Saturday, October 17, 2009

Una Búsqueda de Purificación

Octubre 17, 2009 – Sábado – 3:45 a.m.

Uno debe aceptar lo bueno junto con lo malo.

Ayer fue un día de recreo “interno” para mi sección, encajando mi celda en la posición de ser la última en salir. En uno de esos maravillosos, pero complicados cúmulos malditos del tipo del Departamento Correccional de Texas (lo cual sucede con alarmante frecuencia), resultó que estaría disponible para mi uso “uno” de los patios “exteriores” de recreo, “Si lo quieres, Whitaker.” Me aseguré de colocar la palabra “uno” entre comillas, para que no se pierdan el énfasis que quiero dar aquí, porque yo sí pasé por alto la palabra. Sería tan lindo que las personas usaran esos pequeños movimientos con los dedos de ambas manos más seguido, ¿no creen? (olvídenlo, no dije nada.)

Como ya lo he descrito en previas ocasiones, los patios exteriores existen como un par; si yo hubiera captado que el guardia dijo “uno” de ellos está disponible, naturalmente hubiera preguntado quién estaría en el otro. Pero no puse atención, y como resultado, no pregunté. (Mi “Diario de Bendiciones” para el día, para que quede registrado: El lado de Dios lee así: “Gracias por infundir un toque de compasión en el corazón de este guardia, JC. Eres un buen tipo en mi libro.” El lado racionalista lee: “Ya que ninguno de los tres guardias trabajando en la división en este día saben cómo caminar y masticar chicle a la misma vez, les falló la cuenta, y por lo tanto yo puedo salir. ¡Bravo por mí!”

Por lo tanto, alrededor de las 5:30 p.m. se me llevó “afuera”, esposado, hacia el sauna acostumbrado de las tardes de Octubre en el Sudeste de Texas. Mi celda generalmente pasa a rojo durante la primera ronda de las mañanas (6:30 – 8:30 a.m.), por lo tanto realmente nunca logro ver ningún rayo de sol a través de la malla de la jaula. Hoy no fue diferente, aunque en esta ocasión el sol venía del otro lado, lo cual por lo menos me dio una nueva serie de sombras para observar. Sin embargo eso era mejor que las caminatas en el cuarto interior. Estaba gozando mi caminar tipo rata haciendo girar la rueda, cuando se botaron los candados de la puerta, y se presentaron dos guardias, guiando a otro hombre de blanco. Gruñí al notar que era el muy malignizado violador de niños y asesino, un hombre que raramente sale de su celda. Aún los guardias sabían que la estaban estropeando, porque me vieron como disculpándose y dijeron, articulando para que les leyera los labios, “Lo sentimos, amigo” mientras partían. (Anexo al “Diario de Bendiciones” en ambas columnas: “Maldición al infierno.”)

Intento no juzgar. Realmente lo intento. No soy nadie para comentar la forma estropeada en que se encuentra alguien, pero es tan difícil, cuando uno escucha algunas de las historias de lo que los hombres que me rodean han hecho para llegar aquí. Este tipo, él es más joven que yo. No sé cuántos niños mató, pero son más de dos. Trato de no escuchar los noticieros, porque sé cómo tienden a inclinarse. Pero por lo que he visto con mis propios ojos, este tipo es un asqueroso. Entra en etapas de furia y avienta heces en el pasillo y hacia los oficiales. Llora en la noche durante horas y horas, sus lamentos haciendo eco por todo el pasillo. Eso puede volverte loco, si tienes que escucharlo durante mucho rato. No es una persona para el cual la palabra lástima viene a mente, y no deseaba estar allá afuera con él.

Como dije al principio, uno tiene que aceptar lo bueno con lo malo.

Así que, pasamos dos horas en el exterior, observando las sombras haciendose más largas, y me di cuenta de algunas cosas terribles en cuanto a la vida de esta persona, cosas que probablemente me van a perturbar por años. Mientras escuchaba, observé a una de las mascotas de nuestra sección, una viuda negra, sentada dentro de su grieta en la pared de concreto, y no podía menos que hacer la conexión de que la madre de este hombre probablemente compartía muchas cualidades con esta araña. No es mi posición mencionar lo que me compartió confidencialmente, pero todo lo que salió de su boca en cuanto a su infancia refuerza mi convicción de que los monstruos no nacen, se hacen. Y que son formados en formas muy obvias, si solo pusiéramos atención. No me cae bien este hombre. Nunca me caerá bien. Pero sí lo entiendo, aunque sea un poco. En ocasiones, la adquisición de sabiduría lleva consigo un precio pesado, una pérdida que parece ser incalculable. Aunque nunca estaré de acuerdo con el sentimiento de que “la ignorancia es dicha”, en ocasiones como éstas, entiendo porqué algunas personas piensan así.

La distancia que nos separaba era ancha y profunda. Este abismo constituía la suma total de cómo definía a este hombre en mi mente. Después de hablar con él, se hizo bastante más estrecha. Tales eventos son demasiado raros en mi mundo. Y, humildemente declaro, en el de ustedes también. Se requiere de mucha energía y tiempo para dejar nuestra zona de confort para movernos dentro del terreno de la vida de otra persona, especialmente cuando el pasto del otro lado parece más una ciénaga tibia. En estos días, ¿quién tiene energía adicional para cosas como esa?

Sin embargo, entender es una calle de dos vías, ¿no es cierto? Este hombre conversó conmigo, porque me conoce como una persona que no repetirá los detalles de nuestra conversación, y esto requirió mucho esfuerzo de parte suya. Pero, adicionalmente tuve que estar dispuesto a escuchar. Frecuentemente me siento como si soy un completo fracaso encontrando las palabras correctas para expresar lo que siento por dentro, aún cuando sé que hay un público dispuesto a escuchar. Soy un fracaso en esto, más de lo que desearía admitir. Hago el intento, torpe como es, y ustedes tienen que recorrer un grande tramo para sentir empatía, porque si no, los abismos entre nosotros permanecen. Tal es el problema que enfrentamos como especie cuya naturaleza solipsística (enormemente egocéntrica) con facilidad es su cualidad más identificable.

Si pudiera explicarme mejor, me entenderían mejor, aún cuando lo que escribo es tan amargo que avejenta el papel en el que mecanografío. Siempre he sabido esto. Mayormente, he fracasado en poner las cosas en términos con los cuales ustedes allá afuera pueden identificarse, porque nuestros mundos son tan drásticamente diferentes. Me consuelo un poco con el hecho de que en ocasiones, aún los escritores más grandes tienen este problema.

Para poder conseguir libros de la biblioteca acá en Administración Segregativa, el proceso es más complicado que el hecho de solo salir en persona y tomar lo que le gusta a uno, como lo hacen en la población general. Primero uno tiene que hacer una requisición de una “lista de estante” lo cual consiste (supuestamente) en un enlistado completo de todos los libros que hay en la biblioteca. Después, uno manda un I-60 (una forma de requisición) para pedir los dos libros que uno quiera para esa semana. Siete a catorce días más tarde, un oficial anda con un pequeño carrito y hace entrega. (Claro, siempre y cuando la biblioteca no esté cerrada, lo cual parece estar la mayor parte del tiempo. No puedo entender la razón para que la biblioteca de una prisión necesite cerrarse para un “descanso de verano”. No es como si los convictos que están a cargo de la biblioteca han podido salir a algún lado. Lógica de Texas, me imagino. ¡Yeee-haw!).

De cualquier manera, la lista de estante no da ninguna descripción de los libros que enlista, solo el título y nombre del autor. Uno simplemente emite juicio sobre lo que ve, básicamente, lo cual es contrario a algo que fui enseñado en pre-escolar, pero qué más da. Unas semanas atrás, estaba revisando la lista de estante, formulando mi propia lista para el año siguiente, para que no tuviera que volver a pedir la maldita lista en largo tiempo. Me topé con el libro de Jean-Paul Sartre “Entre el Existencialismo y el Marxismo”, y pensé, “Oye, eso suena al lugar donde yo caigo en el espectro ideológico-ontológico. ¿Por qué no intentar leerlo?” (¡Exclamación! ¡Un socialista! “Saca la horquilla, Ma!”) Chiste. Este libro lastimó mi cerebro. Me imagino que el traductor era un tipo bastante inteligente, pero necesité un traductor para el traductor. No es un libro demasiado largo, como de 300 páginas, pero me tomó casi una semana leerlo, porque tuve que detenerme prácticamente en cada oración para intentar entender lo que estaba tratando de decir. Un ejemplo típico: “Kierkegaard es un único testigo – o, como dice- la Excepción – por virtud de un redoblar en sí mismo de la actitud subjetiva: a nuestros ojos él es un objeto de conocimiento en la forma de que es un testigo subjetivo de su propia subjetividad, a decir, en la forma que es un anunciador existente de la existencia por virtud de su propia actitud existencial.” Sí, repitan eso tres veces más rápido. Una vez que hayan logrado eso, lo que ven es que Sartre realmente estaba diciendo algo bastante simple, con la mayor cantidad posible de palabrería pomposa. (o, para ponerlo en términos que él pudiera preferir: “Discúlpenme por hurgar dentro de una batalla de palabras sin sentido, pero el praxis de Sartre es descaradamente rimbombante y magnánimamente elocuente…” ¡Ja! Ok, Ok, eso fue estúpido, perdónenme. Sonaba mejor cuando lo dije en voz alta con un acento cobista Etónico y un aire despectivo elitista. (Adelante, inténtenlo. Ya saben que lo quieren hacer.) Sigue hablando en gran cantidad acerca de Flaubert, Mallarme, y Genet. Bueno, nunca he leído “Madam Bovary”, y ni siquiera sé quiénes fueron Mallarme y Genet (el capítulo sobre Mallarme, titulado “La Poesía del Suicidio” fue cortado del libro por Big Brother.)

A pesar de todo eso, habían unas cuantas líneas que captaron mi atención y que ultimadamente me llevaron a escribir este artículo: “Todos desean escribir porque todos tienen una necesidad de tener propósito – de darle significado a lo que experimentan. De otra forma, todo se desvanece – caminas con tu naríz hacia el piso, como el puerco que está creado para escarbar trufas – y encuentras nada…Pero aún poseo una convicción, solamente una, y nunca me apartaré de ella: escribir es una necesidad que todos sienten. Es la más alta forma de la necesidad básica de comunicarse…La necesidad de escribir fundamentalmente es la búsqueda de purificación.”

La búsqueda de purificación. Sí, suena correcto. Eso es lo que espero cuando me siento en frente de esta máquina de escribir. Rara vez logro tal majestuosa meta, pero aún el intento vale la pena la mayor parte del tiempo. Soy depurado mediante la comprensión de ustedes, algo que pienso que la mayoría de ustedes reconocerían hubiera parecido imposible antes de encontrar este sitio web. Pero esta laguna, ¡ay! es tan ancha. Mi amiga D me escribió recientemente la siguiente carta: “Nunca te dije esto antes, pero me molestaba cuando escribías en cuanto las condiciones en las que vives y después le preguntabas al lector, “¿Qué dice esto de ti?”. Pensé que era un interés en ti mismo. Pero un día, mientras manejaba y pensaba sobre ello, todo empezó a caer en lugar y finalmente entendí lo que has estado diciendo. ¿Qué dice de nosotros como sociedad, al permitir este tipo de castigo? Es completamente inhumano. Es enfermizo…y mucho de lo otro que he leído hace eco a lo que dijiste. Ahora me siento como una idiota por no haberlo entendido antes pero todo lo que puedo decir es que he tenido que viajar para llegar a este punto. No es que alguna vez haya creído que alguien mereciera vivir de esta forma, simplemente que no entendía en su totalidad lo que significaba vivir la extensión de una pena de muerte hasta hace poco. Creo que es importante que las personas sepan esto…¿cómo me sentiría si perdiera a alguien a quien amo, o si no pudiera ya jamás ver las estrellas? Fueron pasos de bebé que me iniciaron en el viaje hacia entender un cuadro mucho mayor. Creo que una buena parte del problema es provocar consciencia a las personas que tales atrocidades, como es el pabellón de los condenados a muerte, existen. Las personas se resisten a la cosciencia porque es una realidad tan fea.” ¿Ven?, le dio al clavo. ¡Que pudiera yo expresarme como ella! Pueden decir muchas cosas en cuanto a mi amiga D, ya que es una mujer complicada. Sin embargo, algo que no es, una “idiota”. Muy lejos de serlo. Pero, si le tomó un buen tiempo entender lo que yo había estado diciendo durante tanto tiempo, y las palabras de D siguen llegando a mi mente: “He tenido que viajar para llegar a este punto”, ¿Podremos algún día entender la vida de alguien más, si no estuviéramos allí para caminar el sendero con ellos? Pienso que no, pero falta mucho para completar la tarea de poder describir el sendero en términos claros.

Por lo tanto, me resta intentar encontrar alguna manera de ayudar tender un puente sobre el abismo que nos divide. El artículo con las fotografías que puse en sitio web recientemente pareció haber ayudado, pero tal información es extremadamente difícil de conseguir, y no es muy probable que se me presenten más tesoros ocultos de ese tipo durante algún tiempo. Solo me quedan opciones de las que me he resistido a usar durante años, y no sé qué pensar en cuanto a eso. La mayoría de los hombres a mi alrededor que tienen sitios web colocan una amplia variedad de información en relación a sus casos. Me dije que nunca haría esto, que este sitio iba a ser más en cuanto al cambio social que a ganancia personal. Aún tengo sentimientos fuertes en cuanto a esto, y las palabras de D me animan en una forma difícil de describir, al pensar que he logrado una parte de esta meta. Y sin embargo…¿puede alguien entender lo que es ser un prisionero en el pabellón de los condenados a muerte, sin entender el proceso de la corte? Cuando lo expuse a mí mismo en esa forma, sabía que era imposible. Sin embargo, aún siento ambivalencia en cuanto a llevar esto a cabo. Todos los que estamos aquí buscamos mejores abogados, uno de esos abogados de alto perfil tipo Johnny Cochrane, que aparecerán del lado izquierdo de la plataforma como los dioses del teatro Griego antiguo, y tomen nuestros casos desinteresadamente. Esa es la razón de que la mayoría de las personas exponen su información de caso en el internet. Quiero ser muy claro en cuanto a esto: No voy a publicar ninguna información legal con esta meta en mente. Adicionalmente, siempre he sentido que de todos modos es esperar demasiado que las personas normales examinen a conciencia la enorme resma de información legal aburrida. Es como leer Sartre, con la excepción de que aún cuando no lo entendemos, sabemos que está diciendo algo inteligente, cuando en cambio la ley simplemente es un montón de palabrería retrasada escrita por abogados. Tengo la esperanza de que aún así lo leerán.

No, voy a incluir algunas cosas por otra razón completamente diferente: que puedan ver la forma real en que funcionan nuestras cortes. ¿Cómo llegaste a saber sobre esto? Oh, no conocía absolutamente nada sobre ello. Yo suponía que los programas de televisión como “Ley y Orden” eran relativamente verídicos. Desafortunadamente, Jack McCoy es un producto de la imaginación de algunos escritores talentosos, y “la verdad” tiene muy poco que ver con el proceso. De hecho, nunca llegaría a tal grado de decir que no tiene absolutamente nada que ver con el proceso. He dicho tales cosas anteriormente, pero ahora voy a respaldar mis palabras con evidencia, para que otro abismo pueda cerrarse entre nosotros.

Más abajo voy a anexar una copia de mi orden judicial de habeas corpus, y algunos de los documentos que están anexados a la orden judicial (he omitido incluir los documentos que solo tienen que ver con asuntos relacionados a la ley para que no sean tentados a sacarse los ojos). La orden judicial es un enlistado y explicación de algunos de los errores que ocurrieron durante mi juicio. Digo “algunos” porque tengo abogados designados por la corte, y no tuvimos el tiempo ni el dinero para investigar todo lo que quería yo que se hiciera. (Vean esta historia del Chronicle como un ejemplo de algo que no tuvimos la habilidad para investigar. También aquí, aquí y aquí.) En ocasiones, esta información es difícil de leer, pero creo que la mayoría de ustedes lo encontrarán entendible. Puede doler un poco leerlo, porque sus nociones de los fiscales justos se va a desmoronar, pero esta es una verdad que necesitamos reconocer, y después corregir. Si esto falla en hacer que algunos de ustedes partidarios de hueso colorado de la pena de muerte tomen una pausa, entonces no sé qué más puedo hacer. Al estar leyendo, mantengan en su mente que el “Applicant” soy yo y “undersigned” es mi abogado de orden judicial.

Este habeas no me hace verme bien. Pero es lo que es: todos sabemos por qué estoy aquí. Sin embargo, como recientemente me hizo ver un amigo(a) mío, “No se trata de lo que TÚ hiciste, Thomas. Se trata de lo que hacemos nosotros como personas morales.”

No se puede lograr mayor purificación que esa.
















© Copyright 2009 por Thomas Bartlett Whitaker.
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