Wednesday, October 13, 2010

Cartas a un Futuro Prisionero del Pabellón de la Muerte, parte 15

Escrito por Randolph “Amun” Greer # 999042

La Parte 14 se puede ver aquí

Bien, hermano, ya regresé. ¿Estás bien hoy? Bien, bien, X. Soy un ferviente creyente en que los horizontes son ilimitados, y con firmeza creo que los tuyos lo son. Pero para ti, al igual que para todos los demás, ¡ se requiere de disciplina y trabajo árduo para lograr los sueños de uno, y mantenerlos! ¡Y lo que aprenderás aquí en el Pabellón de la Muerte en Texas es que muchos de los individuos en este lugar no están dispuestos a “sacrificar” para poder llegar a ese punto, o a la meta que todos profesamos alcanzar! Muchos individuos aquí quieren oro, pero no quieren trabajar con el fin de lograr ese oro. Quieren el cielo, ¡pero no quieren pasar por el infierno (las luchas) para lograrlo! ¡Pero si no hay luchas, no hay progreso! Aquellos que profesan solo favorecer la libertad, sin embargo, menosprecian la agitación, son solo hombres y mujeres que quieren cosecha sin tormentas con truenos y relámpagos. Su lucha puede ser una normal, o tal vez puede aún ser una lucha física, o ambas, pero sea lo que sea, te probará. O no sería una verdadera lucha.

Simplemente observa por lo que tenemos que pasar a diario, con todas las reglas/políticas cambiantes y refuerzos que se hacen al azar. Piensa sobre la forma en que luchamos para lograr cosas en este lugar cuando se nos quitan nuestras pertenencias, o nunca se nos dan; ¡cosas a las que tenemos un derecho constitucional! ¿Cuántas semanas van ya que ha estado a 40 grados farenheit? Y aún no hemos visto ninguna cobija ni chamarra. Piensa en aquellas ocasiones raras en que realmente ganamos; se siente tan bien, ¿no es así? Es porque siempre puedes mirar hacia atrás y ver el progreso que has logrado a razón de toda la ética de trabajo en la que te has esforzado durante tu caminar, y hace que uno se sienta bien al ver los resultados. Sin embargo… en igual forma está el otro lado a eso. Y este es otro asunto del cual quiero dialogar contigo, y se relaciona con “sacrificio”.

Necesitas estar consciente de que no siempre vas a ver ni a cosechar las recompensas y beneficios de la lucha. Quiero que pienses en los viejos tiempos, hacia el tiempo en que los esclavos eran tratados como objetos y era una práctica legal, practicada como religión en esta tierra y ampliamente aceptada. Podemos ver como muchos de nuestros ancestros, y no solamente nuestros ancestros, pero aquellos que eran simpatizantes con nuestros ancestros, lucharon lado a lado, y continuaron haciendo lo necesario para romper el ciclo vicioso de la era de esclavitud. Muchas personas perdieron su vida durante ese tiempo, muchos perdieron sus vidas pero no tuvieron que hacerlo. La perdieron porque creyeron en la lucha: vivieron para la lucha y al último murieron por ella. Murieron con la esperanza de mejores días para sus hijos y los hijos de sus hijos, y más allá. El punto que quiero resaltar, hermano, es que existirán tiempos en que te vas a cansar, o te vas a desanimar, pero nunca te des por vencido, hermano, aún cuando las probabilidades de que salgas de esta locura ileso (aún vivo) sean lóbregas. Nunca te des por vencido, porque ultimadamente ¡solo Uno tiene la llave de la vida y la muerte, y ese es el Uno ante el cual te postras día y noche! Yo creo que alguien intentaba transmitirte esto el otro día cuando estabas platicando con tu vecino. Escuché la conversación en su totalidad, y puedo honestamente decir que tu vecino solo se expresa desde un punto de vista crítico, y en términos que están diseñados para intentar que veas las posibilidades más allá de los árboles en el bosque.

Ya sé lo que estás pensando, pero realmente quiero que medites sobre lo que voy a compartir contigo, porque este próximo tema es algo con lo que te vas a enfrentar a diario: racismo e intolerancia. Oye, hermano, sé cómo te sientes en relación a tu vecino, debido a su forma de pensar y sus ideologías. Pero no te permitas enredarte con los racismos sistemáticos que invaden estas paredes institucionales. No permitas que el temor ignorante de otros en cuanto a la identidad de otro hombre te envuelva y dificulte ser social y aprender de otros. Porque aunque tu vecino apesta a racismo, y usa expresiones de tono racial, el tonto tiene algo de conocimiento en muchos temas, y puede ser bueno que conozcas algunas de las cosas que él conoce de ciertos temas. Todos podemos enseñar algo a otros. Especialmente procura poner atención cuando te toca estar junto a algunos gatos que estudian diariamente. Generalmente son mayores, pero tienes también algunos hombres jóvenes que pueden abrir nuevos mundos para ti.

Al aceptar crítica constructiva, en ocasiones, hermano, habrá personas que no siempre saben darla en una forma propicia, pero aún en aquellas ocasiones – pon atención al mensaje de esa crítica y ve si se trata de algo que vale la pena o si simplemente alguien está tratando de odiarte. En ocasiones, la crítica más severa podría ser la más potente en términos de elevarse a uno mismo, si solo hubiéramos tomado el tiempo de ir más allá de nuestra emociones, y captar el mensaje que teníamos a la mano. Su crítica pudo haber sido un cuanto severa y también bastante vaga, pero ten en mente que realmente estaba intentando ser analítico y simplemente no pudo expresarlo. Lo impreciso de ello puede ser debido al hecho de que tú y él estaban intercambiando un diálogo. Y siento que, sí, en ocasiones podemos ser dogmáticos aún sin darnos cuenta. Creo que siendo un revolucionario (uno efectivo en la revolución social), uno debe ser crítico consigo mismo más que nada para asegurar que en nuestra búsqueda de liberación no simplemente cambiemos la cara del opresor a nuestra propia al intentar imponer nuestras creencias. Y aunque sé que esta no fue tu intención, esta fue la dirección que tus palabras aparentaron tomar, y fue la impresión que causaste, mientras sutilmente aventabas partículas de lo que crees y tu opinión sobre cómo deberían ser las cosas. Así que, claro, esto abrió la puerta para que él expresara sus puntos de vista barbáricos, extremistas y excéntricos. Es por eso que siempre digo, ten cuidado cuál puerta eliges, porque, una vez que la hayas abierto, te has permitido ser expuesto, atacado y asesinado…si no estás usando buen juicio.

Pero ve, ya lo hubieras sabido si hubieras estado más en guardia y alerta a tu juego, antes que te hubieras permitido llevar a cabo dichas conversaciones. Lo hubieras detectado viniendo hacia ti a lo lejos de mil millas desde un acantilado de 50,000 pies, como el ojo de un águila acechando su presa, ¡el gorrión! Me gusta usar esta misma analogía cuando estoy dialogando con estos oficiales de rango que pasan por aquí, los cuales tienen la tendencia de intentar imponer sobre nosotros sus caprichos personales, empleando su autoridad a través de la “susodichas políticas”. ¡Políticas, las cuales ni entienden por completo ni siguen! Los veo venir a mil millas de distancia, y es por eso, si notas, hermano, esa es una de las razones por la cual no tengo problemas en lograr hacer lo que yo quiero en este lugar cuando tiene que ver con los jefazos. Ellos saben que yo conozco las reglas. ¡Yo conozco NUESTRAS reglas, y conozco las reglas que ELLOS tienen que seguir!

Lo otro tiene que ver con el tiempo y el trabajo de sacrificio que he hecho en este lugar, tratando de lograr cosas para todos nosotros aquí en el Pabellón de la Muerte, luchando contra esta administración y todos los supervisores al igual que su comando central en Austin, a través de muchas protestas y organización externa en la cual he tenido ingerencia a través de los años.

Pero, como iba diciendo, siempre debes procurar tener cuidado en lo que permites que salga rodando de tu lengua, porque la lengua es como una espada de doble filo. También siento que el órden para que cualquier revolucionario tenga éxito en su batalla, primeramente tiene que entrarle a la aún más peliaguda lucha: la lucha interna dentro de uno mismo. Soy un firme creyente en el concepto “SER”, que somos “dioses”, que somos creadores, que existen leyes de la naturaleza que son afectadas según lo que pensamos y creemos y hacemos. Por lo tanto, en respecto a eso, nos convertimos los creadores de nuestras propias realidades y (en parte) destinos y solo reitera lo que Kahlil Girbran dijo en alguna ocasión acerca del hombre y la vida: “El que no es amigo de sí mismo es su propio enemigo. El que no es su propio amigo, es enemigo público. Ya que la vida emana desde adentro de uno mismo, y no de lo que lo rodea a uno.”

Esto a mi me dice que un hombre que no toma el tiempo para estar consigo mismo, amarse, ni toma tiempo para introspección, es un hombre esperando a que pase un desastre, y él será el manifestador de su desastre debido a su estado interno horrible. Eso conduce a lastimar a otras personas, lo cual adicionalmente lo hace un enemigo público. Tu estado interior automáticamente se reflejará en tu existencia exterior. Es como la ley de gravedad. ¡ya! Allí va la palabra de nuevo: ley. No es negociable, aunque puede que no la puedas ver. Así que, sí, creo que necesitamos mantener en mente que debemos ser muy críticos de nosotros mismos porque si estuviéramos internamente estancados, igualmente estaremos estancados en la revolución social. ¡Es automático, causa y efecto!

Lo cual me recuerda, oye hermano, los tipos realmente anti-social y narcisistas pueden ser muy oportunistas y superficiales en su conducta. Tienes que poder ver a través de ellos y encima de ellos para poder sacarles la vuelta. No te asocies en ninguna manera con ellos: encuentra solo personas de calidad, los cuales te han mostrado que son dignos de confianza. Esto no deberá detenerte de ser una mariposa social, si eso es tu naturaleza, ¿me entiendes? Sé tú mismo…y no permitas que nadie más “te haga”. Y en relación a la pregunta que me hiciste en cuanto a los gatos en el piso inferior al tuyo, oye X, si yo fuera tú, considerando el tiempo que llevas aquí y la razón por la que ellos están aquí, yo no gastaría mi fuerza ni energía en ese asunto, porque a decir verdad, no veo nada más que drama y animosidad saliendo de esa situación, así que déjalo ir. No vale la pena.

Recuerda lo que te dije al comenzar esta carta: manténte alerta de tu medio. ¡Estás en la penitenciaría y en el Pabellón de la muerte, hermano! Esto no es el Ritz Carlton ni el Hotel Hyatt. Los tontos hacen ruido para ser vistos y escuchados. Y lo sepas o no, ¡muchos de ellos están teniendo muchas enfermedades mentales y deficiencias! Así que, bajarse al nivel de ellos, haciendo más ruido excesivo simplemente para ganarles y agitarlos, sería descortés. ¡Y la descortesía es la débil imitación del hombre de la fuerza! Así que, no vayas a ese punto, ¿entiendes? ¡Mantente anclado, hermano! ¿Recuerdas lo que me dijiste que querías para ti mismo? ¡Salir al mundo y estar con tu chica; esa sería tu meta! ¡Ninguna de las otras cosas en este lugar deberán siquiera significar nada en comparación a eso! Recuerda esto, hermano, nada en este mundo es más desagradable a un hombre que tomar el camino que conduce a sí mismo.

Gasté muchos de mis años mozos aquí en el Pabellón de la Muerte intentando agradar a otros, intentando probarles a ellos quién era yo y que soy real. ¡Olvídate de esa basura, hermano! Tú sabes quién eres, y con el tiempo, otros lo verán igualmente. No le debes nada a nadie, más que a tu Dios, y a aquella pequeña niña que trajiste al mundo. Así que, hasta que estés contento con tu persona, ten cuidado en NO convertirte en la persona que otros perciben eres. Me preguntaste si pienso que las cosas cambiarán en relación a estos tratos inhumanos que estamos teniendo que aguantar aquí en el Pabellón de la Muerte, al igual con la abolición entera de estos principios diabólicos e faltos de ética. Claro, hermano, las cosas cambian día a día. Las mentes y opiniones del ojo público constantemente están cambiando. ¡Nada permanece igual para siempre, joven! El cambio es inevitable. El crecimiento, su compañero, es opcional.

Bueno, me retiro de nuevo. Intentaré terminar esto para entregártelo mañana. Mantén tu cabeza en alto.

Amun



© Copyright 2010 por Thomas Bartlett Whitaker.
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