Thursday, October 1, 2009

No Pregunten si no Quieren Saber

Oct. 1, 2009 – Jueves

Recientemente, una amiga mía me mando unos cuantos comentarios que las personas han dejado en este sitio web en los últimos meses. Ella pensó que sería una buena idea que yo pudiera contestar algunas preguntas expuestas por muchos de ustedes, y estuve de acuerdo con ella. Voy a intentar hacer esto más seguido, ya que existen algunos pensamientos muy merecedores e inteligentes en este sitio los cuales probablemente merecen algo de elaboración. ¡Yo sabía que existían algunas personas brillantes por aquellos rumbos! Sin embargo, voy a necesitar la asistencia de ustedes que escriben para suministrarme con cualquier comentario interesante cuando son enviados al sitio web. No puedo aseverar que existirá algún tipo de sistema para poder decidir cuáles contestaré, excepto prometer que no serán consideradas las preguntas de tipo softbol. No hay razón para contestar ese tipo de preguntas, y, en cualquier caso, puedo aguantar los golpes. Por otro lado, por favor no confundan una respuesta apasionada con escarnio. No me estoy burlando de nadie que formula preguntas honestas. Para aquellos con preguntas deshonestas, bueno…esa es otra historia. Por lo tanto, me imagino que debo decir: Hagan sus preguntas con cautela. ¡Adelante!

Comentario hecho en el artículo “Si Solo Tuviera un Cerebro” - Junio 30, 2009

Terry dijo:
Pensé que el propósito de este blog era mostrar la forma en que Thomas había cambiado debido a su fe en Dios. Resultaría en tanto beneficio este blog si él pudiera dar esperanza a aquellos cuya fe falta. En vez de eso está usando este foro para quejarse constantemente.


Terry, ¿no piensas que me encantaría escribir algo sobre la forma en que Dios se ha movido en mi vida? No existe nada, ni un solo tema, que me daría mayor gozo al escribir que éste. Lo he repetido miles de veces, pero parece que a las personas no les gusta ir hacia atrás y leer los artículos pasados, por lo tanto, lo volveré a repetir, solo para no dejar nada al azar: No me considero un escritor talentoso. Dicho eso, SÍ SOY lo suficientemente bueno para escribir un artículo divertido, sentimentalmente artificial, del tipo de una celebración Kumbah-yah especial del Domingo por la mañana, el cual convencería a la mayoría que todos estamos bien, cómo somos rodeados por amor y lo grande que es Dios. Mis lectores, sin duda, causarían que mi arca de fondo educativo se rebosara, y mi petición se volvería tan popular que aún el Gobernador estaría impresionado. Esto sería tan simple de hacer. Con excepción a una cosa: No sería honesto, Terry, en ninguna forma.

Quiero ser muy, pero muy claro en cuanto a esto: Nunca he conocido a nadie que ha tratado de encontrar a Dios con tanta vehemencia como yo lo he hecho. Yo solía ser un joven extremadamente fiel, pasando por alto muchos, pero muchos eventos sociales (y el desarrollo social importante que hubiera resultado de mi presencia a dichos eventos) porque pensé que pudiera existir la posibilidad de caer en la tentación de participar en algo inmoral. En el campamento de verano, mientras los demás estaban ocupados nadando o jugando beisbol, yo caminaba por las brechas escondidas de los Ozarks, Biblia en mano. He asistido a las iglesias toda mi vida, de muchas denominaciones, y analizado los púlpitos de cada una de ellas, buscando un grano de verdad del cual pudiera asirme. Estudié en una preparatoria Cristiana. Durante todo este tiempo, mayormente leí libros teológicos, y los entendí casi todos. Desde que llegué a este lugar, he leído probablemente…oh, digamos unos 200 libros Cristianos, desde el espantoso Hal Lindsey (cuyo regocijo pobremente escondido en cuanto a la destrucción del mundo debería ser bastante aterrador para cualquier individuo sano y sobrio, pero al que perdonamos porque está meramente interesado en la “escatología”) hasta el admirable Blaise Pascal. No soy uno de esos tipos flojos que nunca ha escaneado los cielos y después ha tenido la audacia de lamentarse de que nunca ha encontrado un signo o señal de arriba. Sin embargo, no me detuve en la Biblia. He leído el Koran, y el Bhagavad-Gita, y el Rig Veda, y el Mahabharata, y el Upankishad. He devorado más Sutras Budistas de los que puedo contar. He ingerido, en ocasiones con mucho malestar, y en ocasiones con mucha apreciación, a Moses Maimonides, CS Lewis, Hegel, Lucretius, Aristoteles, Platón, Ibn Warraqq, Loyola, Descartes, Freud, Kant, Epicurus, Aristofenes, Dietrich Bonhoeffer, San Tomas de Aquino, Lutero, Tertuliano, Polkinghorne, y mucho más. No siempre entendí todo lo que dijeron, pero trabajé duro hasta entender la mayor parte de ello. No digo esto para presumir. Tengo mucho tiempo libre en mis manos. Lo menciono, para que puedan entenderme cuando digo que, a pesar de todo esto, a pesar de las horas incontables que he pasado de rodillas, aún tengo que ver que Dios se presente ante mí.

¡Ah! He cambiado, mi amiga. En más formas de las que pudiera enlistar. Pero estos cambios no vinieron de lo alto. Vinieron porque voluntariamente los traje a existencia. Me arremangué mis mangas, y puse mis manos a la obra para arreglar un barco con tremenda necesidad de reparaciones. Mis amigos religiosos constantemente quieren darle el crédito y la gloria a Dios en cuanto a esto, y no me opongo a esto en forma audible, porque es típico del pensamiento religioso: atribuirle a Dios cualquier cosa positiva, y dar crédito de cualquier cosa negativa a otra entidad. Pero sí enchila un poco por dentro, porque todos deseamos ser alabados por la dedicación que ponemos al trabajo duro.

Siento mucho que, porque mi fe no es la tuya, consideras que el valor total de este sitio iguala a uno de solo quejas. Lindo. Lo aprecio tanto. Y lo siento que no veas ninguna “esperanza” en este sitio para aquellos cuya fe falta. Hay una especie de esperanza que se puede encontrar aquí, aunque me temo que no tienes la posibilidad para, o no quieres detectarla. Es verdad, es una variedad de esperanza muy pero muy lejana de lo que estás acostumbrada, en donde se te dice que todo está bien, todo está estupendo, y que de seguro se avecinan días mejores. Al lado de esto, mi versión de esperanza ciertamente es un consuelo frío. No te voy a decir que todo será alegría, porque, probablemente, no lo será. Aquí en este lugar, todos estamos a distancia de una llamada de las 3:00 a.m. del desastre, y el que yo te diga que esto no nos pone a prueba sería mentirte. No, la esperanza escondida de algunos en este sitio es para aquellos que se dicen, “O.K., así que las cosas están mal. Vamos a lidiar con eso y arreglarlo.” Se trata de encontrar fuerza interior, cuando la fe es débil o muerta, cuando los amigos y familia se van, cuando la noche es oscura y estás solo, totalmente solo. Se trata de lograr sobrevivir. Y de ver el mundo como realmente es, no como quisiéramos que fuera. Se trata de negar nuestras tendencias, tales como aceptar la única versión de la verdad en la que ya creemos, la que nos hace sentir bien y sin retos.

Debemos aclarar lo siguiente: No quiero que te sientas bien después de leer este sitio web. Te quiero enojada. Quiero que te sientas aterrorizada. Esta falsa ilusión de que el mundo es color de rosa – este es el problema. Tenemos problemas reales que solucionar en este planeta. Existen crisis en el camino que nos matarán como especie, y esto solo será solucionado una vez que nos demos cuenta que la única forma en que podemos salir vivos es si tomamos en serio este asunto de “seres humanos”. No más ponerle cubierta de dulce a la verdad, Terry. Hasta ahora, eso no ha funcionado, y seguirá así mientras que la temperatura se eleva y la población sobrepasa los 9 billones en unas cuantas décadas. Allí es a donde tu esperanza nos ha llevado. La mía nos dará una oportunidad de sobrevivir.

Terry, te diré lo que últimamente le he dicho a muchos de mis amigos religiosos: si tu Dios es quien profesas que es, si es benevolente y amoroso, omnisciente y omnipotente y omnipresente, entonces Él ya sabe quién soy, donde estoy, y qué es lo que necesito de Él, y cuándo lo necesito. Él sabe cómo alcanzarme, con palabras que puedan penetrar. Si me ama, Él se mostrará. Si no me ama, bueno, ese es tu dilema teológico del cual tienes que encargarte, no el mío. Ya he pasado más allá de ese punto. Tengo trabajo que hacer.

Mis dudas no me hacen una persona mala. De hecho, mi divagar del mundo de la fe y las revelaciones me han hecho infinitamente mejor, por cualquier estándar que quieras enlistar. Le ayudo más a los hombres que me rodean, aún cuando tengo mucho menos. No hago esto para agradar a los cielos o para acumular tesoros en algún paraíso. Lo hago porque son mis hermanos y necesitan ayuda, y porque nadie más- en particular no los fieles- tienen la voluntad de hacerlo. Mi sistema de ética no requiere promesas de premios por ser bueno, o el miedo de asarme eternamente en alguno pozo de fuego por haber hecho mal. Hago el bien, lo más que puedo, porque he encontrado un propósito en la vida, y este propósito requiere que yo levante a los desterrados y proteja a aquellos que no se pueden proteger a ellos mismos. Mi alcance es corto en el presente tiempo, claro. Pero se alarga día a día y realmente no quieres ver lo que voy a poder hacer a este sistema dentro de diez años, si aún vivo. No puedo pensar en mejor razón para que el estado me mate lo más pronto posible que para prevenir la tormenta que estoy trayendo.

En ocasiones me causa confusión el por qué los religiosos parecen creer que tienen el mercado de la moralidad acaparada. ¿Han leído el Antiguo Testamento últimamente? Escanéenlo, y encontrarán cada acto de asesinato, violación, tortura, y depravación imaginable, que no solamente es permitido por Yahweh, sino aprobado y mandado por Él. ¿Se dignan a verme desde esas alturas? Lo siento. No lo creo. No importando lo que viene más adelante, el Yahweh del Antiguo Testamento es un tirano mezquino, injusto, vengativo, celoso (de los humanos. ¿Por qué?), avaro de dinero, y retrógrada. Como ha sido notado por muchos observadores, ¿Quién más que un esclavo agradece al soberano por lo que planeaba hacer de todas maneras? Esa es tú moralidad. Yo me he ido más allá de eso, y más vale que todos consideremos hacer lo mismo, y pronto. Puede que yo escoja adentrarme en lo específico de lo que creo en alguna ocasión, o puede ser que no lo haga. Principalmente, creo que yo debería mantenerme al margen de la decisión de otra persona en cuanto a lo que debe creer. Es por eso que últimamente no he hablado mucho acerca de Dios.

Pero hiciste la pregunta, y allí está. Llegué a la conclusión que el silencio probablemente era mejor porque, francamente, dudo que realmente quieras escuchar lo que tengo que decir en cuanto a esto. Existe un punto en la mayoría de los viajes en que, una vez que lo cruzas, no hay regreso. He tirado el guante ante Dios. Ahora es Su movida.

Solo ha sido aproximadamente un año desde que finalmente encontré mis pies en este mundo, finalmente aprendí del poder encerrado dentro de mi mente. Las drogas, depresión, nihilismo, dolor, soledad, y sí, una fe que contesta ninguna de las preguntas verdaderas que con desesperación necesitaba fueran contestadas, me causaron estar luchando para mantenerme a flote durante aproximadamente 28 años. No culpo a nadie por esto más que a mí mismo, y si estuviera en mi poder rectificar cada acto negativo que he cometido en esta vida, lo haría con un corazón alegre, sin importar el costo. Pero esto está más allá de mi poder. Sin embargo, lo que se encuentra dentro de mi alcance, es concentrarme en el bien que puedo hacer de este momento en adelante, ahora que ya casi cumplo un año. Tal vez te desagrade el nuevo yo. Si es así, lo siento mucho. Verdaderamente lo siento. No me gusta desilusionar a nadie. Pero no daré marcha atrás por ti ni por nadie. No tienes el derecho de pedirme esto. Sin embargo, sí tienes el derecho de hacer clickety click en esa pequeña “x” en la esquina superior derecha de tu pantalla, y – magia – me desaparezco. No es tan fácil para mí. No tengo una pequeña “x”.

A pesar de todo esto, a pesar de mis verdaderos sentimientos sobre el tema de la religión, no me voy en contra de mis amigos cuando dicen algo que verdaderamente induce al bochorno. Aún consiento a sus peticiones de leer tal y tal libro, o en intentar esta o esa oración. Tengo una buena amiga en particular (con la que no tengo que estar de acuerdo para poderla amar) que me aconsejó escribir un “Diario de Bendiciones”, en el cual debía enlistar, diariamente, todas las bendiciones que “Dios (me) había provisto.” Sigo haciendo esto aún después de más de un año, simplemente para honrar la amistad que ella ha mostrado hacia mí. Sin embargo, ya que el diario es de mi propiedad, lo hago a mi forma. En la orilla izquierda de la hoja, enlisto la “bendición”, tal como la de hoy: “recibí una charola extra de comida, la cual traía un burrito.” A la derecha, anoto la explicación natural científica de la “bendición”. “Mi celda era la última en la última sección para recibir alimento. Ya que mi vecino se encontraba en el hospital, había una charola extra. La pedí. Ya que siempre es de esperarse que un oficial del Departamento de Justicia Criminal de Texas sea un flojo, me la dio, en vez de volverla a cargar hacia el carrito de charolas.” Ahora, si decides hacerlo, puedes creer que Dios, o Satanás, o ángeles, o María, o cualquiera de los miles de “santos”, o un demonio, o un diablo, o un Jenn, o un Jinn, o un ifrit, o un marid, o un shaitan, o un hada, o lo que sea, alteró la composición física del universo, para influenciar a este guardia en particular para que cediera a esta petición. O, pueden creer que me la dio porque era flojo y porque he elegido ser amable con él en el pasado y me regresó el favor. Esa es tu elección. Para mí, el rastrillo de Occam (el hecho de que las suposiciones introducidas para explicar una cosa no deben ser multiplicadas más allá de lo necesario) es tanto limpio como decisivo, y la elección correcta es bastante aparente. Me dedico a este tipo de observación cada vez que escucho acerca de algún “milagro”, y aún he de encontrar cualquier acto que es tan estadísticamente improbable como para calificar como un milagro genuino. Pero sigo buscando, y estoy abierto para que se me compruebe estar equivocado. Y esa es una declaración que pocos de los religiosos harán en conversación.

Pierre-Simon de Laplace llevó el cálculo de Newton un pasó más adelante, para mostrar la forma en que los planetas y la gravedad funcionaban en una vacío. En su “Mecánicas Celestiales”, mostró el sistema solar como es visto del exterior, lo cual debemos ver como algo novedoso, porque, recuerden, la iglesia durante mucho tiempo había insistido que la tierra era el centro del universo. Se te podía matar por decir cualquier cosa opuesta a esto. Napoleón, en cierta ocasión pidió que Laplace le mostrara un modelo del sistema solar, llamado un planetario de mesa, al igual que su obra de 5 volúmenes. Quería saber por qué Dios no aparecía en ninguno de sus cálculos, y Laplace respondió sin inmutarse: “Je nái pas besoin de cette hypothese.” (No tengo necesidad de esta hipótesis). Cuando tiene que ver con el “Diario de Bendiciones”, agrego humilde y simplemente, tampoco yo tengo necesidad.

En conclusión, regreso al punto que mencione anteriormente: Sí podría hacer de este sitio un sitio religioso. En realidad, con bastante facilidad. Aún ahora, todavía tengo porciones completas de la Biblia memorizadas, muy al pesar y consternación de las personas que deciden debatir conmigo (pero solamente, agrego, cuando suplican entrar en discusión, y debidamente han sido advertidos de el posible desenlace). Nunca prometí que este sitio web sería hermoso. Meramente dije que sería honesto. Si las cosas cambian, lo reportaré. Mientras, tal vez quisieras considerar que los religiosos tienen una tendencia de vocalizar su desagrado por muchas cosas, pero cuando se trata de solucionar cualquier cosa, tienden preferir simplemente orar por ello. Tal vez deberías ver de qué me estoy “quejando” y darte cuenta que estos problemas deben ser solucionados. Así que, manos a la obra, o no lo hagas. Yo he hecho mi elección.

Como ves, Terry, ahora soy yo el que estoy falto de fe. Fácilmente podría (y con desdeño) reírme de que tú estás haciendo exactamente de lo que me acusaste: de privar al necesitado de la esperanza que necesita para seguir adelante. Pero no lo haré. No necesito esperanza. Esperanza es…¿qué? La ilusión de que algún poder superior, sea Dios, o casualidad, o Ed McMahon, va a aparecerse de la nada y salvarnos de una situación que probablemente fue causada por culpa nuestra desde un inicio. Si esta esperanza falla en materializarse, ¿qué sigue? No hay recurso a una esperanza fallida. Simplemente tienes que ir y elaborar una nueva esperanza. No, la esperanza es agradable, pero el plan es mejor. Un plan, al igual que una buena hipótesis, te permite regresar y hacer una disección, y ver en qué lugar se metió el error dentro del proceso. Me imagino que tendré que dejar a un lado la esperanza. Tengo suficiente, aquí dentro de mí, para salir adelante, para enfrentar lo que venga, hasta el final. Y cuando llegue el final, lo enfrentaré con estoicismo, porque eso es también parte de mi propósito.

Wow, Terry, ¡esto se volvió un despotrique! Lo siento, más “quejas”. Este fin de semana probablemente trabajaré sobre otro de los comentarios. Intentaré ser menos ogro, lo juro. Y, Terry, si Dios decide aparecer, prometo que instantáneamente escribiré sobre ello, y públicamente me reconoceré como el mayor tonto que jamás haya nacido, y pediré tu perdón. Hasta entonces.

“¿Tiene él (dios) la voluntad de evitar el mal, pero no puede? Entonces es impotente. ¿Tiene el poder pero no tiene la voluntad? Entonces es malévolo. ¿Tiene el poder y la voluntad? ¿Entonces por qué existe la maldad?

Epicuro

“¿Y piensas tú que ante un equipo con pensamiento de gusano, hambriento y fanático como tú, Dios dio un secreto, y me lo negó a mí? Bueno, bueno – ¿qué importa? ¡Cree eso también!”

El Rubaiyat de Omar Khayyam


© Copyright 2009 por Thomas Bartlett Whitaker.
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