Thursday, September 30, 2010

Cartas a un Futuro Prisionero del Pabellón de la Muerte, Parte 12

Escrito por “Escuela Vieja”


Joven,

Sé que es de mala educación, pero no quiero darte mi nombre. No me gusta para nada escribirlo en recados porque muchos de ellos son leídos por la ley y después los colocan en sus archivos. Simplemente me puedes llamar Escuela Vieja. Ese ha sido mi nombre por siempre porque he sido viejo por siempre.

He estado pensando sobre qué escribirte desde que te vi aterrizar y este joven nos ha estado dando lata de que te escribamos y es muy difícil saber qué decir. No se puede describir esta granja. Es tan odiosa y tan cruel que las personas siempre están pensando que estoy en un juego de confusión cuando intento hacerlo. No es ningún juego, joven ciervo. Esto es todo lo que te queda frente a ti. La verdad es que he estado encerrado tanto tiempo que ya no puedo recordar ningún otro tipo de vida. Duele intentar recordar.

La verdad es fea. Tengo miedo. Todo el tiempo. Si ese fuera mi castigo, entonces diría que lo están llevando a cabo bien. No me siento orgulloso de lo que hice, pero si la policía hubiera hecho su trabajo en ese tiempo, no hubiera estado en mis manos resolver ese problema. No estoy diciendo que algunas personas simplemente necesitan ser asesinadas, pero la policía sabía que el hombre estaba haciendo daño en la calle y simplemente se cruzaron de brazos e hicieron nada. Así que, ahora estoy aquí por hacer lo que cualquier padre de familia hubiera hecho, pero no sé qué le pasó a mi valor. Se esfumó todo. Cada maldito día tengo miedo. No he ido a recreación en 7 u 8 años. El lugar está cochino con bacterias allá afuera y cuando sales de tu casa las leyes [guardias] pueden entrar y hacer quien sabe qué. Tal vez colocar cámaras y micrófonos en tu casa. En ocasiones se meten a la tubería y hablan por las ventilas como si fueran un demonio, intentando provocar una reacción de la gente. Lo he visto muchas veces. Solo me ducho una vez al mes, si acaso. No me gusta vivir así pero esa agua me causó enfermedad; está infectada con algo. En ocasiones se llevan mi toalla cuando estoy en la regadera forzándome a secar con el aire y a agarrar un resfrío o me dejan allí por más de una hora. Saben que mis rodillas no funcionan, así que tengo que sentarme en los pisos mohosos y termino ensuciándome más de lo que estaba cuando entré a las regaderas. Hacen esto porque saben que no voy a hacerles nada. Estoy demasiado viejo para juegos y violencia y ellos lo saben. Ya lo verás por ti mismo, joven ciervo.

En un tiempo tuve bastantes amigos. En el mundo les caía bien a las personas y me mandaban cartas agradeciéndome por lo que había hecho y diciéndome que iban a cuidar de mí por siempre. Tienes que procurar mantener a tus amigos y familia lo más que se pueda porque todos se irán algún día y luego vas a estar como yo. Este lugar es malo, pero es aún peor cuando no tienes pan [dinero] para pasta de dientes o jabón o comida para reemplazar la comida que te dan aquí. Antes tenía muchos amigos acá con nosotros en el Pabellón, pero la mayoría ya están muertos. Han matado a más de 350 hombres durante mi tiempo en este lugar. No te puedes siquiera imaginar lo que es eso, así que ni siquiera intentaré decírtelo. Mi memoria no es tan buena como lo fue en un tiempo, pero puedo recordar a casi la mayoría. La mayoría eran mis amigos. Algunos eran hombres duros, pero fueron endurecidos aún más por este lugar y solo 3 de ellos podrían llamarse malvados. Todos los demás hubieran funcionado bien en prisión para después ser liberados. No pienso nada cuando recuerdo sus nombres. No puedo sentir nada ya más acerca de casi nada, con excepción de sentir temor todo el tiempo. Porque no vamos a salir. Uno de mis últimos amigos fue Rocky. Al final se enloqueció, no saliendo de su casa ni siquiera deseando ver a sus hijos. Le dieron cadena perpetua pero nadie sabe dónde está. Su familia no lo puede encontrar y nadie aquí sabe dónde está. Es como si ya lo hubieran enterrado. Aún si te dan cadena perpetua, no vas a salir. No existe la libertad condicional para nosotros. Aunque fuera así ¿piensas que alguien te va a estar esperando a las rejas? Sales solo, y el mundo ya cambió, y te subes a un camión y vas ¿a dónde? No queda ningún mundo para ti allá afuera.

No sé qué consejos darte, joven. Te van a convertir en un monstruo. Eso le pasa a la mayoría. Monstruo, o loco como yo. O muerto. Hay muchos diferentes tipos de locos acá, pero solo un tipo de muertos. Esas son tu elecciones. Debería haberme suicidado cuando nos cambiaron a Polunsky. Sabíamos que era algo malo por la forma en que nos ajustaron las cadenas hasta no sentir nuestras manos, y por la forma en que nos hacían andar desnudos a todos lados. Ahora yo también tenía miedo.

Ya no sé si Dios es real, y qué me hará si cometo suicidio. En la iglesia siempre dicen que es un pecado, pero nunca han visto este lugar y ahora no hay un verdadero hombre de iglesia [capellán] con quien podemos hablar. Todos los predicadores en este lugar son blancos y no van a perder el tiempo en ningún viejo negro como yo más que para decirme que cambie mi forma de ser, como si pudiera hacerlo tan fácilmente. Tal vez tengan razón. Tengo demasiado miedo para intentarlo y demasiado miedo para seguir viviendo.

Ten cuidado de su comida. ¿Ves lo que parece gasolina flotando en un charco de agua encima de esos ejotes? Es algún tipo de veneno. Cada vez que como sus verduras me siento cansado y como si no tuviera ninguna preocupación. Eso les facilita poderte dar empujones y alinearte. Te quieren como ovejas. Es por eso que te dan el desayuno a las 3 de la mañana y cierran con fuerza las puertas toda la noche para que no puedas descansar. Anteriormente trabajábamos en el Pabellón. Esa fue la última vez que dormí bien porque soy el tipo de hombre al que le gusta poner manos a la obra. He estado trabajando desde que tenía 12 años de edad y mis manos aún siguen estando bien y fuertes y no tiemblan para nada. Trabajé en la fábrica de ropa en la Unidad Ellis en los viejos días. Era tan bueno con esas tijeras que cuando veía un oficial con una camisa o pantalones que le quedaban demasiado grandes, lo arreglaba sin cobrar y parecía como que la camisa había sido hecha a su medida. En ocasiones me compraban comida y verdaderamente me agradecían como si solo fuéramos dos personas reales, no personas en una prisión. Esa fue la última vez que uno de estas leyes [guardias] me sonrió o me vio como si fuera más que un negro acabado. En estos días ya no hay trabajo. Siempre dicen que se puede lograr clemencia, pero ¿cómo funciona eso cuando no existen programas ni iglesia, y cuando está uno solo en una caja todo el día? Nadie ha logrado explicar eso.

Quisiera poderte dar algunas buenas palabras, joven. Estoy demasiado viejo y oxidado para eso. Sé que algunos de ustedes están intentando ser mejores, pero no sirve de nada ahora. No existe la palabra “mejor” ni “peor” Todos nos quieren a todos muertos y eso es lo que van a lograr. Todo lo que te puedo decir es que las hojas para afeitar están sin filo, pero tienen suficiente filo. Quisiera yo tener el valor, pero tal vez tú eres más fuerte que yo. Lo siento.




© Copyright 2010 por Thomas Bartlett Whitaker.
Todos los derechos reservados

No comments:

Post a Comment