Sunday, December 19, 2010

“¿Qué Mejores Ángeles?”



En el libro excepcional del Dr. Viktor Frankl “La Búsqueda del Hombre por un Significado”, el autor y padre de la escuela de psicoanálisis conocido como “logoterapia”, describe la prevalencia de una condición conocida como “idea delirante de aplazamiento” entre sus compañeros judíos cautivos en Auschwitz. Un psiquiatra antes de la guerra, Frankl fue reducido al status de un simple trabajador durante mucho de su tiempo de internamiento, pero aplicó su mente entrenada y perceptiva al estudio de encarcelamiento de tal forma que solo espero imitar en el mejor de mis días. Mientras que en ninguna manera puedo siquiera intentar igualar mi intelecto o mi situación con la del Dr. Frankl, muchos de los estados psicológicos por los que él pasó y documentó son en forma muy inquietante similares a los que yo he experimentado aquí en Polunsky. La idea delirante que he mencionado aquí describe la tendencia en que la mayoría de los hombres se involucran con el fin de formar algún tipo de esperanzas imaginarias de auxilio inmediato poco tiempo antes de ser ejecutados. Esta ilusión fue mucho muy común en el mundo de Frankl, y es mucho muy común en el mío propio, tomando muchas formas diversas.

Uno de los más comunes parece ser el casi continuo parloteo acerca de varios DESAFÍOS LEGALES que al presente están forjando sus caminos a través de la corte de apelación, lo cual puede causar que la Pena de Muerte sea determinada como una violación de la Enmienda Octava que prohibe el castigo “cruel e inusual”. Otra es la idea de que un cambio público masivo e instantáneo sucederá cuando la ciencia moderna compruebe que hombres inocentes han sido ejecutados. También Frankl notó esta situación entre sus compañeros prisioneros, muchos de ellos ambiciosamente arrebatando aún el más insignificante de los rumores, y después desfilándolos como si fueran sabiduría divinamente revelada.

Siempre he sentido como si el casting central me ha empujado dentro del rol de interpretar a Scrooge (el amargado), cuando las conversaciones tienen que ver con estos asuntos. A un hombre que se está ahogando generalmente no le gusta que se le diga que “revise la fuente” del salvavidas que se le aventó, y me he encontrado con que últimamente menos y menos hombres en este lugar entablan una conversación casual conmigo. Esto es, simultáneamente, tanto un descanso como una fuente de cierta tristeza. Soy demasiado joven para sentirme tan viejo.

Pero es difícil evitar lo obvio: el progreso social sucede cuando una pluralidad de votadores deciden que es moralmente aceptable permitir este cambio. La Pena de Muerte tendrá fin solamente cuando el porcentaje de personas quienes sienten que es inmoral que su gobierno tenga el derecho de poner fin a las vidas de sus ciudadanos es mayor que el de aquellos que no lo sienten. Mientras pienso que las tendencias ciertamente están apuntando en la dirección correcta, siento que debe decirse que no parece que este cambio se deba a un argumento moral primordial. Es cierto, no siento que uno debería siquiera molestarse con intentar usar esta moralidad cuando se está apelando al público Americano sobre un tema de progreso social. Tal vez en el pasado uno hubiera tenido una base sobre la cual estar parado cuando apelara a mejores ángeles de nuestra naturaleza colectiva, pero esos días hace mucho, pero mucho, que se fueron.

Vean la revocación de la ley “No Pregunten, No Digan”. Esta ley debería haber tenido una muerte violenta hace muchos años, gracias al supuesto concepto Americano de “igualdad ciudadana”. En primer lugar, nunca debería haber sido concebida, viendo cómo la planta generadora de la política completa continuaba con el combustible que requería que hombre y mujeres honorables vivieran una mentira. Vitoreé el fin de esta doctrina tonta, pero mi gozo tuvo un cuanto de cortocircuito por los resultados de varias encuestas sobre este asunto. Estos mostraron que la razón principal del cambio público sobre este tema no tuvo que ver con el asunto de igualdad (la mayoría aún siguen oponiéndose al matrimonio gay), pero más bien con el asunto de necesidad: cuando se están peleando dos guerras en Islamistan, no deberíamos estar negando a aceptar ningún voluntario capacitado. Fue nuestro deseo colectivo de victoria (y temor de un potencial reclutamiento militar) el que causó ese cambio; así de sencillo. Si estas guerras no se hubieran prolongado durante tantos años, nunca se nos hubiera forzado a que se abrieran nuestros ojos a una injusticia tan obvia. Es más o menos como si nunca hubo Guerra Civil, y los Americanos aún siguen sin poderse enfrentar al cambio sin intentar de dejar caer primeramente una gran cantidad de bombas. Si están teniendo dificultad delineando un paralelo entre la Guerra Civil y la lucha moderna por los derechos gay, exactamente están comprobando mi punto. Nos hemos cegado a lo obvio.

Aquí, enfrente de mí en este momento, están dos encuestas (Astin, Osegura, Sax, Korn; The American Freshman: Las Tendencias de Treinta y Cinco Años. Los Angeles: Instituto de Investigación de la UCLA de Educación Superior, 2002 y Pryor; The American Freshman: Normas Nacionales para el Otoño del 2007. Los Angeles: Instituto de Investigación de la UCLA de Educación Superior, 2007), lo cual muestra algunas tendencias algo interesantes. En estas encuestas, los investigadores han interrogado a estudiantes de primer año de universidad en cuanto a sus actitudes en varios asuntos, desde 1969. Creo que los resultados claramente ilustran el punto que quiero hacer aquí:

- En 1969, el 88.1% de las mujeres, y el 82% de los hombres sentían que era “esencial” o “muy importante” “desarrollar una filosofía significativa de la vida”. Para el 2007, los porcentajes se habían desplomado al 48.5% en las mujeres y 50% en los hombres.
- En 1969, el 30.4% de las mujeres y el 52.3% de los hombres sentían que era “esencial” o “muy importante” estar “muy bien económicamente”. Para el 2007, los porcentajes se habían disparado al 73.3% en las mujeres y el 75.7% en los hombres.

Viendo esta información, parecería que la idea de intentar deducir el significado de nuestras vidas (una parte del cual, uno supondría, tuviera que ver con la formulación de un código de moralidad) ha tomado un asiento trasero, dando prioridad a nuestra búsqueda por riqueza material. Cuando verdaderamente vamos buscando “el punto”, tendemos a saciar nuestra sed existencial en artículos banales de 140 caracteres o menos. El Sueño Americano ha descubierto esteroides y Twitter, y ahora está demasiado ocupado arreglándose frente su reflejo para que le importe que este mundo se está descociendo en las costuras. O, mezclando metáforas místicas, que el ciclo entero de consume-gana-consume es perfectamente descrito como Sysyfeano; como el infortunado hijo de Aeolus, nosotros, también, estamos atorados dentro de una rutina que es casi inescapable. La diferencia es, estamos eligiendo en forma activa este destino en base diaria.

De la misma forma actúa el sistema de de castigo capital. El argumento ya ha sido presentado, y presentado en muchos frentes, de que la raíz del apoyo para esta sentencia sale de un sentido de venganza, no justicia. Los Cristianos Conservadores son la fuerte y única columna vocal para este sistema, a pesar del hecho que la totalidad del mensaje de Jesús de Nazaret requería los conceptos de perdón y cambio para formar el rasgo central de nuestro sistema de valores (lean Juan 8). Y olvídense, claro, que Cristo mismo fue enjuiciado arbitrariamente y después ejecutado por el estado. Me supongo que es simplemente demasiado pedir que los seguidores de Cristo en verdad lean las palabras de Cristo, pero, volvemos a lo mismo, nunca han sido muy eficientes en esto, ¿verdad? (“ ‘Consideramos a cada hombre entre nosotros enemigo a las instituciones del Sur,’ dijo la Confederación de Atlanta, ‘a cualquiera que no declara con audacia que cree que la esclavitud Africana sea una bendición social, moral y política, apoyada totalmente por la constricción de Dios.’”) Remarquen cualquier parte de esto a un Cristiano, y me he encontrado que la mayoría tiende a escurrirse para esconderse detrás de los Libros del Pentateuco, lo cual comprueba bastante bien que nunca se han tomado la molestia de leer el libro que ellos proclaman ser Santo, mucho menos entender el significado de las palabras “Nuevo” y “Antiguo”. ¿Por qué no decirlo con claridad? La mayoría de las personas profesan fe en Cristo con el propósito de sentirse mejor en cuanto a sus propias faltas en su vida. Ellas reciben el beneficio del perdón, además del compañerismo y socialización que todos necesitamos para ser felices. Olvídense de realmente tener que sobrellevar el trabajo difícil de vivir una vida moral, porque, después de todo, recibir el perdón es fácil: solo se encuentra a distancia de una oración.

El argumento que muestra que el inocente ha sido ejecutado ya se ha comprobado, y comprobado en varias ocasiones. El caso reciente de CLAUDE JONES debería haber causado un alboroto, pero engendró solamente un número de editoriales tórpidos en la prensa central, antes de caerse en la cuneta al lado de la calle para darle lugar a la noticia de que, aparentemente, Bristol Palin no es una bailarina muy talentosa. ¿Necesito decir más?

No, estos argumentos significan nada, y no son parte de las actitudes evolutivas en contra del castigo capital. A lo que se reduce es al dinero, querido: simplemente es demasiado caro ejecutar a nuestros criminales. (Y eso, siempre y cuando podamos fabricar nuestros propios QUÍMICOS REQUERIDOS.) Suspiro. Si solo estos malditos jueces elitistas y “activistas” no requirieran ningún tipo de revisión judicial, podríamos solo marchar a estos criminales al bosque y dispararles a todos en la cabeza. ¡Macht nichts! Como ha sido indicado en los datos de encuesta presentados anteriormente, pocas personas tienen el tiempo de contemplar asuntos como estos, con las carreras de la vida y los diretes, y todo eso.

La caricatura que se ha incluido al comienzo de este artículo es bastante buena para resumir la situación: Las personas saben lo que está pasando, pero no les importa. No tiene que ver con ellos. No están conectados. Aún peor: el tema tiene el valor de solo una pequeña caricatura de 4 X 5 pulgadas, en vez de la ser la noticia de la página principal que realmente debería ocupar, de corazón.

Soy la última persona que debería estar comentando sobre esto. En el curso de mi vida, he sido un cretino egoísta. He odiado en forma extensiva, metido suficientes químicos dentro de mis venas y naríz y pulmones para colocar en coma a un enfurecido hipopótamo. He reprobado todo examen moral que se me ha impartido, y mis fracasos han acumulado un costo tan alto que nunca jamás podré siquiera pagar el interés que se cobra mensualmente, sin tomar en cuenta el monto inicial.

Sin embargo, tengo una ventaja; una de posición. Me encuentro ahora en un lugar donde puedo ver cosas que algunos de ustedes no pueden ver. Verdad, revisen la fuente, pero también reconozcan que aún el más insignificante de nosotros puede advertirles de la cuerda de tropiezo. De hecho, el más insignificante de nosotros puede ser el mejor para advertirles sobre esto.

Anteriormente me hacía enojar en forma tremenda cuando las celebridades empezaban a ser campeones de una causa solo después de que ellos habían sido afligidos con esto personalmente: Christopher Reeves, levantando la bandera de los incapacitados; artistas hablando sobre cáncer de mama después de pasar por una mastectomía doble, etc. Si la causa fuera tan importante, pensé, ¿por qué no la apoyaron antes de que el destino pusiera a ambos en un lugar tan hostilmente pertinente? Yo también era demasiado arrogante para ver la verdad, y como el resto de mis errores, ahora estoy pagando por esto. Anteriormente, yo nunca supe que las cortes trabajaban de esta manera, o que las prisiones deberían ser consideradas como acómplices cuando un preso bajo libertad condicional comete otro crimen. Yo no estaba involucrado; no tocaba mi vida directamente. Si me hubiera encontrado con un sitio web como este, creo que hubiera fracasado en “que me cayera el veinte”.

Espero que algunos de ustedes sean mejores seres humanos que lo que yo fui. ¿Cuándo fue la última vez en que ustedes defendieron algo? Existen tantas cuestiones que se nos presentan como personas globales en este momento, muchas de ellas mucho más prioritarias que la del castigo capital. ¿Están sintiéndose sin dirección? ¿Cómo si la vida debería valer más que esto? ¿Les puedo hacer la sugerencia de que la ausencia de una causa es la raíz de todo esto? Yo sé que para mí lo fue. Como hubiese querido que alguien hubiera podido explicarme la necesidad de participación cívica para tener una mente saludable; nunca se sabrá lo que pude haber hecho.

¿Qué se requeriría para que ustedes fueran uno de los pocos que se levanta y declara que el mundo no tiene que ser así? Porque, sí puede ser mejor.

Este Octubre pasado, cerca de 500 personas marcharon en el edificio de la Capital en Austin para protestar el uso de ejecuciones en Texas. Esta fue la multitud más grande que jamás se haya visto para este evento anual. Por primera ocasión, yo tuve un representante que asistió la marcha, pero – y este es el punto que habla mucho – ella tuvo que venir desde Australia para asistir. Anteriormente éramos el faro de luz moral para el resto del mundo. ¿Se dan cuenta de qué tanto nos hemos atrasado? ¿Les importa? ¿Cuándo fue la última vez en que ustedes defendieron una causa? Tal vez haya sido ya hace mucho tiempo. No es con mucha frecuencia que me gozo por estar equivocado, pero estoy con esperanza sobre esperanza que uno de estos días, mi declaración acerca de poder dar un argumento moral a las personas de este país pueda retractarse. Sin embargo, no estoy sosteniendo mi respiración.

Las luces nunca deben de apagarse,
La música debe siempre tocar,
No sea que veamos en donde estamos,
Perdidos en un bosque embrujado,
Niños con miedo de la oscuridad
Los cuales nunca han sido felices ni buenos.

Unas Cuantas Notas Finales:
- Si compran algún libro este tiempo de fiestas, por favor consideren el que he mencionado en este artículo, escrito por el Dr. Viktor Frankl. “La Busqueda del Hombre por Significado” tiene dos partes, la primera que tiene que ver con los recuerdos de sus años de supervivencia en los campos de concentración durante la Segunda Guerra Mundial. La segunda parte tiene que ver con la ciencia de logoterapia, la cual es un tipo de análisis existencial. Este libro tendrá un impacto en todo aquél que lo lea, pero especialmente en aquellos que están interesados en saber exactamente qué es lo que pasa dentro de la mente de una persona encarcelada. Esto es oficialmente la primera selección del Club de Libros de Thomas, y deberían poder encontrar una copia por solo unos cuantos dólares en Amazon. Es corto, y no lleno de términos complicados, y vale bien la pena su tiempo y dinero.

- Estoy en medio de exámenes finales estas próximas semanas, así que por favor perdónenme si este y los próximos artículos no están tan aceptables. Pienso que algunos de ustedes olvidan que soy un estudiante de tiempo completo, estudiando una carrera doble, y, en diferencia a mi vida pasada, ahora tomo mis estudios muy seriamente. Tan pronto como acepten mi petición de aumentar el día a 28 horas, podré dedicar más tiempo a este sitio web. Además, parece como si le estuvieran echando mucho esfuerzo en matar estos artículos en las últimas semanas, haciendo desaparecer a varios de ellos. Aguanten conmigo, por favor. Gracias.











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