Thursday, February 28, 2008

Consejos De Los Medio Muertos

Febrero 28, 2008

Estas llanuras desérticas vacías
que se extienden
ante mis ojos, como
el paisaje de un mundo muerto,
sé que no existen,
sin embargo, son
todo lo que conozco
todo lo que existe dentro de mí
Aquellos que caminan apresurados, sin cuidado
a mi lado,
ven las Campos Eliséos
encubiertos por el cielo azul celeste
Por lo menos, eso me dicen
-y les creo.
Siempre les he creido,
ya que por largo tiempo he sospechado
que mis ojos miran
y no ven
más allá de la plaga de mis propios ojos…

Gabriel Alejandro Morán González
“Espejos y Simulacro”
(Mi traducción)

Creo que vivo la mayor parte de mi vida en un tipo de bruma. En dondequiera que estoy viviendo, lo que sea que estoy haciendo, no siento como si estuviera totalmente allí. Ah, lo disimulo muy bien. Observo cosas, gente. Detalles. Hasta hago uno o dos comentarios ignorantemente cáusticos, o diez; tengo un pensamiento, que va de paso, del sabor u olor de algo, pero esto todo es una simple función de mi cuerpo. Cada vez más, no me siento como si mi cuerpo realmente está conectado a la idea del “yo”, y me pregunto si esto es algo bueno o algo malo. Mi cerebro me traiciona, me confunde, mi cuerpo se quiebra debajo de mí. Desesperadamente quiero hacer lo correcto, pero constantemente hago lo incorrecto, y después, no puedo dar razón de por qué lo hice. Veo hacia atrás, a mi vida, y siento como si estuviera viendo la película de otra persona. ¿Estoy solo en esto? ¿Es maduréz? ¿Me salté el trozo que está en la mitad de mi vida, determinado a morir como un hombre viejo? ¿Estoy solo en esto? Tal vez parte de ser humano es el entumecerse a lo ordinario de la vida. Sé que esto me pasó a mí. Simplemente no siento que fui construido para enfrentar este nuevo mundo valiente. Como si debería haber algo más, y los ahorros, y productos para el pelo con olor a cítrico simplemente no pueden fungir como substitutos. En toda mi vida, puedo recordar solo algunos pocos momentos donde me sentí verdaderamente presente, verdaderamente conectado con el mundo, o algo más grande. Leo acerca de las personas que parecen vivir de esta forma todo el tiempo. En este momento, estoy haciendo ejercicios mediante un programa de Larry Rosenberg, el cual llega al presente a través de ejercicios de respiración meditativa. No logro que esto funcione para mí. Me imagino que necesito que el mundo me patee en la cara para despertarme, y esto pasa tan pocas veces que, cuando se va, se me olvida. Siento su ausencia, aunque no tengo idea que parte de mi persona se quedó fuera de la caja, o si siquiera estoy pensando racionalmente. Admitiré que soy culpable de pensar de más en las cosas, hasta el punto en que me envenena un sentido de nihilismo (sentido de que todo es irreal). No entiendo por qué Dios siempre parece tan lejano a las 3 de la mañana. No es Él, yo sé. La culpa es mía, y culpa de esa maquinaría descompuesta que se supone que es mi cerebro.

La forma en que el ciclo de recreación funciona: En los días de calendario nones, los muchachos de la hilera uno salen primero, mientras que en los días pares aquellos de nosotros que estamos en la fila dos salimos primero. Los Miercoles y Sábados, mi sección tiene su tiempo de recreación “afuera”. Salimos en pares, porque hay dos jaulas de recreación, una en frente de la otra. Hoy, los guardias fastidiaron el ciclo de recreación para toda nuestra sección, así que se me preguntó si quería salir “afuera” aunque no fuera el día que me correspondía. Esto sucede más de lo que ustedes piensan pueda pasar, porque manejar a 84 convictos es, aparentemente, como ecuaciones diferenciales para algunas personas. Era mi día de salir a recreación hata al último, así que les pregunté con quién me tocaba salir. El guardia me dijo que yo era un número non del tiempo de recreación que quedaba, así que saldría solo. Me he estado sintiendo medio loco y solitario últimamente, así que no estaba seguro que quería salir solo, pero al final decidí que el aire frío me haría bien. Cerca de las 8 p.m. me arropé, y en corto tiempo me vinieron a poner las esposas y llevarme abajo. Realmente no recuerdo qué pasaba por mi mente cuando recién llegué afuera. Algo típicamente fragmentario, sin duda. Estaba caminando por el perímetro del jardín, mi mente divagando en los lugares donde divaga mi mente la mayoría del tiempo, cuando el foco de arriba se fundió. Repentinamente, el amarillo enfermizo como de un vapor de sodio se había desaparecido, y no había más que el cielo de la noche encima de mí. No podía ni ver las rejillas de metal ni la malla, solo el cielo. No había visto una estrella en casi tres años, hasta ese momento. Simplemente me quedé parado allí, viendo hacia arriba, mi boca colgando estúpidamente abierta. Nunca te encuentras solo en la oscuridad en la prisión. Siempre hay una luz por encima de la cabeza, o un reflector, o algo parecido dirigido hacia tu cara. Cómo quisiera poder describir con palabras lo que sentí estar parado allí, con la brisa fría en mi cara, y las estrellas brillando su luz desde el cosmos. Me pregunté qué estrellas serían. ¿Aún estaban candentes, o habían tenido una explosión interna y se habían colapsado hace millones de años? Por alguna razón, el deseo inexplicable de acercarme más a ellas me sobrevino, y empezé a trepar por los barrotes, sin importar mi brazo lesionado, hasta que mi cara presionaba contra la malla arriba de mí. Les digo esto en retrospectiva, porque no recuerdo haberme transportado hasta allí. No sé cómo fue que se mojaron mis mejillas. Después de unos cuántos siglos, o unos cuantos minutos, no sé cuál, el oficial de guardia finalmente notó que la luz se había apagado. Abrió el cancel, y salió, y sumamente sorprendida, tuvo que mirar dos veces, cuando me vio dos pisos arriba. A regañadientes me bajé, y arrastré los pies hacia los barrotes que nos separaban.

Mapa de estrellas de la estrella Thomas compró las madres en su nombre

“Whitaker, ¿Qué demonios estabas haciendo allá arriba?” Se le veía preocupada, porque en un año que tenía de estar en el Pabellón de los Condenados a Muerte, nunca se me ha disciplinado por ninguna razón (y no pueden entender lo enorme de esta afirmación, pero tal vez se los explicaré algún día). No supe qué contestar. Creo que algo torpemente dicho salió en cuanto a las estrellas, pero no hizo mucho sentido, así que simplemente me encogí de hombros. Sin embargo, ha de haber notado la mirada en mi cara, porque ella misma dirigió su mirada hacia arriba, y después hacia mí, que, si no fuera más inteligente, hubiera jurado que existió un momento de comprensión seguido por algo como, tal vez, horror. Para los pocos de ustedes que no leen mis escritos para tener munición, puede ser que hayan notado el hecho de que soy…extremadamente receptivo a los estados emocionales de la gente que me rodea. Pero pude haberme equivocado. Pudo haber sido simplemente para revisar si estaba serruchando los barrotes para salirme. No creo que ella hubiera apreciado que yo le hubiera dicho que estaba hablando con Dios.

Mapa de estrellas de la estrella Thomas compró en nombre de sus hermanos

Tuve que retirarme del jardín, porque los prisioneros no deben estar allí si no está iluminado, y, naturalmente se requiere de tres comitivas de cómo veinte empleados del Departamento Correccional de Texas para cambiar un foco (no es broma). Cuando regresé a mi celda, simplemente me sentí durante un rato, tratando de poner en orden mis pensamientos. Comenzé a pensar de la cantidad de veces que di las cosas por hecho. Nunca aprecié nada, ni cómo se sentía el zacate ni la arena bajo mis pies. Ciertamente, ni las personas en mi vida. Pensé en mi amiga Tina, que es tan fiel a Dios que no guarda nada para sí. Me contó de una vez que deseaba un par de botas de piel negras, pero que vivían con un presupuesto muy estricto. Me contó de cómo, por fin, encontró el par perfecto, totalmente nuevos, en la tienda de segunda (Goodwill) por siete dólares. Me sentí tan avergonzado. En mi vida pasada, era un creído ensimismado que nunca pensaba dos veces en comprarse zapatos que fácilmente costaban 75 o 100 veces más que sus botas perfectas. Y para mí, significaban nada. Simplemente era otra pieza de camuflaje que era Thomas Bartlett Whitaker. Empezé a pensar en todas las personas que no tienen zapatos. O ropa. O nada. Odio este cáncer en mí que hace que el mundo real sea invisible. Tengo otra amiga, Brittany, la cual cocina para las personas de la calle, en un programa llamado “Comida, No Bombas”. Ella es mucho más joven que yo, pero es tan inteligente que apenas puedo mantener una conversación con ella. Tina y Brittany se encuentras un mundo aparte ideológicamente, pero ambas son mejores personas que yo. Quisiera parecerme más a ellas, menos egoísta. En ocasiones, intento ayudar a los hombres a mi alrededor , pero ni siquiera estoy seguro acerca de mi motivación. ¿Es lástima? ¿La lástima es mía para dar? ¿Es una forma inconsciente de posicionarme arriba de ellos? ¿Tiene todo esto sentido? No pienso, en el amplio esquema de las cosas, que tener unas cuantas pastas ramen más que los demás me da derecho de sentirme superior.

A continuación, empezé a meditar en cuanto a la gracia. Pienso que entiendo el concepto. Pensarían que después de todo el perdón que me ha mostrado mi papá durante estos pocos años pasados, que sería un experto en este asunto. Existe una parte de mí a la que no le gusta la gracia; quiero que Dios sea mi tiburón prestamista, mi gangster. Quiero pagar por mi pecado. Parece que está cósmicamente mal no tener que hacerlo. Todo gira alrededor de amor, se me ha dicho, y me imagino que entiendo a nivel intelectual, pero a nivel del corazón, es un completo misterio para mí. Sé lo mal de la cabeza que estoy, y lo inmerecedor que soy de amor.

Desconozco si Dios aún habla con las personas como lo hizo con Moisés, o si ese pensamiento callado en tu cabeza que sale de algún lado es Su voz. Todo lo que sé es, mientras estaba sentado allí, meditando en mi poco valor, pensé en cómo sería si Dios bajara a mi celda, y me dijera que el Gobernador me había perdonado, y que me iba a casa. Le pregunté cuál era el gancho, y me dijo que alguien más iba a tomar mi lugar en la ejecución. Estuve meditando en la moralidad de esto, cuando me di cuenta, que si crees en la Biblia, esto ya pasó. Traté de imaginarme lo agradecido que estaría si fuera liberado, y reconocí que nunca me había sentido ni la decima parte de felicidad sobre la oferta del perdón por los pecados. Todo lo había dado por hecho, claro, al igual que todo lo demás. En ocasiones simplemente tienes que caer de rodillas. Parece que ultimamente me la paso haciendo eso muy a menudo.

Existen muchos de ustedes a los que les gusta visitar mi sitio web para hacerme notar los errores en mi lógica. Probablemente pensarán que personas como yo no tienen ningún conocimiento del cual ustedes podrían sacar provecho alguno. Reconozco que tengo ausencia de sabiduría. Sin embargo, en ocasiones, la vida le enseña, aún a los más tontos de nosotros, cosas que valen la pena recordar. Pienso que mi petición es esta: Dejen de vivir en una bruma. Quítense los zapatos y sientan el pasto bajo sus pies. Abracen a su esposa o sus hijos con más fuerza esta noche. No estoy predicando. Aprecien estas cosas, cualquiera que fuera. Porque todos tenemos una cita. Tal vez la tuya no esté puesta como la mía, pero ya está allí. Por favor, no lo desperdicien como yo lo hice. Por favor.

© Copyright 2008 por Thomas Bartlett Whitaker.
Todos los derechos reservados.

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