Wednesday, November 2, 2011

No Saludándo con la Mano, sino Ahogándome


(Nota del Autor: Esta es la segunda versión de este artículo, habiéndose perdido la primera versión en el mar, en el temido Tríangulo Polunsky.  En un esfuerzo de aplacar los obviamente disgustados dioses del cuarto de correos, he retirado aproximadamente un 30% del contenido del original.  No creo que se haya quedado tan bien, así que por favor discúlpenme.  Simplemente no tengo el tiempo para pelear esta batalla de nuevo en este momento. – TBW)


Las estaciones están cambiando, e igualmente lo está el vecindario.  Por razones insondables a los cerebros de menor grado pertenecientes a nosotros los temblorosos inmortales, aproximadamente dos veces por año, los poderes existentes deciden iniciar un gran juego de celdas musicales.  Durante un período de varias semanas, los de por sí ya sobre trabajados y mal pagados oficiales del turno de la noche se ven forzados a participar en una orgía de cambio de celdas.  En algunas noches, pueden cambiar a diez prisioneros de una sección a otra, mientras que en otras noches el conteo es posible subir a treinta. “No nos corresponde entender el por qué,” porque la razón no tiene ni una maldita cosa que ver con eso.


ARNOLD fue desplazado a la Sección – B el 7 de Octubre.  La mayoría de la sección siguió poco después, dejándome a mí y a otros cuatro atrás.  Sospecho que nosotros, igualmente, recibiremos nuestras órdenes de marcha tarde o temprano, lo cual es una lástima porque me agradaba mucho esta sección.  Para empezar, la Sección – A es la sección “de muestra”  de la administración.  Cuando se da un tour a un grupo, aquí es a dónde los traen.  Es un cuanto humillante que los pueblerinos  se nos queden viendo boquiabiertos, y en una ocasión, como chiste (el cual no fue muy apreciado) colgué un anuncio en la pared de la sala de recreación interna que decía: ¡Vengan a Ver  a los Monstruos en su Hábitat Natural! ¡Mantengan sus Manos Alejadas de los Barrotes Mientras se les da de Comer!  El tour en ese día incluía oficiales de prisión de Oklahoma que estaban de visita, los cuales, aparentemente, también habían experimentado las mismas humor-ectomías  que sus homólogos Texanos.  Y bien, lo positivo a estos safaris penales es que por lo menos ellos ponen un poco de esfuerzo en mantener limpio  este lado de la sección.  No estoy diciendo que comería alguna cosa del piso, pero las marcas quemadas en las paredes rápidamente son pintadas para taparlas, y ocasionalmente usan blanqueador en la sección de regaderas.  Para vida en una prisión que se localiza en un estado en donde la mayoría de la población no puede ni siquiera escribir las palabras “derechos humanos”, esta sección le llega muy cerca a un Ritz-Carlton.


Más importante, esta mitad de la sección es inquietantemente silenciosa.  Cada SECCIÓN se compone de seis divisiones con 14 personas en dos hileras.  Dividiendo la sección por la mitad está una pared de concreto, por lo tanto, en realidad solo se puede comunicar con la mitad de la sección a un tiempo, y solo cuando uno grita a los límites superiores de la capacidad pulmonar.  El lado ABC de la Sección – A es altamente irregular.  Para empezar, la Sección – A es dónde residen los hombres que tienen fecha de ejecución.   Aún cuando esté a su completa capacidad (como lo estuvo este verano pasado), es una subdivisión que está relativamente silenciosa, por razones obvias.  La Sección – B solo tiene una celda ocupada al presente tiempo, en lo que estos fascistas llaman una “celda de control”.  Estas mazmorras secretas no tienen enchufes eléctricos ni agua caliente, y no se le permite a uno ninguna pertenencia ni siquiera un colchón al ser colocado dentro de este lugar.  En ocasiones, uno tiene la suerte de que se le permita quedarse con una camiseta y boxers.  No son colocaciones temporales: hombres pasan meses o años encerrados en esta forma.  El residente al presente tiempo es un tipo al que llamamos Lagartija, el cual ahora tiene fecha de ejecución para Febrero 1.  Acabo de enterarme que no van a permitir que su esposa lo visite, debido a un evento que pasó hace más de dos años.  En rara ocasión condono la violencia, pero en veces este lugar se vuelve tan sordo que…..


Pero bueno, la Sección – C es en donde me encuentro actualmente.  El ambiente está tan apagado aquí en comparación a mis experiencias pasadas que en ocasiones parece que estoy viviendo en una celda de control.  Es grandioso.  Los otros beneficios son notables: debido a la falta de personas en esta mitad de la sección, nosotros, los de la Sección – C, generalmente podemos reclamar los patios externos de recreación aún en nuestros días “internos”.  Desde que me cambiaron para acá en Marzo, creo que he estado en el SALON DE RECREACION INTERNA  en cuatro ocasiones.


Siempre y cuando uno tenga a alguien cerca de su vivienda con el que uno se lleve bien, la ventaja de estar afuera es algo importante.  Pasar dos horas afuera encerrado en una jaula junto a otra persona llega a volverse viejo en forma rápida si el compañero es un tonto.  Esto puede volverse….problemático, porque parezco ser bendecido con la habilidad a atraer en forma magnética a dichos vecinos tontos.  Llámenlo mi súper poder.  Igualmente, he tenido mi buena dotación de prisioneros locos, pero estos tipos viven en sus propios mundos y en su mayor parte se mantienen fuera del mío.  Debería calificar mi etiqueta de dichas personas como tontos.  Sé perfectamente bien que este ambiente pone una cantidad inmensa de presión psicosocial sobre las personas.  Lo sé. Créanme.  Muchas de las cosas que escribo, a la postre se vuelven tan detestables, y verdaderamente me pregunto en qué estaba pensando cuando puse el lápiz al papel.  Así que, tal vez estos hombres a los que me refiero no son en ninguna forma bastardos, muy por dentro.  Solo sé lo que son, y a lo que me refiero es simplemente el comportamiento.  Allí está.  Consideren calificadas mis quejas malhumoradas.  Eso no cambia el hecho de que su comportamiento es exasperante.


He tenido por lo menos uno de los tales buenos para nada como un vecino directo desde Enero del 2009, al grado que aún algunos de los oficiales han empezado a comentar sobre este hecho.  Saben, me considero ser un individuo decentemente inteligente, por lo menos en estos últimos años.  Generalmente puedo deducir cosas en un grado aceptable, si me dan suficiente tiempo.  Hubo un tiempo, hace uno o dos años atrás, cuando observaba a estos bellacos con paciencia, rectamente viéndolos como una oportunidad para practicar todo tipo de actividad virtuosa.  Pienso que eso es sabiduría, y estoy orgulloso de mí mismo por actuar en esta forma.  De alguna manera, en este año pasado he perdido esta cualidad, este intento de nobleza.  Me volví frustrado, institucionalizado, desanimado.  No voy a decir que respondí a su  virulencia de igual manera que ellos, porque ese tipo de respuesta fue muy ocasional.  Sin embargo, lo que sí hice tal vez fue peor: Simplemente actué con indiferencia.. Los hice a un lado como seres humanos, ignorándolos totalmente.  Deje de usarlos como oportunidad de crecer.  Siendo benévolo conmigo mismo, en ocasiones eso es tal vez lo mejor que podemos esperar cuando somos confrontados por personas verdaderamente desagradables.  Pero si permitimos que esto se vuelva nuestro estado normal – de la forma que yo lo hice – perdemos el camino a algo vitalmente humano.


Afortunadamente, la vida tiene una forma de enseñarnos las cosas que necesitamos aprender.  Esto funciona mejor cuando la mente de uno está preparada para recibir la lección, o por lo menos el proceso es más cómodo cuando esto sucede.  Sin embargo, cuando uno es tan terco como lo soy yo, las fosas deben ser cruzadas y las paredes escaladas antes que la lección pueda realmente penetrar en forma profunda.


Basado en la distancia que había empezado a poner entre mi persona y otros, frecuentemente pasa que tengo la oportunidad de salir solo, especialmente en la primera ronda (6:00 a.m.).  No está tan mal, salir uno solo al patio.  Claro, vivimos todos en aislamiento, así que, en cierto sentido siempre estamos solos, pero aún en la profundidad de una unidad de segregación administrativa, nunca se puede completamente evitar los indicios de otras personas: sus olores, sus ruidos, su desecho.  Poder inhalar el aire vigorizante de la mañana sin el incesante parlotear de algún primate confundido y descontento es colocado entre los placeres más raros dentro de este campo de concentración vaquero.


La verdad es que he empezado a jugar “mi último” juego.  Fui el primero al que mi vecino y amigo, Robert Hudson (RIP)  le dijo de esta tendencia hace muchos años atrás.  Dijo que cuando el tiempo de uno se acerca, los prisioneros del pabellón de la muerte empiezan a darse cuenta que este verano puede ser el último, esta Navidad, este cumpleaños.  Una vez que uno llega al Quinto Circuito, el margen de tiempo se comprime, y se convierte en la última ocasión para escuchar cierta estación de radio, la última ocasión para comer cierto alimento o recibir correspondencia de cierto amigo por correspondencia.  Cuando uno recibe fecha de ejecución, empieza uno a manejar el último sábado por la noche, la última mañana, el último lo que sea. (Por lo menos ya no tenemos la miseria de contar con nuestras últimas COMIDAS, gracias Senador Whitmire.  Con Demócratas como estos, ¿quién necesita a los Republicanos?)  Puede ser que me quede un invierno más, pero también, puede ser que no, así que no voy a rechazar la oportunidad de salir, aún si está en los 40s y el Comandante McMullen no nos permita tener nuestras chamarras.


Pensé que iba a salir solo esta mañana.  Los oficiales parecían haber terminado de sacar a personas a los patios, así que empecé mi habitual correr.  Estaba ya entrando a los veinte minutos de hacer esto cuando mi ensoñación fue rota por un sonido de las cerraduras de las puertas externas que eran abiertas.  En la próxima ocasión en que pasé por la pared de las ventanas a prueba de balas, logré ver lo último de la procesión de oficiales, una nube de tormenta densa de uniformes grises y azules presentada en una imagen impresionista borrosa a causa de lo grueso del vidrio.  Caminando en medio de ellos se encontraba una masa grande de blanco, pero no podía deducir cuál era el prisionero que dentro de poco se uniría conmigo.  No estaba terriblemente complacido por este cambio de evento, pero siempre y cuando fuera alguien decente, esto no se convertiría en un malgaste completo de dos horas…


Se abrió la puerta y salió caminando Polifemo.


Maldición.


Ese no es su nombre verdadero, claro.  A estas alturas, los lectores de mucho tiempo atrás, se han acostumbrado a mi manera de crear seudónimos en este sitio web, pero este no sigue el mismo tipo de codificar.  En general lo llamo así porque, desde la primera vez que lo conocí, me ha recordado de los cíclopes que pasaron unos cuantos días comiéndose a unos hombres de Odisea, por lo menos hasta que los demás lograron emborracharlos y enterrar una lanza ardiente en su ojo.  Poly es un hombre enorme, brutalmente grotesco tanto en su fuerza y su actitud.  La mayoría de los pedófilos caben dentro de un tipo específico: pequeña estatura, antisociales a elevado nivel, y todos logran dejar la impresión de que realmente son invertebrados.  No así con este buey [animal grande y fuerte].  La primera vez que lo vi en acción, estaba robándose las revistas, pertenecientes a alguien más, en la sala de recreación interna, en vez de pasarlas a otros como era la intención.  Al estar haciendo esto, se aseguró de informar al dueño que tenía intención de cortar las fotos y anuncios que contenían niños y hacer algunas cosas bastante poco agradables con ellas.  Esto nos incendió a todos, incluyéndome a mí.  Prefiero mantenerme lejos del tema de sexo en este sitio web, así que simplemente resumiré al hombre con una frase altamente técnica del DSM-IV-TR y el ICD-10:  Este hombre está tan loco como una maldita hacha carnicera.


No hay forma de que un ser humano pudiera ser tan ofensivo como esto sin hacer un gran esfuerzo.  Una mirada hacia él puede hacerles saber que desea la validación y a la misma vez rechaza firmemente la validación de otros, una confluencia turbia emocional que siempre – sin falla – logra producir miseria.
No ayuda el hecho de que habla con una epéntesis estrafalaria, insertando b´s y m´s a la mitad de palabras que no las necesitan.  No existe ninguna cantidad de artificio en mi arsenal literario capaz de poner lápiz labial en este puerco.


Inmediatamente decidí que lo iba a ignorar.  Una mala situación, pero no soy extraño a este tipo de personas y esto parecía la única opción que estaba a mi disposición en donde no fuera arrastrado dentro de su pequeño universo vulgar.  Yo, el que estoy buscando compasión por parte de otros, tenía ninguna para Polifemo.  Él tomo la insinuación, y procedió a caminar en círculos.  Después de un rato, se detuvo y se acostó sobre el concreto frío, viendo hacia arriba al cielo a través de la rejilla.  El sol estaba saliendo sobre el horizonte en algún lado más allá de este coloso de concreto, y podíamos ver sus rayos rosados empezar a pegar los barrotes de metal arriba de nosotros.  Algo sobre su mirada vacía fija movió las corrientes dentro de mí, pero seguí ignorándolo y continué mi correr.  Continuó acostado en esa forma alrededor de una hora, y solo se sentó cuando me paré en frente del lavamanos para limpiar el sudor de mi cara.  Parecía como si quisiera decir algo, y yo estaba realmente concentrándome, realmente presionando mi voluntad a través de la reja hacia adentro de su grueso cráneo, rogándole que simplemente mantuviera su maldita boca cerrada.  No quería ser grosero, pero no tenía deseos de platicar.  No tomó la insinuación.

“Este puede ser mi último invierno, así que, gracias por no correrme del patio.”


Maldición, maldición, maldición.


Más allá de tener una conversación con Poli, la última cosa que quería escuchar salir de su boca era algo que recientemente había estado en mi mente.  Es difícil para una persona identificarse con algunas personas, algunas ideologías, y no quería pagar el costo en esta ocasión.  Hace cinco años, probablemente lo hubiera seguido ignorando.  Diez años atrás, hubiera escupido en su cara y dicho algo simultáneamente teológico y escatológico.  Ahora, caminé unas cuantas vueltas más, y empecé con lo que se podría registrar como una de las conversaciones más extrañas en mi vida.


No fue completamente una tierra donde fluye leche y miel.  Con todo humano (definitivamente incluyéndome a mí mismo), generalmente uno tiene que vadear a través de varias millas de cosas sin importancia antes de llegar a tierra sólida que vale la pena poner en el mapa.  Polifemo no era diferente.  Es un hombre cuya conversación es muy confusa para seguir, su mente rápida a salirse por la tangente hacia conclusiones frecuentemente estrambóticas.  En varias ocasiones su furia bostezó y se asomó de por debajo de las cobijas.  Causando más molestia,  en general dio una lección no intencional sobre los errores de pensamiento cardinal y su relación a la criminalidad.  Estos errores son múltiples en número, oscilando desde los cincuenta y dos postulados por Samuel Yochelson y Stanton Samenow in La Personalidad Criminal  hasta los nuevos encontrados en el manual de psiquiatría que conseguí del GIDDINGS STATE SCHOOL [Escuela Estatal Giddings].  Mi lista es un cuanto más simple, habiendo reducido el catálogo a ocho.  Con “aplaque”,  los delincuentes hacen notar lo injusto de la vida, y echan la culpa a otros de sus elecciones.  El “punto límite” incluye alguna forma de frase o imagen visual (“Al diablo, simplemente hagámoslo”) que hace corto circuito en todo pensamiento sobre el tema, simplemente permitiendo que los delincuentes actúen sin preocuparse sobre las consecuencias. El error de “tener el derecho” significa que cualquier acción es justificable para poder alcanzar lo que uno desea. “Orientación de poder” significa que el criminal siente que este es un mundo de perro-come-a-perro, y aquellos que son fuertes e inteligentes pueden hacer lo que les plazca. “Sentimentalismo” es el error en el que los criminales ven hacia atrás hacia las cosas buenas que han hecho en su vida y se convencen de que no deberían  considerarlos totalmente responsables por las cosas malas. “Súper optimismo” es la tendencia de creer que nada malo le podrá jamás pasar, incluyendo castigo.  “Indolencia cognitiva” significa que simplemente no quieren hacer caso a los detalles en la vida.  Finalmente, “discontinuidad” significa que no logran cumplir con un compromiso, llevar a cabo las intenciones, y permanecer enfocado en las metas al paso del tiempo.


En ocasiones, cuando hablo con los muchachos aquí, me hago un recuento mental de estos errores que han sido cometidos, cambiando las pequeñas piedras de colores de un ábaco dentro de mi cabeza en vez de verdaderamente entablar en la conversación.  Poli logró darle a todos los mencionados, exceptuando el “súper optimismo” en menos de treinta minutos, siendo un tipo de record.  Lo que realmente empezó a picar mi interés fueron las continuas referencias a algo que le había pasado cuando era más joven, haciendo referencia a ello como si yo supiera a lo que se refería.  Esquivé esto, pero no podía resistir preguntarle acerca de su atracción por los niños.  Puedo decir que en general entiendo todo tipo de crimen.  No lo condono, no lo excuso ni intento racionalizarlo como Durkeim, pero por lo menos puedo entender la lógica imperfecta detrás del hombre que roba una pequeña tienda y termina disparándole al cajero.  Sin embargo, nunca he podido entender a un pedófilo, y pensé que no tendría mayor oportunidad de preguntarle a alguien que en ese momento.


Esperaba que explotara, pero hizo exactamente lo opuesto, en cierta forma internándose a su propio ser, a un lugar profundo en donde podría excavar en la memoria para darme algún tipo de respuesta.  Finalmente, me pidió que describiera a mi mujer “perfecta”.  Lo hice.  Después me pidió que imaginara que la Corte Suprema prohibiera la heterosexualidad, y requiriera que los hombres amaran a los hombres. ¿Podría fingir?  Le dije que no, probablemente no.  Le dije que me imaginaba que podría hacer los comentarios correctos en funciones sociales si lo tuviera que hacer, pero que nunca podría realmente sentir atracción por otro hombre.  Dijo que era lo mismo con él en relación a niños, que él no puede ver a un adulto de esta misma forma.  Básicamente dije que esto era tontería, y le expliqué sobre cómo las raíces del impulso sexual claramente tienen que ver con la continuación de la especie,  y en cambio, lo que él decía era totalmente visto de otra forma.  Estuvo de acuerdo, pero dijo que simplemente estaba explicando el por qué no podía cambiar ni ser rehabilitado.  No sé exactamente cómo llegó hasta el punto en el que está (tengo mis teorías), pero por lo menos ahora entiendo la naturaleza de su enfermedad,  intenté presionarlo sobre algo de esto, y la conversación se tensionó bastante, pero lo que empecé a ver detrás  de sus comentarios era incertidumbre.  Nosotros, en America, consideramos axiomático que cuando alguien hace algo, han pensado bien la acción y creen que es lo mejor para ellos.  Este racionalismo es el corazón de la criminología clásica, que hace ya tiempo ha sido desacreditaba por los académicos pero aún sigue siendo el corazón terco de la jurisprudencia Americana: somos totalmente responsables por nuestras acciones porque las hemos entendido todas en su totalidad.  Creo que la realidad es muy diferente, y todos lo sabemos: la mayoría de las veces simplemente actuamos, y después intentamos racionalizar nuestro comportamiento después del hecho.  Polifemo transmite un aura de rabia y violencia.  Lo que realmente hay en su interior es un remolino potente de confusión, pesar, e incertidumbre.  Su enojo, me di cuenta, es análoga a mi arrogancia: un camuflaje ingenioso diseñado a transmitir exactamente lo opuesto a lo que estamos sintiendo por dentro.


En cierta ocasión, TE Lawrence escribió en The Seven Pillars of Wisdom [Los Siete Piláres de la Sabiduría] que en ocasiones parecía una certeza en la degradación.  Uno nunca puede resumir la vida de un ser humano con unas cuantas páginas de un texto, pero esto por lo menos parece  como una buena aproximación a Polifemo.  Puede igualmente aplicarse a mí, o por lo menos, al hombre que fui.  Ahora entiendo que su comportamiento no es una lanza, pero más bien un escudo.  Es la forma en que él ha manejado esta cosa, esta vida.  Creo que es justo decir que este hombre nunca me caerá bien.  Pero de la forma en que antes lo había hecho a un lado porque pensé que lo había clavado a la pared y etiquetado, ahora tuve que admitir que era más un enigma, y no puedo odiar algo que no entiendo.  Me imagino que poder hacer esto es lo más cerca a la mejor definición de ignorancia que puedo formular.


Después de momentos como estos, me gusta tomar un paso hacia atrás y evaluar las cambiantes líneas de fallas geológicas en mi percepción del mundo, e intentar descifrar en qué lugar estropeé las cosas.   Todos hemos escuchado las obviedades sobre intentar  “caminar una milla” en los zapatos de tal por cual.  Odio los clichés.  Básicamente, simplemente son mímicas lingüísticas que han sido fijadas y permiten a las personas que las usan  percibir que entienden un punto en forma profunda, sin haber siquiera hecho, en realidad, el levantamiento mental pesado requerido.  Es sumamente difícil caminar en los zapatos de alguien como Polifemo, pero si voy a condenarlo, debería por lo menos hacer el intento.


Esta lección fue rápidamente reforzada, una vez que estuve abierto a hacerle caso.  Unos cuantos días después de que escribí la sección original acerca del Polifemo, el mundo no llegó a su fin.  Esto no es un suceso atípico, el mundo no llegando a su fin, excepto que se supone que debía pasar.  Miles (eso puede ser una burda subestimación) de bufones ingenuos realmente creyeron que el mundo debía caerse y morir el 21 de Octubre, simplemente el más reciente en una larga tradición de Armagedones religiosamente inspirados que vienen desde hace dos mil años.  La fuente del rumor recurrente era el mismo que la fuente del último fallido Arrebatamiento, un lunático proveniente de California llamado Harold Camping.  El 21 de Mayo, yo y Arnold nos divertimos en gran manera, silenciosamente burlándonos de aquellos que sentían que estaban por recibir “libertad para ir con Jesús.”  En defensa propia, esta no es la primera  desventura de fin-del-mundo que he sobrevivido.  En 1988, un muy aterrorizado e igualmente ingenuo Thomas de 8 años de edad esperó con paciencia la ardiente desaparición del planeta Tierra, como fue profetizado por el autor e charlatán intelectual (sin mencionar un alto calificado idiota) Hal Lindsey.  Creo que uno debería experimentar ese tipo de terror solamente una vez, antes que ese hechizo en particular es roto para siempre.


Desgraciadamente, mi vecino al presente tiempo también es un teísta de hueso colorado, y se la pasó toda la semana haciendo preparativos para una partida veloz al siguiente reino.  En esta ocasión, me quedé con mi comentario, no deseando producir fricción entre nosotros.  El día antes del evento fallido, decidió que iba a ayunar las últimas 24 horas de su vida, y me mandó toda la comida que tenía en su casa, junto con su radio y sus artículos de limpieza.  Dijo que pensaba que yo podría necesitar tales cosas durante la Gran Tribulación, lo cual me imagino significa que los escépticos no están invitados al cielo.  Encontré todo esto altamente divertido, y contemplé comerme toda su comida.  Apenas me resistí,  y coloqué toda su propiedad en la esquina bajo una cobija para resistir las fuerzas “satánicas” de tentación.


Cuando llegó y se fue  la gran hora, escuché buscando oír algún tipo de respuesta del otro lado. Después de unas cuantas horas, empecé a preocuparme, pero los oficiales dijeron que estaba vivo y sentado a su mesa, mirando la pared fijamente.  Alrededor de las 9:00 p.m. lo escuché llorando silenciosamente, tratando de no soltar grandes sollozos.  Les tengo que decir, no creo que me he odiado tanto en años como me odié en ese momento.  Las personas a mi lado de la hipótesis sobre Dios pueden ser tan malditamente engreídos, con toda nuestra ciencia y evidencias y critica hermenéutica.  Es tan fácil olvidarse de la necesidad, la desesperación máxima de creencia, la confianza en saber que el Señor de arriba te tiene cuidado, y después el silencio de Su falta de acción, la desolación total y completa de lo que significa esa ausencia.  Silenciosamente columpié mi línea dentro de su casa y amarré todas sus pertenencias a la línea.  Después de eso, le escribí una rápida nota y se la mandé.  Decía: No te importe lo que Dios está o no está haciendo.  Simplemente sé bueno y vive tu vida con honor.  Si Él es quién tú piensas que es, eso es suficiente.”  No sé cómo fue que me volví tan separado y cínico, pero no quiero que esto sea lo que defina mi persona nunca más.  Realista, sí.  Pero no….tan solitario.


El día después del Arrebatamiento que No Sucedió, me cambiaron a la Sección – D, exactamente una sección más allá de donde estaba.  En realidad, la distancia total del movimiento fue menos de cincuenta pies.  El ocupante anterior de esta celda fue ejecutado este verano pasado.  No lo conocí bien, ni, para ser honesto, quise conocerlo.  La noche en que me cambiaron, pasé como tres horas limpiando cada superficie excepto el techo.  El hombre muerto me dejó un pequeño dibujo en la pared, el cual empezaba como lluvia cayendo de las nubes sobre un cacto.  Al pie del cacto estaba insertada una llave, básicamente como la de un grifo de lavamanos.  Saliendo del grifo había gotas de líquido, las cuales caían en barriles, lo cual después caía en botellas.  Saliendo de una de las botellas había un chorro más pequeño, cayendo dentro de la boca de un vaquero borracho Mexicano, el cual estaba orinando su propio chorro en la tierra.  Profundo o chistoso, no sabía cuál era el punto que quería transmitir, pero verdaderamente era una de las piezas de arte de pared más curiosas que hubiera yo visto en años.  Cuando me fui a la cama, apagué la luz y entré en shock  al ver que también me había dejado algo más.  Arriba de mi cabeza brillaba un campo pequeño de estrellas, imposible, sin embargo, muy presente.  Rápidamente prendí de nuevo la lámpara y me subí a mi cama para ver más de cerca.  Aparentemente había estado sentado durante años sobre unas calcomanías en forma de estrellas y que brillaban en la noche.  Quiero decir, no han permitido entrar calcomanías al sistema durante por lo menos 15 años, si no más.  Debió haber sabido que su tiempo era corto y esto sería su última celda regular antes de ser mudado a las celdas de preparación para ejecución.  Ver las estrellas era lo más cerca a mi cosa favorita en todo el mundo en mi vida anterior, y realmente no he visto una estrella verdadera desde el incidente irregular en el 2008.  Resuelto el misterio, apagué de nuevo la luz y las conté: 42 pequeños puntos resplandecientes.  No exactamente la Vía Láctea, pero aun así,  un regalo de valor incalculable.  Repentinamente desee haber podido conocer mejor a este hombre cuando tuve la oportunidad.


Leí un libro una vez en la universidad sobre el Dilema del Prisionero.  Probablemente han escuchado anteriormente sobre este juego, aún si lo conocen por otro de sus muchos nombres.  El punto básico del ejercicio es explicar por qué dos actores independientes pueden no cooperar, aun cuando es en su mejor interés hacerlo.  Es solo una coincidencia de que su nombre se aplica tan directamente a mi situación.  El dilema generalmente es expresado en esta forma:

A dos hombres los arrestan, pero la policía no posee suficiente información para sentenciarlos.  Después de separar a ambos hombres, la policía les ofrece a los dos un acuerdo similar: si uno testifica en contra de su compañero (deserta o traiciona) y el otro permanece en silencio (coopera o asiste), el traicionero se va libre y el cooperador recibe sentencia de un año completo.  Si ambos permaneces en silencio, ambos son sentenciados a solo un mes en la cárcel por un cargo menor.  Si cada uno “raja” acerca del otro, cada uno recibe una sentencia de tres meses.  Cada prisionero deberá elegir o traicionar o quedarse en silencio; la decisión de cada uno se mantiene en secreto. ¿Qué deberán hacer?


Este ejercicio se complica rápidamente, pero en términos generales, cada vez,  se “gana” más cuando se traiciona a la otra persona.  Consideren la Guerra Fría: En la competencia armada entre los Estados Unidos y el CCCP, ambos tuvieron la opción de aumentar reservas de ICBMs o acordar reducir las reservas de armas.  Ambos estados se beneficiarían de expansión militar no importando lo que el otro haga, así que ambos lo hicieron.  La paradoja descansa en el hecho que esto parece como una acción racional, aun cuando el resultado fue tanto irracional como casi suicida para la especie en su totalidad.


Creo que esto es lo que yo he estado haciendo en los últimos aproximadamente 18 meses: alejándome de las personas, antes que alguien más pueda apuñalarme por la espalda.  Esta no es la forma en que yo quiero termine mi vida.  Conozco las matemáticas en esta situación.  Sé todo acerca de estrategias repetitivas y Equilibrios Nash (si vieron la película “A Beautiful Mind” [Una Mente Hermosa], ustedes también saben acerca de estos, de la escena en el bar con la hermosa rubia y sus amigos).  Sé lo que se requiere para ganar el Dilema del Prisionero.  Si uno elige cooperar, puede ser que se pierda, y se pierda frecuentemente.  Lo que se me había olvidado es, si no tomas el riesgo sobre otras personas, estás garantizado a esto.


Nadie lo escuchó, el hombre muerto,
Pero aun así,  estaba tendido allí gimiendo:
Me encontraba mucho más lejos de lo que pensaban
Y no saludando con la mano, sino ahogándome.
-Stevie Smith, 1983

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© Copyright 2011 por Thomas Bartlett Whitaker.
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