Sunday, January 1, 2012

Jaque-mate en Tres


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Gracias por su amistad y apoyo – Ecla

Postdata:  Se ha sacado una página de Facebook para el sitio web y no para un prisionero en particular.  El link se encuentra a la derecha de esta página o en www.facebook.com/minutesbeforesix )


Se encuentran en el hospital.  Encontraron una protuberancia, o una filtración, o tienen una flecha saliendo de la parte lateral de la cabeza.  Lo que sea.  Es grave.  Todo en su pequeño cuarto es limpio y antiséptico y en un tono placentero de marrón.  Las enfermeras vienen y van, tomando muestras de sangre y dándoles miradas consoladoras pero lastimeras.  Nunca dicen cosa alguna, excepto  que el doctor estará llegando en poco tiempo para platicar con ustedes.  Cuando hace su aparición, simplemente revisa el expediente, hace un sonido con la garganta, y permanece inescrutable.  Cuando llegan en pacas, las pocas palabras que usan son indescifrables, así como su escritura.  Puede ser que tengan el mejor interés para ustedes en su corazón, pero si es así, este es un asunto que debe tomarse por fe.  Cualquier cosa que se esté haciendo para ayudarles está  totalmente fuera del control de ustedes, y en general, totalmente fuera de su conocimiento.  Es la vida de ustedes, pero realmente ya no se siente así.

Esta es la forma que la mayoría de los prisioneros se sienten en cuanto al proceso de la corte, con diferencia de que no es limpia, no hay enfermeras y cualquier contacto que uno tiene con sus abogados es casi totalmente en forma de cartas (e igualmente como pasa con un cirujano, se está igual de muerto si se equivocan).  Me reuní con mi abogado de la etapa de juicio mientras que estuve en la cárcel del condado en una cantidad de ocasiones que se pueden contar con una mano.  Vi a mi abogado unas cuantas veces mientras estaba en la cárcel del condado.  Vi a mi abogado de apelación directa en una ocasión  mientras aún estaba en la cárcel del condado esperando al pájaro azul que me llevaría a prisión.  En ni una sola ocasión puso pie en el pabellón de la muerte.  Me reuní con mi abogado de habeas en dos ocasiones, la primera vez para un saludo breve de introducción, consistiendo de un discurso de aproximadamente cinco minutos diciéndome que mi probabilidad de sobrevivir esta experiencia se situaba entre un 4 a 5%, y en una segunda ocasión durante aproximadamente cinco minutos, debido al hecho que mi orden judicial tenía que ser entregada al siguiente día y necesitaba mi firma en un documento en el cual había procrastinado demasiado tiempo para simplemente mandar el documento en el correo.  Desde mi sentencia, he pasado menos de una hora con mis abogados sobre mi caso.  Ahora que estoy en la corte federal de distrito, mi abogado es bastante bueno, pero aún solo me he reunido con él una sola vez…durante quince minutos.  Tuve a David Dow haciendo el trabajo pro bono en un asunto de mi apelación, y he platicado con el un buen número de horas, pero él no es mi abogado oficial.  Lo triste es, aún con este escaso contacto, he pasado más tiempo con mis abogados que la mayoría de los muchachos que me rodean.  Tomar la mano de tu cliente y detenerla, aparentemente, no es parte del contrato.

Así que, uno escribe cartas.  Si uno tiene suerte, algunas serán contestadas.  Si ustedes fueran yo, les escribirían incesantemente y cuando no les contestaran, mandarían copia al carbón de esas cartas al juez para que se colocaran en la lista de sumarios de cosas pendientes.  Los abogados saben que en Texas se pueden escapar con casi cualquier cosa cuando tiene que ver con ofensores capitales, por lo tanto, rara vez tienen la motivación de contestar lo que a su parecer son preguntas simplistas o ingenuas.  Claro, a solo que les paguen.  Mi amigo Lester tiene un negocio de Washington DC que está trabajando en su caso pro bono, lo que significa millones de dólares en trabajo sobre su caso.  Mi otro amigo M, tiene un amigo por correspondencia que juntó hasta $250,000 dólares para su defensa.  Ambos siguen vivitos y coleando después de unas cuantas décadas, y ambos reciben montones de correspondencia de los abogados.  Estoy seguro que, sin embargo, esta es simplemente una doble coincidencia, ¿verdad?  El correo legal se entrega en las mañanas (en vez de en la noche como el correo regular), y cuando uno escucha que tocan a su puerta, el estómago automáticamente se contrae, los claxon disparándose a todo volumen en el hipotálamo.  El otro zapato no se cae así nomás.  Patea fuerte al ir en caída.

Aproximadamente hace dos meses recibí la copia final de mi orden judicial federal de habeas corpus.  Para aquellos de ustedes que no están bien versados en el juego del proceso de apelación de la pena de muerte, que es un Monty  de Carta Triple, brevemente el sistema funciona de esta manera:  Primero,  y antes que nada, se presenta la apelación directa, la cual tiene que ver con los asuntos preservados en la transcripción del juicio.  El mismo juez que estuvo sentado durante tu juicio hace una recomendación a la Corte de Apelaciones Criminales de Texas (CACT)  sobre este asunto, y como él fue el responsable de asegurarse que no hubiera correteos en su corte, nunca va a recomendar una reparación judicial en este punto de ley.  Eso sería equivalente a admitir que no estaba poniendo atención.  Aún si tienes uno de estos momentos, el fallo final es hecho por la CACT, un cuerpo de jueces que está totalmente formado por radicales conservadores que jamás han visto una sentencia de pena de muerte la cual no aprobaron, con excepción, tal vez, de la de Jesús de Nazaret (pero ni aún allí estoy totalmente seguro).  Si fueran a crear un gigantesco artefacto de Rube Goldberg en donde pusieran sus sellos de rechazos, los jueces del TCCA podrían jubilarse y nadie sería más sabio.

En la mayoría de los estados, después de la apelación directa, sigue la orden judicial federal de habeas corpus estatal.  Sin embargo, en Texas, la orden judicial federal y la apelación directa corren en forma concurrente.  Claro, esto evita que uno use los errores del directo en su habeas, pero este sistema fue diseñado para apresurar el proceso, no para impartir decisiones cuidadosas y matizadas.  En esta fase, se le permite a uno tratar asuntos que no fueron directamente notados en la transcripción, como, digamos, que el abogado estaba dormido (historia real) que el fiscal retuvo información no incriminatoria que debería haberse presentado a la defensa (un evento que es tan común que ha pasado al reino del  cliché).  De nuevo, el juez del juicio hace la recomendación al CACT, los cuales casi siempre rechazan el desagravio. El grado de esfuerzo que  el CACT  hace para dar su aprobación en una sentencia a muerte es legendaria en los círculos legales, y en los últimos años hasta el Quinto Circuito (la corte de circuito federal más consistentemente conservadora) y el ESCOTO (uno de los más conservadores en la historia de los Estados Unidos) han expedido virulentos fallos atacando su capacidad.  Hasta ahora, no han llevado a cabo ningún ajuste porque todos los oficiales electos en este lugar saben exactamente a quién hacerle la barba para llegar a ser electos.  Recuerden, hemos elegido en múltiples ocasiones al Sr. No-Recuerdo-Una-Lista-De-Tres-Cosas. Ni siquiera mencionaré al buen viejo GW [George W. Bush].

Después de las cortes del estado, vienen las federales.  La primera parada es la corte federal de distrito, lugar en que al presente me encuentro yo.  Gracias a la Ley Anti-terrorista y Pena de Muerte Efectiva que fue pasada por el Congreso en los 90´s, los sentenciados capitales están severamente limitados sobre cuales asuntos pueden tratar en esta corte, y uno tiene solo un corto tiempo para investigar  sus declaraciones.  Para la mayoría de nosotros en Texas, las cortes federales nos presentan con A) nuestro primer contacto con un abogado calificado, y B) un juez que *probablemente* esté dispuesto a estudiar estas afirmaciones.  ¿Por qué?  Es sencillo: los jueces federales tienen nombramiento vitalicio, y no son elegidos, significando que pueden dar el fallo basado en la ley, y no en la opinión pública.  Piensen en eso cuando voten por Newt.  De todos modos, si uno pierde al nivel de corte federal de distrito, uno sigue a la corte de circuito, lo cual en Texas significa el 5º Circuito.  El 5º tiene casi la misma mala reputación como el CACT, así que la realidad es que una vez que se le niega a uno reparación judicial por parte de la corte de distrito federal, se le da a uno por muerto.  El 5º no nos va a ayudar, y el único paso que queda después de eso es el ESCOTO, el cual solo revisa una pequeña fracción de casos en cada término.  En otras palabras, una vez que uno llegue al 5º, simplemente es cuestión de tiempo.  Esto es análogo a los doctores que les informan que el crecimiento es canceroso, del tipo que requiere tratamiento intravenoso, y que solo tienen unos cuantos meses para poner en orden sus asuntos.

Al final estoy incluyendo una copia de mi orden judicial federal para su consideración.  Es un cuanto larga, así que pensé que agregaría una lista de contenido para ustedes.  Estoy presentando solo cuatros asuntos en esta orden judicial, una disminución significante en el número que se encontró en mi orden judicial de estado.  Como mencioné, la federal pone un límite bastante severo sobre qué asuntos se pueden apelar.  La primera alegación se encuentra en la página 5, y tiene que ver con un mal acuerdo  negociado de culpabilidad que el estado usó para timarme a mí y a mis abogados de juicio.  La alegación 2 probablemente es mi mejor alegación, y empieza en la página 23; tiene que ver con la asistencia inefectiva de asesoramiento al nivel del juicio.  La alegación 3 puede encontrarse en la página 68 y es un ataque de  tres elementos sobre el concepto de “peligrosidad futura”.  Los primeros dos elementos son un cuanto complicados, así que si empiezan a aburrirles, intenten enfocarse en el tercero (etiquetado como “C”), el cual se encuentra en la página 91.  La alegación 4 se encuentra en la página 95, y es la objeción estándar de la Enmienda 8 al protocolo de inyección letal que se encuentra en todos las ordenes judiciales.

El resto de la orden judicial tiene que ver con pruebas instrumentales [exhibición], una lista que se puede hallar en la página 98.  Lo dejaré a su elección determinar cual de éstas amerita su atención, pero básicamente, todos los errores de mi juicio están contenidos dentro de esta sección.  Me gustaría hacerles notar dos de ellos, si me lo permiten.  Unos cuantos años atrás, un programa “noticiero” de mayor escala en los Estados Unidos se dirigió a México y se entrevistó con algunas de las personas con las que viví y trabajé durante mi tiempo allá.  Las entrevistas me causaron shock, porque aún sigo escribiéndole a esta familia, y las cosas que se dijeron en las entrevistas eran dramáticamente opuestas a lo que estaba viendo en las cartas.  Inmediatamente después de que salió este programa al aire, recibí carta de parte de ellos, las cuales expresaban su consternación por la forma en que este programa mal-uso, manipuló y mal-tradujo sus verdaderos comentarios.  Aun cuando ya es poco lo que puede hacer para mí a estas alturas, logré conseguir testimonios juramentados de parte de esta familia sobre lo que realmente sienten hacia mí, para incluir en esta orden judicial, y los quiero anexar por separado para probar un punto que he hecho en el pasado en esta página web; concretamente que la mayoría de las fuentes incrustadas de los medios noticieros en esta nación ya hace tiempo que han perdido la visión de lo que es un reportaje honesto en relación a hechos fríos y de dura realidad, y no tonterías súper-sensacionalistas.  En cualquier caso, voy a bajarme de mi novela para permitirles continuar con la orden judicial, si les interesa hacerlo.  Algunos pocos de ustedes efectuaron donaciones a mi FONDO DE DEFENSA para ayudarme a pagar por esta cosa, y verdaderamente se los agradezco.  Si supera  a cualquier cosa que he logrado presentar en apelaciones anteriores, esto se debe mayormente a ustedes.

Mi orden judicial federal de Habeas Corpus puede ser encontrado AQUÍ.

La Prueba Instrumental P [Exhibición P] de Silvia Salazar Toscano puede encontrarse en inglés y español  AQUÍ.  Para aquellos de ustedes que quieren saber quién soy yo afuera de todo este desorden, esto puede ser la serie de versiones  más cercana que jamás podrán encontrar.



© Copyright 2012 por Thomas Bartlett Whitaker. Todos los derechos reservados.

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