de 1% - la única cosa en la charola que no está fría. Me despierto y doy paso hacia mi puerta para recibir mi alimento, solo para que el oficial me pregunte si sabía que tenía fecha. Alarmado le dije: “No”. Aunque he estado esperando la noticia por más de un mes, no les puedo decir cómo se sintió saber la fecha en la que deberás ser amarrado a una mesa e inyectado con un veneno hasta que tu corazón deje de latir, pero intentaré explicarles como se sintió.

Se sintió como si el mundo se había caído y yo flotaba sobre él sin conexiones a la realidad. Mi estómago se contrajo y miré hacia la charola que solo momentos antes había tenido deseos de comer, y ahora el simple pensar de comida hacía que mi estomago se revolviera y se sintiera grasoso. El oficial sonríe y se sigue hacia el próximo hombre esperando su charola. ¡Podía escuchar al siguiente prisionero quejarse de que la charola estaba fría, y deseaba gritarle que una charola fría no era la peor cosa que podía pasar en este lugar! Yo, como la mayoría de las personas aquí en el Pabellón nos volvemos condescendientes acerca de nuestro futuro. He mantenido la esperanza de que en alguna forma no tendría que morir por asesinatos que no llevé a cabo. Pero este día me ha mostrado ese error. Por lo tanto empiezo a pensar en aquellas personas en el mundo que viven sus vidas sin ningún pensamiento de dejar ni un tipo de recuerdo de ellos. Le pedí a mi amigo Thomas Whitaker si podía usar su sitio web, una vez más, para no solo compartir con ustedes la forma en que un hombre pasa sus días sabiendo que en 87 días seré legalmente asesinado por el estado de Texas, aún estoy en estado de shock a causa de esta noticia, pero espero que mis escritos me den algo de paz.

En los días que vienen someteré algunos de mis escritos diarios. No puedo prometer que serán hermosos, ni llenos de felicidad, ya que estoy seguro que habrá muchas ocasiones en que estaré emocionalmente bajo y deseando ser librado de la carga tan pesada. 87 días en la vida de un hombre sentenciado a morir. Pero si continúo escribiéndoles y ustedes continúan leyendo, ¿realmente estoy muerto?

Kevin Varga
#999368

(Dirección para escribir cartas de clemencia)
Board of Pardons and Paroles
Executive Clemency Section
General Counsel´s Office
8610 Shoal Creek Blvd.
Austin, TX 78757
Teléfono: (512) 406-5852
Fax: (512) 467-0954

Presidente: Rissie Owens
Jose Aliseda, Jr.
Charles Aycock
Conrith Davis
Jackie DeNoyelles
Linda García
Juanita M. González


ENLACE al artículo anterior que menciona Kevin

© Copyright 2010 por Thomas Bartlett Whitaker y Kevin Varga.
Todos los derechos reservados

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