Thursday, January 13, 2011

La Esquina del 149 – Un Diario desde el Pabellón de la Muerte – Artículo # 3

Escrito por Arnold Prieto, Jr. # 999149

“Cómo Llegué a Ser un Artista en el Pabellón de la Muerte”

Cuando el Pabellón de la Muerte se encontraba en la Unidad ELLIS ONE, trabajé como un empleado prisionero de confianza. Mis obligaciones consistían en hacer el aseo, alimentar a los prisioneros, y repartir la ropería y artículos de higiene a 60 convictos que estaban alojados en una sección de 3 pisos. La sección que se me asignó fue la sección J-23. Durante mi turno de 8 horas, también (claro, por debajo del agua) llevaba y traía papalotes [recados], vendía cigarros, y básicamente hacia la función de un manager del mercado negro. Marqué la línea en el asunto de traficar con cualquier cosa peligrosa como drogas o puntas, porque me niego a tomar parte en el asesinato de alguien más o cualquier experiencia dolorosa. Aún los condenados ponen sus límites.

Al terminar mi semana de trabajo habría acumulado 300 a 400 estampillas que me dan por mis actividades. La vida en la prisión solo se hace soportable cuando uno puede poner sus manos sobre algunos artículos extras simples, como especies de la cocina o una nota de algún amigo que está en una sección diferente, especialmente cuando uno está encerrado en celdas de aislamiento. Tomaría estas estampillas y buscaría prisioneros en mi propia sección que escribían a amigos por correspondencia o quienes mandaban paquetes grandes a su casa a través del correo. Cambiaría una estampilla de correo de 29 centavos por artículos de la tiendita de prisión, generalmente a la tarifa descontada de 25 centavos por estampilla de correo (29 centavos era la tarifa a pagar por una estampilla de primera clase en el 96/97.) Nunca faltaba gente que quisiera aprovechar una oportunidad de ahorrar, así que siempre tenía café y algo de comida en mi locker.

Desafortunadamente, como todas las cosas buenas, mis días de abundancia se cayeron de golpe. Un día hubo una revisión sorpresa de mi celda en el peor momento posible, y los guardias encontraron 400 cigarros y cerca de 600 estampillas. Había estado acumulando mis fondos durante un buen tiempo, para poder comprar algo de madera y accesorios para empezar a hacer joyeros y relojes. En esos días, los oficiales de la prisión entendían que las manos ociosas eran cosa mala, y nos permitían comprar todo tipo de artículos para arte vendidos por los comerciantes del mundo libre. Un amigo mío estaba esperando un pedido grande de madera y aglomerado para que yo pudiera hacer aproximadamente 30 joyeros y unos cuantos relojes. El no estuvo, con toda razón, contento cuando no le pude pagar mi porción del pedido, pero esta es la prisión y me puse a cuentas con él más tarde. ¡Hasta se podía hacer pedido de cajas de navajas para afeitar por los cientos en esos días! Después de la redada, me mandaron a la Oficina del Capitán para “platicar” sobre mi situación. Respondí diciéndoles que llevarán a cabo…eh…ciertos actos bastante repugnantes con un burro felíz, lo cual fue recibido bastante bien. Se me premió con un viaje gratis a celda de aislamiento durante 2 semanas, pero nunca recibí un caso disciplinario porque, por alguna razón, se les olvidó ponerlo por escrito. Sé esto, porque un sargento con el que estaba en buenos términos me dijo que nadie podía entender la razón por la que me habían puesto allí. Me hice el tonto (¿quién no lo haría?), y ella me dijo que me tranquilizara durante 30 días, y ella me llevaría ante el comité para que me regresaran mi trabajo.

Desafortunadamente, tres días más tarde, en el Día de Acción de Gracias, un grupo de prisioneros, dirigidos por Martin Gurole, intentaron escapar. Solo Martín logró saltar la cerca. Durante varios días lo buscaron antes que su cuerpo acribillado fuera encontrado a menos de una milla de la unidad por un grupo de oficiales del Departamento de Justicia Criminal de Texas (DJCT) en un “viaje de pesca”.

Debido a este intento de escape, hicieron lo que es típico del DJCT y nos castigaron a todos cancelando todos los pedidos de artículos de arte al mundo libre, quitando el programa de trabajo, y nos metieron a todos los empleados prisioneros de confianza permanentemente en una sección de segregación administrativa. En Marzo del 2000 fui mandado arrestado a mi condado, y durante mi ausencia el Pabellón de la Muerte fue cambiado a una localidad ultra-segura de la Unidad Polunsky. El que me haya perdido de este éxodo en masa fue un alivio mayor para mí, porque he escuchado de humillaciones que los demás hombres tuvieron que sufrir: Los Texas Rangers orquestraron completamente el cambio, y forzaron que todos se pararan en línea, completamente desnudos, para encadenarlos juntos. Intencionalmente fijaron los metales muy apretado, diciendo que si no se ponía morado un miembro superior o inferior en 90 segundos que no estaba suficientemente apretado. Los hombres gritaron y maldijeron durante todo este tiempo, y fueron apilados en los camiones para el viaje. Como dije, estoy feliz de habérmelo perdido.

Cuando regresé de mi condado en Septiembre del 2000, mis primeros pensamientos se enfocaron en sobrevivir. ¿Cómo me puedo alimentar sin estar en un programa de trabajo, ningún movimiento, y ningún tipo de “estatus” en el cual puedo esforzarme para subir? Después de un año de “dieta de una nutrición apenas suficiente” del DJCT, me estaba viendo bastante delgado. Afortunadamente, se me cambió al lado de un vecino que se llamaba Eddie Lagrone, conocido como “Big 50” [El Gran 50]. Gracias a él, ¡terminaron mis días de hambruna! Él era uno de los mejores de todos los artistas que he conocido en mi vida. Él me ensenó a usar grafito (el cual él había guardado de sus días viejos en la Unidad Ellis), la forma de ver una foto, y en dos meses estaba pintando retratos de los seres amados de los muchachos. El me enseño bien. Aún cuando tenía poco abastecimiento, lo compartía, porque él sabía que yo le daría buen uso, y así lo hacía. Después de su ejecución, el abastecimiento se bajó a cero, y tuve que aprender a ser creativo porque ahora lo único que se nos permitía comprar eran lápices normales No. 2. Uno puede apoyar los lápices para conseguir diferentes matices y texturas, pero se requiere de mucha habilidad y tiempo. Pero, poder alimentarme de nuevo me hizo sentir otra vez como hombre. No siempre es posible ser auto-suficiente en segregación, pero hay muchos de nosotros que intentamos, no queriendo ser una carga a nadie en el mundo libre. Quitar nuestra habilidad de sentirnos como hombres es parte de la ciencia detrás de segregación, y se debe confrontar en cada vuelta que uno da. Y hablando de esto. También aprendí como fabricar bocinas, cocer con agujas hechas a mano, y fabricar “líneas de pescar”. Big 50 recibe el crédito de esto.

He aprendido a ser creativo con mis técnicas, como usar q-tips en retratos dibujados, o usar cabello humano para hacer un pincel para mezclar el grafito. Uno puede trabajar el grafito para que penetre el tablón con un pincel apretado, haciendo que el tablón se vuelva aún más oscuro, lo cual es vital porque los lápices No. 2 nunca se desvanecerán completamente por sí solos para formar un negro verdadero. Igualmente uso una técnica que se llama “ahumando la tabla” (a lo que Thomas se refiere como “usando polvos”). Mediante el uso de un calcetín y el grafito rayado del lápiz, se puede aplicar una capa bastante pareja de diversos tonos de gris. Después, usando un borrador se puede sacar los colores blancos y dibujar dentro de esos espacios borrados. El efecto total es bastante impresionante.

Como dije, todas las cosas llegan a su fin. En Julio, instalaron 1000 cámaras en el Edificio 12, lo cual ha asesinado todo mi negocio. Estos días, si lo ven a uno pasando cualquier cosa de una celda a otra, se nos manda al Nivel, por “traficar y comerciar”, lo cual causa un caso mayor. De nuevo a la dieta de hambre, lo cual aún es peor que antes, porque, claro, todos estos cortes de presupuesto significa que van a ir primeramente contra la comida.

Esto no quiere decir que ya terminé con el arte. He decidido intentar trabajar con pluma. Esto es particularmente desafiante, porque no se puede cometer ningún error. Además, esto va a requerir que aprenda un grupo de técnicas totalmente nuevo, pero esto es lo que más o menos mantiene la sanidad de uno intacto aquí, o por lo menos tan “intacto” cómo es posible, después de casi dos décadas de “vida” en el DJCT.


Arnold Prieto Jr.



© Copyright 2011 por Thomas Bartlett Whitaker y Arnold Prieto Jr.
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