Monday, October 1, 2007

Coctel Del Infierno

Octubre 1, 2007 – 3:36 p.m.

Puede ser que hayas leído en las noticias esta última semana que la Corte Suprema de los Estados Unidos ha accedido a escuchar los argumentos en cuanto a si el método actual de inyección letal es inconstitucional. Es probable que accedieron a escuchar este asunto debido al aumento de número de ejecuciones estropeadas en el último año. Nunca entendí este asunto cuando me encontraba en el mundo libre. Nunca me gustó la pena capital, pero pensaba que si era necesario, simplemente poner a alguien a dormir con drogas era una forma bastante humana de hacerlo. Desde entonces he llegado a entender la verdad en cuanto al coctel de tres drogas, y presento la información aquí. La siguiente información viene directamente de un caso de ley. Nada de esto es nuevo, o desconocido para los oficiales del Estado. Los que tienen corazón débil, probablemente no deberían continuar leyendo.

El coctel de drogas que se usa al presente, causa la muerte envenenando a la persona con una combinación letal de tres sustancias químicas: Tiopental Sódico, o Pentotal Sódico (un barbitúrico de acción ultra corta); Pancuronium Bromide, or Pavulón (un agente derivado del curare, el cual paraliza todos los músuclos esqueléticos y voluntarios, pero el cual no tiene efecto sobre la conciencia, cognición o sensación.); y Cloruro de Potasio (un químico extraordinariamente doloroso el cuál activa las fibras nerviosas que forran la venas de la persona y lo cual puede interferir con las contracciones rítmicas del corazón y causar el arresto cardíaco). Mientras que cada uno de estos químicos individualmente crea preocupación en cuanto a su uso en el proceso de ejecución, en combinación no pueden pasar el filtro constitucional. Lejos de producir una pérdida rápida y sostenida de consciencia y una muerte humana, esta combinación particular de químicos frecuentemente causa que el prisionero sufra conscientemente una muerte espantosa y prolongada.

En las últimas dos décadas, sin embargo, numerosos estados, y más recientemente el estado de Texas, han promulgado estatutos que regulan la eutanasia de animales lo cual excluye el uso de la misma combinación de drogas que al presente se administran a seres humanos durante las ejecuciones. Si los estándares de decencia que van en evolución, tal y como se refleja por las acciones legislativas y la asociación profesional de veterinarios excluye el uso de estas drogas en particular cuando se mata a un perro o gato, entonces ciertamente esos mismos estándares de decencia requerirían una versión de la inyección letal más humanitaria y fácilmente disponible también para los seres humanos. Bueno. Aquí está la descripción de lo que las drogas causan en el cuerpo humano.

Tíopental Sódico: Esta droga, también conocida como Pentotal Sódicom es un barbitúrico el cuál generalmente es usado para poner en inconsciencia durante pocos minutos a un paciente quirúrgico, solo para la fase de inducción de la anestesia, específicamente para que el paciente pueda despertar y respirar por ellos mismos si resultan complicaciones al insertar la cánula traqueal antes de la cirugía. Debido a esta corta duración, el Tiopental Sódico puede que no proporcione un efecto sedativo durante las últimas dos etapas del proceso de ejecución. Dado el hecho de que pasan varios minutos entre la administración de la primera y segunda droga, esto está virtualmente garantizado. El Dr. Dennis Geiser, presidente del Departamento de las Ciencias Clinicas de Animales Grandes en el Colegio de Medicina Veterinaria en la Universidad de Tennessee, explicó recientemente:

“El Tiopental Sódico no es un anestésico apropiado para usar en la inyección letal. Realmente, los estándares para eutanasia de la Asociación Médica Veterinaria Americana indican que el derivativo ideal del ácido barbitúrico para la eutanasia de un animal debería ser potente, de larga duración, estable en cuanto a solución, y barato. El Pentotobarbital Sódico (no el Tiopental Sódico) es el que más se acerca a este criterio. El Tiopental Sódico es un potente derivante del acido barbitúrico, pero de acción muy corta cuando se administra una sola dosis terapéutica”

(Véase su declaración jurada AQUÍ)

Debido a la combinación química usada en el proceso de ejecución en Texas, también existe la posibilidad de que sea neutralizado el efecto sedativo del Tiopental Sódico a causa de la administración del segundo químico, pancuronium bromide. Como afirma el Dr. Mark Heath, Profesor Asistente de Anestesia Clínica en la Universidad de Columbia:

“El Tiopental Sódico es un barbitúrico de duración ultra corta. No sería usado para mantener a un paciente en un plano quirúrgico de anestesia con el propósito de llevar a cabo procedimientos quirúrgicos. Es innecesario y riesgoso, usar una anestesia de duración corta en el procedimiento de ejecución. Si la solución de Tiopental Sódico llega a estar en contacto con otro químico, tal como el pancuronium bromide, la mezcla de los dos causará la precipitación o cristalización inmediata del Tiopental Sódico. Estos factores son significativos en el riesgo de que un prisionero no esté anestesiado apropiadamente, especialmente debido a que nadie revisa si el prisionero se encuentra inconsciente antes de administrar la segunda droga.”
(Véase su declaración jurada AQUÍ)

La preocupación en cuanto al uso de Tiopental Sódico es más marcada debido a la falta de personal médico, la falta de monitoréo apropiado del prisionero durante el proceso, y la falta de dosificación adecuada de acuerdo a cada prisionero del barbitúrico. De acuerdo al Dr. Geiser:

“La dosis del Tiopental Sódico debe ser medida con un grado de precisión, y la administración de la cantidad apropiada de dosis depende en la concentración de la droga y el tamaño y condición del individuo. Adicionalmente, la droga deberá administrarse apropiadamente para que la cantidad completa de la dosis entre directamente en el flujo sanguíneo del individuo a una velocidad apropiada. Si la dosis no es la correcta, o si la droga no es administrada apropiadamente, no anestesiará adecuadamente al sujeto, y el sujeto podrá experimentar los efectos perjudiciales del agente bloqueador neuromuscular…”

En otras palabras, el paciente sentirá todo lo que está pasando.

Pancuronium Bromide: El segundo químico usado en el proceso de ejecución, llamado pancuronium bromide, o Pavulón, es un derivante de curare que actua como un agente bloquedor neuromuscular. Si, como es probable en el proceso de ejecución en Texas, el efecto sedante del Tiopental Sódico es infectivo o neutralizado, el pancuronium bromide serviría solo para enmascarar el dolor espantoso del prisionero condenado. El pancuronium bromide hace parecer sereno al paciente debido a su efecto paralizante sobre los músculos. Los músculos de la cara no pueden moverse o contraerse para mostrar dolor. Por lo tanto, proporciona un “velo químico” sobre los procedimientos. Al paralizar por completo al prisionero, el pancuronium bromide enmascara los parámetros físicos normales en los que un anestesiólogo o cirujano se basaría para determinar si el paciente está completamente inconsciente o en un plano quirúrgico de anestesia adecuado. Debido a que el pancuronium bromide es un velo químico invisible y no un velo físico como una cobija o capucha que fácilmente se identifica, el uso de pancuronium bromide en inyección letal crea un doble velo. Oculta el hecho de que existe un disfraz sobre el proceso. (Ver declaración jurada AQUÍ).

En el caso de Abdur Rahman vs. Bell, el Dr. Geiser declaró que mientras el Pavulon paraliza los músculos esqueléticos, incluyendo el diafrágma, no tiene efecto sobre la consciencia o sobre la percepción de dolor o sufrimiento. La administración del Pavulón es como “ser atado a un árbol, recibiendo dárdos aventados hacia ti, y sintiendo el dolor sin tener la habilidad para responder.” (Declaración jurada del Dr. Dennis Geiser, en el caso de Abu-Ali Abdur Rahman vs. Bell, 226F.3d 696 ‘ 6to. Cir. 2000. Cert. concedida en base, 122S.Ct 1463 – EUA Abril 8, 2002, No. 01-9094).

Esta declaración es corroborada mediante la experiencia de un paciente durante una cirugía ocular, Carol Weihrer. Durante la cirugía de la Srta. Weihrer, el sedante que recibió fue infectivo y la Srta. Weihrer estuvo consciente durante toda la cirugía. Sin embargo, debido a la administración del agente bloqueador neuromuscular como el pancuronium bromide, ella no pudo dar indicación de su consciencia a otros.

“Experimenté lo que se ha llegado a conocer como “percepción intraoperatoria”, durante la cual pude pensar lucidamente, escuchar, percibir, y sentir todo lo que estaba pasando durante la cirugía, pero no me podía mover. Me quemó como los fuegos del infierno. Fue la experiencia más aterradora y tormentosa que te puedes imaginar. La experiencia fue peor que la muerte misma.”
(Ver su declaración jurada AQUÍ).

En resúmen, el segundo químico, pancuronium bromide, o Pavulón, en el protocólo de inyección letal, no sirve más que para garantizar que el prisionero condenado será obligado a estar en una camisa de fuerza y mordaza química total mientras conscientemente experimenta el cloro de potasio hace estragos en sus órganos internos. Las personas que observan la el procedimiento de inyección letal y el público, nunca se darán cuenta de que un fraude cruel está siendo perpetrado sobre ellos: en vez de ser testigos de lo que aparentemente es un prisionero acostado quietamente y sin moverse mientras “lo duermen”, están presenciando un encubrimiento de un acto deliberado de tortura del cual solamente el prisionero se da cuenta.

Cloruro de Potasio: Finalmente, el uso de cloruro de potasio en sí causa inquietudes importantes en cuanto a la Octava Enmienda. James J. Ramsey, un perfusionista certificado y al presente Director de Programa en el Programa de Perfusión Cardiovascular en el Centro Médico de Vanderbilt en Nashville, Tennessee, proporcionó una declaración larga en el caso de Abdur Rahman en cuanto al uso de cloruro de potasio en inyección letal. Perfusión es el estudio médico relacionado a técnicas de circulación artificial, incluyendo, aunque no límitado a, el manejo de la máquina de corazón y pulmón, un aparato médico que se usa comúnmente durante cirugías de corazón abierto de todos tipos. El área que tiene que ver con el paro cardíaco químico se encuentra en forma única dentro de la práctica del perfusionista clínico. En lo que se refiere a la administración y eficacia de el cloruro de potasio en el contexto de la inyección letal, Ramsey declaro que:

“Es mi entender que durante el ejecución de la inyección letal, tal y como la llevan a cabo en la pena de muerte, el potasio (y otros agentes) es administrado intravenosamente al culpable. Tal administración es, en my opinión profesional basada en mis conocimientos, entrenamiento y experiencia, y dentro de un grado razonable de certeza médica, totalmente inadecuada para poder alcanzar un paro cardíaco razonable. Ya que los agentes son introducidos intravenosamente, existirá una dilución inmediata de la solución, debilitando cualquier efecto potencial que pudiera tener. Como ilustración, una persona con peso de 80 kgs., tendría un volumen sanguíneo de aproximadamente 5.5 – 6 litros. La administración de 100 mili-equivalentes de potasio por medio intravenoso a la persona de 80 kgs. Resultaría en una concentración sanguínea de solo 16.6 meq/lt. Tal dosis es, de acuerdo a literatura científica…y evidenciada en mi práctica, inadecuada para obtener un paro cardíaco. Todavía más, debe recordarse que en contraste a la administración de cloruro de potasio en el contexto quirúrgico, tal administración es: 1) no dirigida dentro de las arterias coronarias 2) dirigida solamente siguiendo el flujo sanguíneo 3) es aplicado a temperatura ambiente (37º Celsius y NO a 5º Celsius). Sin datos razonables en cuanto al estado anatómico y patológico en cuanto a su función del miocardio antes de administrar el potasio, no puede existir ninguna certeza razonable de que la solución de potasio intencionada para detener el corazón sería distribuída de tal manera que pudiera causar el paro cardíaco. Por lo tanto, los bien orquestados y metódicos métodos usados en cirugía no deberían considerarse como la forma para óptimizar un paro cardíaco, pero debería ser considerado como necesario solamente como el medio razonable de asegurar que el corazón está en paro. La ciencia animal e investigación nos dice que la simple inyección intravenosa de potasio no es suficiente. Adicionalmente, en mi opinión profesional y dentro de un grado razonable de certeza médica, a menos que exista un paro cardíaco efectivo, es totalmente posible que una inyección letal, como lo entiendo, SOLAMENTE servirá para detener el funcionamiento del sistema pulmonar, por lo tanto, causando un estado de isquemia a todo el cuerpo (debido a falta de oxígeno circundante), el cual, a cambio, ultimadamente causará un paro cardíaco también (por no recibir oxígeno). Como resultado, el acusado simplemente es sofocado debido a falta de oxígeno."

Así que, básicamente, te paralizan, y después llegas a sentir como el potasio detiene el funcionamiento de tus órganos internos. Esa es la historia larga y corta. Si algo del lenguaje en esto pareció ser abogadesca, y fuera de mi estilo normal de escribir, es porque simplemente me robé mucho de lo que escribí de los resúmenes legales. Personalmente, quisiera que regresaran al pelotón de ejecución. Por lo menos, morirías de pié, como hombre. Dame mi cigarro (no fumo, pero, oye, ¿por qué no?) y mi aire casual de indiferencia. (Inserta el acento Francés aquí) “Bueno, adelante, no tengo todo el día.” Por lo menos eso es mejor que ser amarrado a una camilla, usando un pañal. Lo que decide la Corte Alta, hasta entonces, Texas va a continuar matando gente (como se evidencia por la ejecución de Louisiana Red el martes pasado). Estoy seguro que Texas aún tiene la silla eléctrica lista, por si las dudas.

© Copyright 2007 por Thomas Bartlett Whitaker.
Todos los derechos reservados.

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