Sunday, February 28, 2010

Diario de Espera de Ejecución de Kevin Varga – DÍA 18

Ayer salí al área de visitas y tuve visita con una mujer que me ha estado visitando ya por casi ocho años. Siempre es un placer recibir visita de ella. Mientras estaba allí, vi a una adorable niñita; no podía tener más de 3 años de edad. Viendo a esta niñita me llevó a pensar en mis propios hijos, en que, cuando tenían más o menos esta misma edad, ellos me visitaban en el Penal de Dakota del Sur. Recordé como venían a visitarme cada semana, sus pequeñas caritas todas sonrientes al ver a papi. Ahora estoy esperando su visita en mi cumpleaños la semana que entra. Los he visto dos veces en la casi década que he estado aquí. Mi última visita con ellos fue este verano pasado. En este momento tienen dieciocho y veinte años de edad. Mis hijos ya adultos aún siguen siendo preciosos para mí. Cuando los veo todavía veo esos muchachitos regordetes que corrían a mis brazos en la prisión de Dakota del Sur. Aquí en el Pabellón de la Muerte de Texas no se nos permite tener visitas de contacto, ¡JAMAS! Ni siquiera cuando están por asesinarte te permiten abrazar a tu madre o hijos en tu último día; pero estoy divagando. Cuando solía recibir visita de mis hijos en aquellos años era un tiempo feliz para mí aún cuando estaba encarcelado. Ahora cuando vienen a visitarme es un asunto mucho más sombrío. Mi hijo mayor está muy enojado conmigo porque nunca fui el padre que el necesitaba que yo fuera. Cuando miré dentro de sus ojos y vi aquél dolor que yo había puesto allí, me aplastó pensar que yo pude haber causado dolor a alguien a quien yo amaba, y aún su dolor es cosa pálida cuando lo comparo con el de mi madre. Mi corazón se quiebra con el conocimiento de que yo soy la causa de su dolor. Si pudiera yo tomar su dolor y hacerlo mío para salvarle a ella de ese dolor, lo haría en un latido de corazón. Ni siquiera debería necesitar decirlo que, si fuera posible, quitaría el dolor de mis hijos en igual forma. No puedo hacer nada para quitar el enojo de mi hijo mayor. He intentado decirle que necesita confrontar este enojo antes de que me maten ya que una vez que me maten ya no podrá hacerlo.

Yo también tuvo muchos asuntos de enojo con mi propio padre, los cuales nunca pude resolver y ahora él está muerto y mi enojo persiste hasta este día. Espero que cuando (o si) me vengan a visitar para mi cumpleaños la próxima semana, él pueda arreglar esa situación. Amo a mis hijos y espero que antes que yo muera podamos resolver estos asuntos que hay entre nosotros.

Kevin Varga 999368
Polunsky Unit
3872 FM 350 South
Livingston, TX 77351


© Copyright 2010 por Thomas Bartlett Whitaker y Kevin Varga.
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