Friday, August 3, 2007

Te Presento a Prieto

Agosto 3, 2007 2:15 a.m.

Es sorprendente cómo puede cambiar una persona después de estar encerrado. Yo sé que la sabiduría convencional establece que la prisión no mejora a la persona. He leído bastantes artículos en donde le llaman a este lugar “La Universidad del Crimen”. Debo admitir, probablemente existe bastante de eso. Sin embargo, en mi experiencia personal (y tal vez esto se limita al pabellón de condenados a muerte), no veo violencia en los hombres que me rodean. Observo casi una búsqueda desesperada de mejora personal e iluminación. No lo hacen porque esta evolución les vaya a ayudar desde el punto legal, les aclaro. Para todos es obvio que el proceso de Apelación en Texas básicamente es un solo coloso gigante multimillonario en dólares. Cuando obligas al hombre a considerar su propia mortalidad, y le das un amplio tiempo para deliberar acerca de ello, te sorprenderías de los cambios que se producen. Son tan amplios y tan variados que no sabría cómo empezar a enlistarlos – constituyen un cambio total de carácter. No creo que alguno en mi vida pasada podría siquiera reconocerme. Me imagino que eso es algo bueno, aún cuando lloro, como de luto, por el hecho de que nunca tendrán la oportunidad de darse cuenta por ellos mismos.

He notado que en el último año he estado recordando mis sueños con mayor facilidad. Nunca acostumbraba recordarlos – y repito, nunca. Cuando mi ex-prometida me preguntaba sobre lo que soñaba tenía que inventar algo, o simplemente decirle que no recordaba. Ahora parecen venir a mi mente tan vívidamente. Aún cuando es cierto que hubiera preferido vivir sin recordar la mayoría de ellos, es bueno sentirme…normal en cuanto a esto. Creo que tiene algo que ver con la identidad. El viejo yo estaba compuesto por un parchado de personas (el fiscal lo llama “máscaras”, pero eran mucho más fundamentales que eso), preparado con anterioridad para diferentes situaciones. Eran casi completamente inservibles, y eso me arruinó, pero era todo lo que podía hacer para sobrevivir. Piénsalo: Despertar casi en un estado natal. Surges sin historia, y después pasas los siguientes momentos parpadeando y bostezando, re-ensamblando el pasado, barajeando los fragmentos en que estás constituido para ponerlos en orden. ¿Qué pasaría si no tuvieras puntos de referencia para saber qué piezas deben ser conectadas a otras? Toma el ejemplo del cerebro de una computadora: Los datos no están guardados en orden cronológico. Se van insertando uno a la vez, un pedazo de dato aquí, otro por allá, distribuidos por muchos sectores del disco. Lo que hace que un programa funcione son las pistas que conectan toda la información. Yo no tenía pistas. Creo que mi cerebro despierto gastaba tanta energía entrando en pánico que se me olvidaba lo que había soñado. Cualquiera que ha dormido cerca de mí puede dar testimonio de que tan rápido y abruptamente me despierto. Lynne acostumbraba pensar que era simpático que si me tocabas cuando estaba tomando siesta, echaba un salto como si fuera una vaca siendo marcada. Solía pensar que eso significaba que tenía reflejos como de un gato. Bueno, cualquiera que sea la razón, he pasado los momentos en que estoy despierto preguntándome: “ Bueno, ¿ qué diablos significaba todo eso?” Mi único amigo aquí en el pabellón de los condenados a muerte, Arnoldo Prieto, piensa que no es lo que vemos en nuestros sueños lo que importa, sino lo que sentimos. Creo que él ha leído demasiado a Carlos Castaneda. El piensa que mis sueños están todos hechos un desastre. Probablemente ambos tengamos razón.

Realmente no pensé que lograría tener amigos aquí. Tampoco creo que Arnoldo esperaba que yo llegara a ser su amigo. Lo comparo a los amigos que se hacen durante el tiempo de guerra. Puede ser que no tengas mucho en común con el tipo que está a tu lado en las trincheras, pero ambos saben que la situación es bastante difícil, y que en el horizonte se avecina la mamá de las tormentas. Así que se forma un vínculo. Visto por fuera, las personas probablemente se preguntan cómo llegó a ser esta amistad.
En uno de mis días aquí en el Pabellón de los Condenados a Muerte, Arnoldo hizo un comentario en español a uno de sus amigos. Tengo la costumbre de no informar a la gente que hablo el español con fluidez, principalmente porque no es mi responsabilidad informar a la gente que sus ideas preconcebidas están torcidas. Además, en éste mundo, como dijo Shakespeare en King Lear, “No lo muestres todo; habla menos de lo que sabes.” Bueno, escuché este comentario, el cual, aclaro, no era demasiado negativo. Le regresé un comentario en la forma típica de Thomas (realmente debo tener más cuidado de esto). Después de los subsiguientes cinco minutos de…ah…discusión, la cual se compuso de varias palabras altisonantes, empezamos a reírnos, y nos hicimos amigos. Yo lo llamo “frijolero” y él me llama “mojado salado”. Mi nombre hace referencia al hecho que, en realidad, fui un mojado al estar viviendo en México. Millones de indocumentados Mexicanos tomaron un rumbo, y yo me fui en el opuesto. ¿Qué puedo decir? Siempre he ido en contra de lo tradicional.

Prieto es un eterno pesimista. El tipo de persona que instintivamente sabe que la luz al final del túnel proviene de un tren que viene hacia él. Eso hubiera ido bien con mi viejo yo, pero la fe ha cambiado, en cierta forma, mi punto de vista en cuanto a la esperanza. Lo que sea, ambos tenemos somos de cabeza tan dura que podemos doblar una herradura, así que, por lo menos eso tenemos en común.

No es fácil alimentar una amistad en este lugar. No se tiene muchas oportunidades para socializar en el Pabellón. Cinco días de la semana, durante dos horas, le dan a uno tiempo de “recreación”. Dos de esos cinco días se destinan a tiempo en el “exterior”, lo cual básicamente significa que puedes ver el cielo a través de una rejilla de metal a 30 pies por sobre tu cabeza. Las áreas de recreación exterior consisten de una tosca área triangular de aproximadamente 130 pies cuadrados, si mis matemáticas son correctas (y sí lo es). Digamos que es de 18X15 pies usando pies de un hombre con piernas cortas – por ejemplo, puedes caminar el perímetro en aproximadamente 14 o 15 pasos. Es como ver al cielo desde el fondo de una chimenea. El sol alcanza el piso solo un corto tiempo durante el día, y si tu hora de recreación no es cuando está directamente arriba de ti, no estás con suerte. Mi sección sale uno a la vez los miércoles y sábados. Si está lloviendo o está haciendo demasiado calor o frío puedes escoger permanecer en tu celda de 6X10 pies. Los otros tres días de recreación la pasamos adentro, en áreas similares, menos el techo corredizo (quemacocos). Los viernes y domingos no salimos de nuestra celda.

Los patios exteriores de recreación, los cuales son 4 en cada sección, se dividen en dos grupos, para que cuando estés afuera puedas conversar con el tipo de al lado. Estás dividido por un juego de barrotes y rejilla de metal, pero eso es lo más que podrás acercarte a alguien. Esto constituye la medida de socialización que se nos permite tener legalmente (favor de notar esta última palabra). Cuando estás en el interior, también estás solo. Tienes libertad de gritarle a los tipos de las celdas arriba de ti, si así lo deseas. Personalmente, yo no soy el tipo de personas que gritan, aunque te puedo decir que hay muchos aquí que no comparten mi aversión en llevar a cabo una conversación que se puede escuchar desde el espacio. Aprendes a hacer caso omiso, y a lo que me refiero por caso omiso es, comprar muchos tapones para los oídos de la tiendita de la prisión. En alguna ocasión contaré en detalle la cadena radiofónica que hemos inventado (ver el escrito de Septiembre 12). No iba a mencionarlo, pero he sido informado que las personas han estado llevando a cabo esta cadena por años, así que me imagino que no importa si doy un poco de chisme.

El Pabellón de Pena de Muerte (o, para ser más específico, el Edificio 12 de la Unidad de Polunsky, en Livingston, Texas) es lo que se conoce en términos de prisión como “la unidad de control”. La mayoría de los prisioneros simplemente la llaman el super-seg. El edificio 12 consiste de 6 áreas, designadas A-F. Cada sección está toscamente diseñada como la letra “C”, y está subdividida en otras 6 secciones, designadas también como A-F. Yo me encuentro en la sección C, subdivisión C, jaula 42 para ser más específico. Dibujaré una ilustración, aunque mis destrezas artísiticas son…ahh…bueno, iba a intentar encontrar una forma más ingeniosa de decir basurientas, pero esta palabra lo describe bien. Ver más abajo el dibujo titulado “Vida Sin Movimiento del Octavo Círculo del Infierno a Lápiz” Cada sección tiene 84 celdas. La mayoría están habitadas, ya que Texas, al presente, tiene alrededor de 400 hombres condenados. Lo cual no es un record (Cali tiene cerca de 700). Lo que sí es un record es lo rápidamente que los matan aquí (400 en Texas, en comparación a 13 en California desde los comienzos del 1980). No voy a adentrarme en esa plática, ya que tengo mi forma muy particular de pensar en cuanto a esto.

La primera sub-división de la sección A se conoce como “Observatorio de Muerte” Estas celdas están reservadas para aquellos hombres que ya tienen fecha de ejecución, la cual generalmente se da alrededor de 90 días antes de matarte. Recientemente pusieron cámaras en estas celdas después de que un prisionero (creo que se llamaba Michael Johnson) se degolló poco antes de su ejecución. La sección F se conoce como el “Nivel”, haciendo referencia al proceso de ser “nivelado”, u obteniendo un cambio de clasificación. Los prisioneros del nivel 1, de los cuales al presente tiempo soy miembro, obtienen privilegios completos, aún cuando sean escasos. Si cometes una infracción eres cambiado al Nivel 2 o 3, dependiendo de la infracción. De cualquier modo, te cortan ciertos beneficios, como el radio o la compra de algunos artículos de la tiendita. Después de pasar algunos meses en el “Nivel”, te regresan a una de las secciones regulares, lo cual parece una buena idea, pero en realidad tiene un motivo medio siniestro. Podría decir que de los 400, más o menos, existen solamente alrededor de 50 que son busca-pleitos. Estos hombres son modelos de “impulsividad pobremente controlada”. Sus actividades van desde el apuñalamiento ocasional, al lanzamiento de lanzas caseras desde sus celdas, a “hacer plantón” en el cuarto de recreación, significando que se rehúsan dejar el área de recreación cuando se terminan sus dos horas destinadas. Inevitablemente la cuadrilla de tontos entra corriendo, vestidos en su armadura de plástico, gasean a todos, y proceden a golpear y dominar al pobre idiota. Cuando lo sacan arrastrando, lo llevan al “Nivel”. Todo esto se reporta, claro. Cuando estos tipos salen de “Nivel”, lo hacen de nuevo. Solo que en esta ocasión es en otra sección. ¿Pueden imaginárselo? Es el mismo grupo de hombres, pero debido a que constantemente son cambiados, lo hace parecer como si hay una endemia de derrotas violentas. Se hace alarde de estas estadísticas cada vez que alguien dice que los prisioneros en el Pabellón de la Muerte pueden ser reformados. Si mantuvieran a estos hombres en la sección F, no existiría ningún problema en ninguno de las otras secciones. Bueno… Es lo que es. Esto parece ser mi mantra últimamente. En ocasiones no hay mucho más que se pueda decir. Me imagino que simplemente así es la vida. Pienso que tal vez solo estamos vivos en la forma que el eco está vivo. Aquellos que aún se interesan por mí aún me pueden escuchar retumbando; aquellos que no, bueno, no pueden. Simplemente quisiera que pudiera hacerlos desvanecer de mi vida tan fácilmente como aparentemente yo me he ido apagando de la suya. Mandaré el mapa la próxima ocasión. Ahora estoy cansado. Buenas noches.

Bodegones a lápiz de la 8 ª círculo del Infierno

© Copyright 2007 por Thomas Bartlett Whitaker.
Todos los derechos reservados.

No comments:

Post a Comment