Wednesday, January 5, 2011

La Esquina del 149 – Un Diario desde el Pabellón de la Muerte – Artículo # 2

Escrito por Arnold Prieto, Jr.

“Vida en Ellis-Uno”

El sol de la mañana estuvo hermoso hoy. Al escribir estas palabras, el último rayo está desapareciendo en una pequeña astilla corriendo por mi pared lateral. En verdad que lo voy a extrañar cuando me haya ido.

Y continuando mi historia de la ÚLTIMA OCASIÓN: Ellis-Uno era una unidad mucho mejor que la Unidad Polunsky. Por lo menos, después de seis meses de segregación, uno podía presentarse ante el comité de clasificación, con la posibilidad de que le permitirían a uno salir de segregados y pasar a lo que era llamado el “Programa de Trabajo”. Este era un mundo totalmente diferente. En segregados solo teníamos un período de 3 horas de recreación, lo cual consistía de salida de 20 hombres, y esto era diario de Lunes a Viernes. El Sábado y Domingo permanecíamos encerrados. Claro, uno podía darse una ducha, porque en Ellis entendían que tales cosas no se consideraban “privilegios”, sino más bien “necesidades”. Las televisiones estarían prendidas desde las 7 a.m. hasta las 10:30 p.m. de Domingo a Lúnes, y de 7 a.m. hasta las 12:30 a.m. los Viernes y Sábados. Las comidas siempre estaban calientes, ¡las 3 comidas! A las 3 a.m. se servía el desayuno, a las 9:30 a.m. la comida y de 4 – 5 p.m. la cena. Todos los alimentos se entregaban a cada celda individual en un carrito cargador de alimentos o cargador de charolas. Esta era una caja rectangular de metal, y las charolas se deslizaban en rieles que se encontraban en ambos lados. 7 charolas se podían poner en cada cargador.

Eso era en segregados. Era a lo peor que llegaba. En el programa de trabajo existían muchas más libertades. Para empezar, cada uno teníamos un compañero de celda en una celda que era lo doble de tamaño que en segregados. Habían 4 literas de metal, 2 en cada lado de la celda. Había un escusado y un lavamanos. Bastante espacioso, considerando la forma en que ahora vivimos. Básicamente cada uno de nosotros escogíamos un lado, y ese era nuestro arreglo de estancia. Tenían lo que llamaban “entradas y salidas” cada hora empezando a las 6:30 a.m. Esto quería decir que las puertas de las celdas se abrían más o menos cada hora, para que uno pudiera escoger ya sea quedarse dentro o salir a los cuartos de recreación interna o afuera. Lo que uno eligiera era permanente hasta que se terminara la hora.

La comida era repartida por los guardias que se pondrían atrás de un carrito caliente. Algo como lo que han visto en una cafetería, excepto que este carro tenía espacio solo para 5 cazuelas calientes. La cocina mandaría el carrito de alimentos con todas las cazuelas calientes incluidas para que lo único que tuviéramos que hacer era transferir estas cazuelas al carrito caliente para mantenerlos todos calientes. Los alimentos siempre se servían calientes. En los últimos diez años que hemos estado en Polunsky, puedo decir que tal vez hemos tenido 5 comidas calientes. Cuatro de esas ocasiones fue cuando los inspectores de Huntsville estaban presentes en la Unidad. Siempre comemos mejor cuando ellos se aparecen. Tengo una teoría de por qué no se nos dan alimentos calientes en este lugar, pero eso tendrá que esperar por ahora. No quiero saltar de un tema a otro en forma caótica. Sé que de por sí soy suficientemente difícil de entender sin hacer eso.

En el programa de trabajo, uno podía quedarse afuera todo el día hasta la hora de ser encerrados, a las 10:30 p.m. En esos tiempos antiguos, había algo que se llamaba “respeto del recluso”. Ahora todo se trata de “respeto del preso”, lo cual es totalmente diferente. Sí, nuevamente, dos diferentes tipos de “respeto”. Explicaré todo esto en el tiempo adecuado. En cuanto al programa de trabajo, ¡eso era algo digno de testificar! En mi primer día en el programa, se me llamó a las 7:30 a.m. junto con algunos otros 40. (Habían 3.5 secciones con 60 reclusos en cada una; la media sección estaba destinada para “presos especiales”.) ¡No lo podía creer cuando me asignaron unas tijeras de metal de 14 pulgadas! Y, ¿que pasó con la idea de que soy algún tipo de terrorista que no puedo funcionar en la sociedad? Ah, las cosas que se les hacen creer a ustedes. ¡Junto con estas tijeras de mamut, había cuchillas, agujas grandes, y todo tipo de cosas que sin duda causarían shock a la sociedad si supieran todo a lo que teníamos acceso! Y todo esto estando entre empleados civiles. El programa consistía de fabricar, coser y cortar los pantalones grises que los oficiales del Departamento de Justicia Criminal de Texas (DJCT) usaban para trabajar por el sistema. Yo estaba muy orgulloso de mis técnicas de costura y el empeño que ponía en todo mi trabajo. Muchos de esos pantalones aún siguen usándose, y es muy probable que los guardias que son voluntarios en el equipo para “sujetar con correas” en mi ejecución estarán usando los pantalones que alguno de nosotros fabricamos.

Vale la pena hacer notar que durante todos los años en que el programa de trabajo estaba en auge, ni siquiera una sola vez hubo un incidente de violencia, a pesar de la disponibilidad de armas útiles. Ni una sola vez. De hecho, estoy bastante seguro que esa fue la razón por la que clausuraron el programa: demasiadas personas estaban intentando mostrar que el concepto de “peligrosidad futura” era ciencia vudú. Por lo tanto, lo retiraron. Lo que sí sé es que hasta para el último de nosotros, nuestro trabajo y nuestro puesto era un motivo de gran orgullo. Existían un sin número de reglas que seguíamos al pie de la letra y durante los días festivos, el director civil, un Sr. Duff, nos compraba comida de Burger King o algún restaurant. Era algo que esperábamos con emoción, aunque la mejor parte de esto era ser tratado como un verdadero ser humano aunque sea por corto tiempo.

Cerca de este tiempo empezamos un movimiento silencioso el cual no perturbaba el día. Esto estaba diseñado para que no nos causara un reporte por “perturbar la paz”. Cuando había una ejecución, no comíamos ese día, o en segregados, tampoco veíamos la televisión de las 4 a las 6:30 p.m. Era una muestra de solidaridad. Ya no se ve esto muy seguido. De hecho, el que hayan “gaseado” a Thomas mientras meditaba en el cuarto interno de recreación como protesta por la ejecución de Kevin, fue la última ocasión en que he visto esto, o siquiera sabido de algo así. En el tiempo del programa teníamos un minuto de silencio por la persona que había sido ejecutada la tarde anterior. Siendo tan abierto, todos teníamos la oportunidad de conocernos bastante bien los unos a los otros. Especialmente para mí, esto era verdad, siendo que eventualmente fui transferido del programa de trabajo para trabajar como un empleado prisionero de confianza. Trabajé en esta función en el J-21 y J-23, por lo tanto tuve la oportunidad de conocer a muchas personas.

Mi trabajo como empleado prisionero de confianza era barrer, trapear y básicamente mantener limpios los 3 pisos. Los barrotes requerían ser sacudidos, y las televisiones en ocasiones necesitarían ser cambiadas. Preparé comida, asegurándome que toda la comida estuviera apropiadamente caliente y lista para que los guardias alimentaran a cada celda. Esto era sumamente importante para mí, asegurar que estaba honrando a cada recluso con mi atención completa. Después de la comida, recogí cada charola y raspaba los platos de comida sobrante, echándola en una olla grande para dar de comer a los puercos. También repartía el jugo, el cual normalmente venía con hielo, lo cual era grandioso en aquellos días calurosos. Desde que llegamos a Polunsky, nadie ha visto hielo. Mis otros deberes consistían en repartir las sábanas, fundas para almohadas (otra de las cosas que ahora carecemos ya que, claro, ni almohadas tenemos aquí), y papelería. Yo trabajaba 7 días a la semana, por elección propia, y es verdad. La mayoría de estos muchachos que yo servía ahora están muertos. Si, aquella unidad era mucho mejor que ésta en muchas formas. Las personas que salieron de Ellis no salieron convertidos en monstruos, como se ve en personas que logran salir de Polunsky. Si alguien estuviera observando, casi se pudiera decir que Polunsky es complice del acusado cuando alguien que sale de aquí comete otro crimen. Todo está en el entrenamiento.

He estado en prisión desde 1995 y fui arrestado el 4 de Marzo de 1994. Tenía 20 años de edad, y ahora no estoy a más de 3 años de literalmente haber pasado la mitad de mi vida en prisión. Mi hijo tenía 4 ½ meses de edad cuando me arrestaron, y cuando vino a verme por primera vez en 6 años, estaba viendo los ojos de un jovencito. El cumplirá 17 años el 13 de Octubre. Tiene una novia a esta edad. Le pregunté que si están dentro de sus planes convertirme en abuelo en algún tiempo cercano. ¡Jaja! Me dice que no lo esté contando con eso por ahora. Hay personas en el mundo que no desean ser abuelos a mi edad tan joven. Tengo 37 años, y la mayoría de las personas tampoco quisieran verse con canas en su cabeza. ¡Yo no sé cuál de estos les mortificaría más a ustedes! ¡Cuando me salieron mis primeras canas, yo me sentía tan felíz! Ver una cana…y solo recientemente estaba explotando de alegría al ver unas cuantas canas en mi barbilla también. No podía suceder en mejor tiempo. Me sentía un cuanto decaído pero esa cana me saco de dicho humor. Jaja, no, no estoy mal de la cabeza, simplemente nunca pensé que llegaría a experimentar cosas tan insignificantes. Nunca pensé que viviría tanto tiempo. Deberían apreciar esas canas; tienen significado importante.

Bueno, me detendré por ahora. Los veo pronto.

Mi pensamiento para el día: No se preocupen por las cosas grandes sobre las cuales no tienen control, y gocen las cosas pequeñas que pueden gozar.

Arnold Prieto Jr.




© Copyright 2011 por Thomas Bartlett Whitaker y Arnold Prieto Jr.
Todos los derechos reservados

No comments:

Post a Comment