Saturday, August 9, 2008

A La Orilla Del Agua

Agosto 9, 2008 – 8:45 p.m.

No estoy seguro si han notado que últimamente he estado hablando mucho acerca de Dios. Vienen a mi mente varias razones en cuanto a este comportamiento. En primer lugar, probablemente no es de sorprender que alguien que está enfrentándose a la muerte, en manos del Estado, querría poner en orden su pasaporte espiritual. Si fueran diagnosticados mañana con un tumor inoperable, estoy seguro que ustedes se dedicarían a acciones similares. Las personas siempre se burlan de los prisioneros por “aferrarse de la religión”, relegando tal conducta al lamentable reino del cliché. Sin embargo, buscar a un ser superior en momentos de problemas es un procedimiento bastante estandarizado para nosotros los humanos. Por lo tanto, no estoy seguro por qué existe un doble criterio aquí. En segundo lugar, estoy extremadamente insatisfecho con muchas de las “respuestas” que recibo de las personas en cuanto a mi elección de fe. Parece que vivo en mi propio y perpetuo Jardín de Getsemaní. (después de todo, mi nombre es Tomás, y parecería que fui adecuadamente nombrado. Tomás, el que dudó, fue el discípulo de Cristo que no podía creer en la resurrección hasta que hubiera “visto las marcas de los clavos en Sus manos y puesto su dedo en ellos y metido su mano en el costado.” ¡Ah, mi antiguo amigo empírico! ¡Qué suerte tuviste de tener la prueba a tu disposición!) Por último, y esta puede ser la razón principal, ¿en qué más puedo pensar durante todo el día? No es como si tuviera acceso a mucho material aquí. No hay cajas tontas (televisión) para mantener mi mente adecuadamente entumecida y distraída. Devoro mis libros con tal rapidez que casi ni los saboreo. Cuando se han ido los pequeños pedazos de migajas del mundo libre que me han aventado, ¿qué más me queda? Créanme, he analizado cada micromilimétrico cuadro de mi jaula. No existe un solo detalle que ha escapado de mi vista. Byron dijo en una ocasión: “Hasta mis cadenas y yo hemos llegado a ser amigos”. Creo que por fin entendí lo que quiso decir. Me ha tomado tres años, pero por fin entiendo.

No es de sorprender que lo que te queda es tu mismo. No sé si es típico o no, pero he pasado horas, días, semanas, meses, y sí, años, peinando a través de las ruinas de mi vida, lanzando los desechos a un lado en búsqueda de las pequeñas piezas de oro de sabiduría. Este es un castigo que nunca mencionan cuando hacen mención sobre los prisioneros y la Pena de Muerte. Pero les digo, para algunos de nosotros, no hay castigo mayor ni más difícil de aguantar, ni más putrefacto para el alma. El desgaste del alma es un arte, y ya soy un maestro de tal disciplina. El dolor físico es una cosa. Esto es diferente. Algo que desafía las palabras, porque las palabras simplemente son racimos de palabras diluidas y fonemas que han tomado el lugar de algo más elemental. Simplemente pasan rosando sobre la superficie de un mar de algo con mucho más significado. El infierno, para la mayoría de las personas, es un concepto vagamente siniestro, algo en lo cual no hay que pensar ahora, sino más adelante, tal vez. Para mí, significa algo totalmente diferente. Es la vida.

Pensar en Dios puede ser que sea el único enfoque en tales circunstancias. He mencionado anteriormente las pocas oportunidades que existen de poder platicar con alguien con un vasto conocimiento en los caminos de la religión. En ocasiones pienso que esto es bueno, cuando tengo puesta mi chaqueta de cinismo. Sin embargo, existen unos cuantos voluntarios a los que el Departamento Correccional de Texas les permite entrar a nuestras áreas. Uno de ellos viene de una Iglesia de Cristo local. Su nombre es Ray Harrison. No siempre estoy de acuerdo con él en temas de teología, pero nunca se los remarco, porque está haciendo algo verdaderamente grande, y ¿por qué quisiera yo manchar eso? Hace como un año me simplemente me preguntó si había sido bautizado. “¡Oh, no, aquí vamos!” pensé, conociendo la posición que toma la Iglesia de Cristo en cuanto a este tema. Sin embargo, no me interrogó sin piedad en cuanto a mi bautizo por aspersión cuando bebé, en la iglesia Metodista. Simplemente me preguntó si me gustaría ser re-bautizado. Pensé por un momento y decidí que sí, me gustaría hacerlo. Obviamente pasó buen tiempo para poder arreglar todo, pero hace unas cuantas semanas pude ser re-bautizado.

Llegó como total sorpresa – no tenía conocimiento en cuanto a la fecha ni nada de eso. Me sorprend{i mucho cuando un equipo de escolta, que consistía de un oficial varón y una hembra, se presentó a mi puerta alrededor de las 8:00 p.m. A esta hora, la unidad prácticamente está cerrada, así que mi impresión inicial fue: “¡Oh, esto no puede ser bueno!”
-“¿Quieres ser remojado?” preguntó la oficial hembra (favor de insertar un acento Tejano, verdaderamente marcado, para lograr un efecto completo). Simplemente me le quedé mirando, tratando de entender qué diablos quería decir con este comentario bastante singular. Pasé sus comentarios a través del filtro, analizando lo que conocía de ella, lo cual básicamente equivalía al conocimiento de que ella era el tipo totalmente incapaz de poder usar una metáfora, así que tenía que ser algo sencillo. Eventualmente, comprendí.

“Claro, permíteme un segundo.”

“Quítate tu ropa y deja solo la ropa interior, y después déjanos continuar nuestro trabajo, poniéndote las esposas.” (de nuevo, con el acento). Si no pareces poder introducirte al personaje adecuado para esto, imagínate masticando un pedazo de popote, viendo el sol bajando sobre una pradera, sin ser partida por alguna estructura, salvo una perforadora de petróleo trabajando en moción lenta. ( ¡Yee Haw!)

La modestia muere una muerte rápida y violenta estando en prisión. No hay un solo segundo en la vida de un prisionero en la que no se le pueda ordenar quitarse todo hasta dejarle en su traje con el que nació para ser registrado. Sucede todo el tiempo, por una variedad de razones. Tal vez el guardia fue taladrado por su señora y se está sintiendo un cuanto castrado. ¿Qué mejor forma de reafirmar tu alfa masculinidad que demandar que otro hombre deje caer sus trusas? Tal vez una guardia hembra simplemente quiere verte desnudo. Cualquiera que sea la razón, puedes elegir obedecer o no obedecer. Si decides que preferirías no participar en la presentación penal de striptease, prepárate para ver la entrada de la brigada de tontos con grandes palos y escudos. Por lo general, yo prefiero estar desnudo pero sin contusiones. ¡Como son las cosas! A estas alturas, ya estoy acostumbrado. Me quité mi camisa y calcetines y me puse mis sandalias. Lentamente me coloqué de reversa en la puerta para que me pudieran esposar a través de la ventanita. No estoy seguro qué esperaba ver. ¿Usarían un lavamanos? ¿Una manguera? Ciertamente no esperaba llegar al pasillo central y ver una masiva alberca de plástico azul lista para usarse. En ocasiones, las primeras impresiones son difíciles de recordar. Conociéndome, mi primer pensamiento probablemente se encontró en el reino de lo pragmático: “¿Cómo pudieron meter eso aquí adentro?” Cavilé también que iba a ser un dolor real en el trasero tener que sacar toda esa agua. Tres empleados se encontraban sentados a un lado, con expresión de aburrimiento. Les eché una mirada rápida de conmiseración, sin poderles realmente decir que sentía mucho que ellos tuvieran que hacer todo ese trabajo. La mirada que me regresaron decía: “Hey, ¿qué le puedes hacer?”

Ya se encontraban una serie de charcos en el piso, lo cual me llevó a creer que no era el único prisionero que iba a ser “remojado” esa noche. El Sr. Harrison me saludó con una sonrisa y me guió hacia la orilla de la alberca. Eché una mirada a mi alrededor antes de levantar la pierna para entrar a la alberca. Ni se acercaba a lo que sería el Jordán, ciertamente. No creo que Dios se molestaría conmigo al hacer esa distinción, o la intrusión de las esposas al ritual. Vida…que viaje tan extraño. Generalmente pienso/digo tales cosas con un toque de sarcasmo amargo, pero no sentía nada de eso en ese momento. Al sentarme en el agua, con mis manos esposadas detrás de mí, todo lo que realmente sentía era… ¿contentamiento? Últimamente, en verdad que he estado luchando con Dios. Mucho de lo que hay en la Biblia no hace sentido. Es contradictoria y, en ocasiones, carente de cualquier cosa que sea razonable. Y esa es la impresión que tengo aún desde el punto de vista de que la Biblia debe leerse como una alegoría (¡Dios me salve de los fundamentalistas y literalístas en todas las religiones!) En ese momento, sin embargo, mi confusión se derritió dentro de la certeza de que Dios aún sigue presente en este mundo, y que no soy insignificante. Puede que aún no logre verlo muy bien, simplemente una figura a través de la niebla, pero en ese momento no parecía tan masivamente importante. De hecho, sí fui “remojado”, así que creo que la guardia hembra había escogido el verbo correcto, después de todo. Me levanté, chapoteando y escurriendo, y sintiéndome bastante bien en cuanto a las cosas. Lo mejor de todo – el guardia varón que me escoltaba, el cual previamente había sido una verdadera persona non-grata para mí durante los pasados 18 meses, me dio una palmada en la espalda. Tiene brazos como jamones, así que se sintió como un evento sísmico. “Solo se pone más difícil de hoy en adelante,” me dijo sonriendo. No pensaba que sus músculos faciales tenían la capacidad de tal cosa, y me hizo sonreír. Simplemente asentí con la cabeza, lo cual, en estos días, parece ser mi respuesta normal a muchas de las cosas.

Entré a mi sección, y recibí la apropiada y buen humorada tomada de pelo por estar empapado. Mi vecino de unas celdas más adelante pensó que era particularmente gracioso, y tuvo la ocurrencia de decir algo como: “¡Ey, parece que el hombre blanco intentó escaparse por el lago! ¿Qué pasó? ¿Te cansaste?” El hombre tierno al que hago referencia parece un gran oso de peluche; un oso de peluche que tiene que ponerse de lado para poder pasar por su puerta. Es tan gordo que él podrían hacerlo desfilar por la 5ª. Avenida en el desfile de la Celebración del Día de Acción de Gracias.
Le contesté que sí había llegado al lago, pero que cuando había visto a su mamá tomando un baño de sol, pensé que una ballena había subido a la playa, y fui apresado mientras intentaba llevar baldes de agua para mantener su piel saturada. Se revolcó de risa, y creo que lo escuché decir:”Bueno, sí es una mujer bastante enorme.” El guardia me dio un golpe ligero en la parte posterior de la cabeza. Todo lo que puedo decir es: “Si Dios no tiene sentido del humor, me como mi sombrero.”

Generalmente, cuando hago estos escritos, recibo una mezcla de respuestas. Las cosas negativas rara vez son memorables, y siempre les falta algo que se pueda asemejar a una crítica constructiva. Así que, mientras no estoy terriblemente abierto a consejos sobre ciertos temas, ciertamente estoy abierto a escuchar consejos sobre los temas que se relacionan con Dios. Sin embargo, no necesito simples repeticiones de cosas que puedo leer al simplemente abrir mi Biblia. Modestia aparte, estoy más allá de esa fase. Un ejemplo de los tipos de interrogantes con las cuales estoy luchando: Digamos que nací en la India. Crecí en la religión Hindú. Mis padres me llevaron en un samskara cuando era joven y me fascinaron los conos esculpidos de polvo kumkum rojo y las canastas con pepitas de cúrcuma, las campanas resonando, el murti. Sentí la presencia de los Brahamanes nirguna y el saguna; las historias de Shakti, Ganesha, Shiva y Krishna me cautivan. En otras palabras, como los otros 700 millones de seres humanos, lo entiendo. Llego a ser mayor en edad, y mi religión me enseña a ser un hombre moral. No me gusta robar; busco ayudar a las personas existentes en mi vida. Le enseño a mis hijos a hacer lo mismo. Puede que tenga algunas prácticas que ustedes pueden considerar algo extraño, como rehusar comer carne, pero en general, sigo un código moral que es casi idéntico a lo que Jesús enseñó. Claro, sé acerca de Jesús, ya que India fue gobernada por los Ingleses, y en algunas áreas, por los Franceses. Pero, el Cristianismo es una religión extranjera, y una que, a mi parecer, me causa confusión y es algo belicosa. Siguen aumentando mis años y muero. Sin embargo, estoy satisfecho porque viví mi vida bien, y el mundo es un mejor lugar debido a mi presencia en él. Conozco lo que la Biblia dice en Juan 14:6 “Nadie viene al Padre sino por Mí”. Así que, me están diciendo que cuando yo llegue a las Puertas de Perlas, San Pedro (o quién sea) va a decirme: “Eh, perdón Sr. Patel. Solo los miembros pueden entrar. Sabes, debería haber tomado en consideración nacer en los suburbios Americanos. Así hubiera tenido la oportunidad de escuchar al Sr. Dobson todo el día. ¡Sr. Pat Paterson, venga, venga, lo hemos estado esperando!” ¿Debería la verdadera relación con Dios ser basada en el factor “casualidad” tal como el lugar geográfico de mi nacimiento? Para ponerlo en perspectiva, supongamos que yo viniera a ustedes y les dijera: “Oigan, la religión de ustedes está equivocada. Jesús es una tontería. Permítanme enseñarles acerca de Shiva.” En primer lugar, se van a ofender. Probablemente evocarán imágenes de puntos rojos en las frentes y el uso de curry. Tal vez vendrá a su mente el tipo que saca los corazones de personas mientras grita “¡Kalima!” en el segundo episodio de Indiana Jones. La reacción de ustedes, sin duda, sería algo como: “¿Qué se cree este extranjero para hablarme en esta forma?” Ahora, pregúntense esto, ¿Qué diferencia hay cuando las personas intentan hacer proselitismo en cuanto al Cristianismo? Me imagino que mi pregunta, en concreto, es esta: ¿Qué pasa con los billones de personas que no han sido bendecidas de nacer en naciones Cristianas si se ha de tomar literalmente Juan 14:6? ¿Y la repetición común de las palabras “Dios es amor”? ¿Es este otro misterio más, como el del hombre rico preguntando cómo podría entrar al cielo y la respuesta de que es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja, a la cual Cristo respondió: “Para los hombres, esto es imposible, pero para Dios todo es posible”? ¿O, se me escapa algo? Porque, esto es importante. Habla a la misma naturaleza y propósito de la existencia, porque la respuesta apunta hacia la razón de la creación.

Sin duda, el lector casual se ha dado cuenta de que tengo una afinidad por las citas. No siempre cito con exactitud, y espero que perdonen mis errores. En la mayoría de los casos, estoy teniendo que desenterrar estas perlas del fondo de mi memoria que tiene como diez años de profundidad. Mi cerebro - ¡ah! ¿quien lo puede explicar? ¿Por qué se me pueden olvidar tantas cosas tan sencillas y sin embargo puedo recordar alguna cita oscura de la preparatoria? Está más allá de mi comprensión. La cita que vino a mi mente al estar escribiendo esto viene de T.S. Elliot, y dice algo como: “No existen causas ganadas porque no existen verdaderas causas perdidas.” Parece haber un gran contingente de personas que me ven en esta forma, y últimamente han estado insatisfechos con mi fe. Me imagino que pensaban que este sitio web iba a convertirse en un tipo de fogata evangelística, en donde todos podríamos cantar “Kum-bah-yah” y sentirnos satisfechos con nosotros mismos. Siento mucho que no he progresado como ustedes esperaban que lo hiciera. Les dije desde un principio que no iba a dorar la píldora de ninguna forma en este sitio web. Vuelvo a reiterar mi promesa en este momento. En vez de hacerme a un lado, ¿tal vez podrían encontrarme a medio camino? Estoy seguro que Cristo no se habría perturbado con mi “lentitud espiritual” y se hubiera seguido a la siguiente casa. Mi análisis favorito de lo que significa la vida no fue citado por un Cristiano. Fue citado por el gran Kurt Vonnegut, un humanista. Cuando se le preguntó cuál era su pensamiento en cuanto a lo que era la vida dijo: “Ayudar el uno al otro a través de esta cosa, cualquiera que sea.” Lloré el día que él murió. Era mi mejor amigo en sexto de primaria. Sin embargo, ahora vivo por sus palabras. Tal vez ustedes deberían de intentar hacerlo.

© Copyright 2008 por Thomas Bartlett Whitaker.
Todos los derechos reservados.

No comments:

Post a Comment