Friday, February 17, 2012

En Respuesta a Feministe [Feminista]

El 26 de Diciembre, “feministe” me dejó un comentario en respuesta a mi (aparentemente) torpe artículo Cicatríces y el Recorrido Hacia el Norte.  Al igual que todos sus comentarios, encontré éste interesante y digno de recibir una respuesta.  Esto fue lo que escribió:

Feministe dijo…
Tengo muchas reacciones variadas para ti en relación a este artículo.

-Cadena Perpetua vs. Cadena Perpetua sin Probabilidad de Libertad Condicional  (CPSPLC) vs. Muerte:  dices que nunca elegirías  CPSPLC, pero después continúas mencionando un sin número de formas en que creer podrías vivir una vida de retribución dentro de la prisión.  Así que, ¿por qué no aceptar CPSPLC, especialmente ya que reconoces que no existe una seria probabilidad de libertad condicional aún si te dan cadena perpetua?  ¿Estás diciendo que, si recibieras desagravio en la fase de sentencia de habeas (ya que no existe un asunto grave de fase de culpabilidad en tu caso) y tu caso fuera retomado en un nuevo juicio, aventarías los dados de nuevo – aceptando otro juicio en el cual el jurado de Texas pudiera decidirse por muerte, simplemente para ver si te darían cadena perpetua en vez de CPSPLC?

-Como comentario adicional: Yo me opongo a la pena de muerte en cualquier circunstancia y por lo tanto no apruebo ni apoyo tu ejecución.  Sin embargo, encuentro tu tono altanero al referirte al Pabellón de la Muerte de Texas como un “mundo de asesinato meticulosamente premeditado” ser difícil de tragar, siendo que, con todo el respeto debido, tú mismo no eres un extraño en orquestar esa misma cosa.

-Tus comentarios en cuanto a los prisioneros en máxima seguridad en la Sección-E (“Y – para tu suerte – la mayoría de estos hombres en la Sección-E tienen fechas de libertad condicional. Estarán en corto tiempo en sus comunidades.”) realmente pesan a favor de que los miembros del público apoyen la CPSPLC, lo cual no creo sea tu intención.

-Gracias por darle un foro a los artículos escritos por MWH en este blog.  Previamente había leído sus escritos sobre el Pabellón de la Muerte en San Quintín/California y los encontré muy reveladores.  Es bueno poder dar seguimiento a sus experiencias post-pabellón de la muerte; él escribe con una buena cantidad de humor y perspicacia, pero se las arregla para no tener un tono de autocompasión o de perseguido (lo cual es verdad aun cuando estaba en el pabellón).

-Tus comentarios en cuanto a Huntsville y otros prisioneros que expresan su arrepentimiento antes de ser ejecutados son total y absolutamente ofensivos.  Ciertamente estoy de acuerdo contigo que el proceso de arrepentimiento y reforma debe empezar mucho antes del día final del prisionero, pero no veo que eso justifique tu expresión de desprecio hacia aquellas personas que también expresan su arrepentimiento/remordimiento en ese día final – especialmente ya que su día de ejecución, con frecuencia, es la primera ocasión desde su juicio en que pueden expresar esos sentimientos cara a cara con las familias de las víctimas. (Obviamente, tu situación es excepcional, y tù has tenido más contacto con los miembros (sobrevivientes) de tu familia/familia de la víctima que la mayoría en el pabellón.).  Cuando dices esto: “Este es el momento más intensamente personal de nuestras vidas, la una vez en que puedes pensar únicamente en ti mismo, para consentir el solipsismo [egoísmo] que en otros contextos sería de mal gusto.”  Permíteme no estar de acuerdo.  Si tu muerte prematura es un resultado directo de que en forma fría y cruel hayas tomado la vida de otras personas, parece bastante adecuado concederles una parte de tu pensamiento a ellos igualmente al final.  Y, a su favor, muchos de los que toman su último suspiro en Huntsville hacen precisamente eso.

Para empezar, lograste exponer un defecto en mi forma de pensar en cuanto al debate de “cadena perpetua vs. CPSPLC vs. muerte”, uno al que no he podido resignarme en forma completa para el resto de mi permanencia en este lugar.  Probablemente podría dedicar unos cuantos párrafos dándote una floreada paparrucha que trazarían los diferentes  jales gravitacionales de mis cadenas variadas de razonamiento, pero concluye en esto: todo lo que yo veo a mi alrededor, cada experiencia que he tenido en mi vida, cada pronóstico del futuro que me parece sensible, me obligan a ver el concepto de esperanza como una ilusión de la más peligrosa  CALIDAD. Digo esto, generalmente en lo que yo sé ser  un tono ligeramente arrogante, ligeramente elegante pero sin emoción, un tipo de florecimiento dramático de mis florecientes credenciales existencialistas.  Y sin embargo…soy afligido con optimismo, en forma muy profunda hasta llegar a la médula.  No importando que tanto deseo envolverme en la cobija confortante del nihilismo, esta cosa sigue levantándose para abrumar mi buen sentido.  Muy en mi parte central, debajo de mis mecanismos de defensa y mi deseo de ser tan impasible, creo en una visión del hombre superando sus ataduras, triunfando sobre sus defectos.  Uno no puede ser políticamente progresista (lo cual soy yo) sin una profunda creencia en ciertos tipos de esperanza.  Si las cortes cambiaran mi sentencia y fuera cambiada a una cadena perpetua regular, lo cual corresponde a los estatutos del 2003 (bajo los cuales caigo por ley), podría y haría todo lo que estuviera en mi poder para vivir en forma noble detrás de las rejas, para “ser el cambio que deseo ver en mi derredor”, como se hizo notar en forma tan artística y tan amable.  Soy lo suficientemente fuerte para enfrentar una cadena perpetua de 40 años calendario, aun sabiendo que la probabilidad real de salir en libertad condicional después de ser elegible efectivamente es cero.

CPSPLC, sin embargo,  ofende y ataca a todo en lo que creo.  Irrevocablemente niega cualquier posibilidad de rehabilitación; totalmente eviscera la esperanza.  Es por esta razón que nunca accedería a ello, aún si fuera la única forma de evadir regresar al pabellón de la muerte.  ¿Aventaría los dados, como lo expresaste tú, en tener otro juicio?  Tendría la esperanza que no llegara a eso, que ningún responsable Fiscal de Distrito malgastara (de nuevo) millones de dólares de dinero de los ciudadanos que pagan impuestos en un juicio para pena de muerte que no es respaldada por la víctima.  Pero, para contestar tu pregunta, sí, sí lo haría.  Puedo enfrentar mi muerte.  Lo que no puedo enfrentar es una vida sin la mínima luz al final del túnel, aún si sé que es altamente improbable que mi cuerpo aguantará lo suficiente para poder sentir esos rayos en mi cara.  Soy una persona dirigida por metas.  Aún una meta imposible me consumirá durante toda una vida. Sin embargo,  sin algún tipo de esperanza, bueno, no soy tan fuerte, así de simple.  Estoy muy consciente de lo que esto significa en relación a mi miedo patológico de las ilusiones.  Me imagino, al final, aún yo estoy dispuesto a aceptar una o dos ilusiones simplemente para salir el día.  Estoy sorprendido de no sentir tanta vergüenza como pensé tendría al admitirlo.

“La espada de justicia está en nuestras manos; pero debemos
desafilarla más seguido que afilarla.” – Voltaire.

Mis comentarios sobre la Sección-E tienen un doble filo, una de la cual estaba consciente cuando escribí esa parte. Muchos de los temas en el mundo real lo tienen.  Ninguno de ellos tiene respuestas simples.  Uno puede buscar la salida al problema de encarcelamiento masivo y los niveles de “súper-predadores” sin involucrarse, simplemente vaciando una CPSPLC sobre todos.  Reconozco, eso parece ser la moda.  CPSPLC es un tipo de reducción ad absurdum de nuestra completa ideología penal:  Encierren a todos por siempre y desechen la llave.  El punto que he resaltado en este sitio web es que el problema nunca se va a solucionar de esta forma.  Todo lo que resultará al tratar a los seres humanos de esta forma es que terminaremos con unidad tras unidad llena hasta el tope con prisioneros sentenciados a CPSPLC que están tan dañados por el sistema que solo saben como responder con violencia al mundo que los rodea.  Vean California.  Ellos se encuentran un cuanto más avanzados en la curva que nosotros aquí en Texas en relación a este asunto.  No es un argumento fácil para hacer de que lo que estos seres humanos necesitan es amabilidad, no odio ni escarnio o burla o más estigmas.  No es políticamente popular mencionar tácticas de este tipo.  Ciertamente es más sencillo decir algo como: “Bueno, si no puedes cumplir tu tiempo, ¡no lleves a cabo  el crimen!!!!!!!”  ¿A dónde nos ha llevado esa ideología?  Seamos realistas, y pensemos con nuestros cerebros y no el corazón de nuestros puños.  Vean a su alrededor.  En vez de carreteras nuevas y escuelas, hemos inflado los presupuestos de las prisiones, las cuales apenas son capaces de flotar encima de la línea de constitucionalidad.  Desafortunadamente,  para el grupo que vota a favor de encerrarlos,  no tengo que apelar a algún vago concepto moral de la regla de oro del Imperativo Categórico para poder arreglar esto.  No tengo que decir cosas como. “Bueno, puede ser que no sea fácil o popular, pero es lo correcto.”  Yo creo estas cosas, pero todo lo que realmente tengo que hacer para resolver el dilema de la Sección-E es echar un vistazo  a la forma en que otras naciones y estados dentro de Estados Unidos ya han solucionado el problema.  No es una coincidencia que el nacimiento del “guerrero de celda” vino a ser en el momento exacto que el confinamiento solitario de largo término o a las leyes de “verdad al sentenciar”.  No estoy simplemente afirmando que exista una correlación. Explícitamente estoy afirmando que existe una relación directa de causa/efecto, una que ya ha sido exhaustivamente comprobada.  Europa no tiene instituciones como en la que vivo; ni tienen el mismo tipo de leyes ultra punitivas.  Tampoco tienen súper predadores penales o índices de reincidencias como nosotros tenemos. Recientemente, Maine se deshizo de la vasta mayoría de sus celdas de segregación de largo término, y no experimentaron ningún repunte en la violencia en población general.  Hechos como estos abundan.  Todo lo que uno tiene que hacer pare encontrarlos es jugar a detective en google durante unos cuantos minutos.  Unos cuantos estados – más notablemente Nueva York – han logrado una reducción drástica en el tamaño de la prisión y sus sentencias duras, y la incidencia de crimen en todo el estado ha caído.  La situación de fondo aquí es, si yo fuera el alcaide, ya sabría la forma de poner un alto a la mayoría de la violencia en la Sección-E.  Si yo sé esto, ¿por qué no lo sabe el sistema?  La solución es tan simple que he concluido que el problema no es con los guardias (los cuales también saben cómo arreglar esto, y si algunos de ellos leen por casualidad esta página web, me agradaría escuchar sus comentarios y sugerencias al final.  Tampoco el problema tiene que ver con la mayoría de los oficiales de rango de nivel medio.  Básicamente son los REMFs  en las oficinas y en la alcaldía los que ponen estas reglas, mandando a otros para llevar a cabo la implementación del trabajo.  Pero ese será un tema totalmente diferente. ¿No creen?

“Si se requiere que asesines a alguien en este día, con la promesa
por parte de un líder político de que alguien más vivirá
en paz el día de mañana, creéme, no solo serás un asesino
doble, sino también un suicida.” – Katherine Anne Porter

¿Es “altanero” (buena palabra, btw) de mi parte esperar que la sociedad se comporte en una manera más noble que sus criminales? Si es así, me imagino que me merecí ese comentario.  Soy culpable de lo que afirmaste sobre mí, en todo caso.  No me escondido de la realidad de lo que he hecho, a pesar de lo mucho que hubiera deseado hacerlo.  Has parecido demasiado inteligente en tus comentarios para que yo crea que realmente piensas que la sociedad debería rebajarse al nivel de los criminales que encierra.  Este no es el desierto de Egipto, y no eres  algún pastor de ovejas Judío ignorante.  Sé que no puedes estar  defendiendo que los violadores sean violados y que todos los asesinos sean asesinados. En ese caso, dibújame  como un ser confundido.  Estoy de tu lado en el resto de tu comentario, pero en esta parte, me perdiste.  ¿Tal vez tu objeción se centra en mi elección de palabras?  Por un momento, si pudieras, haz de cuenta que no soy un prisionero, y en vez de esto, un abogado escribiendo para un célebre blog de leyes.  ¿Te opondrías a que un abogado llamara a la pena capital “un asesinato meticulosamente orquestado”? ¿Y qué de un juez, o un político o un ex alcaide? (Que por cierto, de todos estos se puede fácilmente encontrar  a montones que han dicho precisamente eso.)  Si hallas esta afirmación como menos desagradable al salir de la boca de alguien más, estás cayendo víctima de una falacia lógica que acabo de mencionar en un artículo reciente, esa del argumentum ad hominem, o atacar los motivos o carácter de un opositor en vez de la política o posición que sostienen.  No soy un post modernista.  Creo que existen unas verdades objetivas en este universo, y que si la declaración X es verdad, no importa si la persona A o B lo afirma.  El hecho que yo asesiné (o, para ser más preciso, causé que asesinaran) no cambia en ninguna forma el hecho de que la sociedad no debería comparar sus acciones a las mías propias cuando se está tomando en cuenta una respuesta moral. Las acciones de un grupo siempre tienen que ser más consideradas, más racionales, y más éticas que las de una unidad sola dentro de un grupo.  Pierde eso, y puedes darle un beso de despedida a todo el asunto.

“La cara del que lleva a cabo la ejecución siempre está escondida.” – Bob Dylan

Tal vez niegues la equivalencia de la pena de muerte con asesinato.  Me parece justo.  Humildemente te  sugiero  que la legalidad de una cosa, de ninguna forma hace alocución a su moralidad.  En Texas, si yo fuera a robar tu vaca, el castigo por éste robo sería cinco veces más radical que si robara la equivalente cantidad de gallinas de tu gallinero. (Lamentablemente, no es broma.)  Las leyes solo son leyes.  Algunas de ellas son muy buenas, y algunas son terribles.  La esclavitud y Jim Crow eran legales, y no estás defendiéndolos, ¿o sí?  Sospecho que algunas de las razones por las que te sientes de esta forma en cuanto a la pena de muerte son fabricadas por la naturaleza medicalizada del protocolo de inyección letal.  No existen chorros de sangre, ni cabezas rodantes, con una media mueca, ni cuerpos quebrados en potros de tortura, ni extremidades jaloneándose colgadas de un árbol.  Lo que tenemos es un procedimiento esterilizado y totalmente antiséptico, cuidadosamente mantenido escondido del ojo del público.  La identidad del verdugo es diligentemente guardada en secreto. (Aunque, en serio, ¿qué tan difícil sería saber quién es?  Simplemente siéntate afuera de  la Unidad Walls el día de la ejecución y anota las placas de cada carro que entra en el edificio. Chihuahua.) ¿Sabes realmente cómo se lleva a cabo el proceso?  Cuando llega el tiempo de que el condenado se enfrente a su fin, se le obliga usar un pañal.  Un equipo especial de oficiales (conocidos como el “equipo de verdugos” o “equipo de asesinatos” en Texas) lo amarra a la camilla, frecuentemente enlistando al prisionero al decirle que todos necesitan “pasar juntos esta cosa”.  Cada hombre en el equipo tiene una tarea específica, para aislarlo de sentirse totalmente responsable por el acto que tomará lugar. (Este hecho está resaltado en varios lugares del manual de políticas.)  Se les dan pláticas motivacionales a los oficiales antes de la llegada del prisionero para iniciar el proceso conocido en la literatura como “entumecer”. (Favor de tomar nota del significado de esto.)  Esta pláticas tratan al prisionero como algo inhumano, y por lo tanto se da inicio al proceso conocido como “duplicando” en donde los oficiales compartimentan  una porción de ellos mismos alejados de quien realmente son para poderse enfocar completamente en su “deber”.  Los expertos llaman esto “matándose a sí mismo”, un término prestado de la militar.  En realidad, varias de las tácticas usadas para preparar a los oficiales provienen directamente de los manuales militares, como son la insensibilización (incluyendo la consigna de “asesinar, asesinar, asesinar”), condicionando (el soldado aprende a tirar y disparar en forma reflexiva e instantánea), y cultivación de denegación (lo cual instila un sentimiento de que el enemigo es meramente un blanco, no un ser humano).  Estos métodos combinan un distanciamiento tecnológico  (la naturaleza de la inyección letal), un nivel elevado de anonimidad, difundir la responsabilidad, y el distanciamiento moral para que todo esto se lleve a cabo con efectividad.  A pesar de todo el trabajo de investigación y esfuerzo que se ha puesto en esto, el índice de reemplazo del “equipo de asesinato”  es extraordinariamente elevado.  Un ex miembro vino a trabajar aquí en el Pabellón hace varios años.  Anteriormente he mencionado al oficial Woods, cuando se suicidó en el estacionamiento de la unidad, justo a la mitad de su turno nocturno.  En su camiseta había escrito las palabras “no resucitar”.  Sospecho que el Oficial Woods llegó a creer que lo que sucede en la Unidad Walls es, de hecho, bastante sinónimo con asesinato.

En muchos estados (aunque no en Texas), hay múltiples verdugos.  Ambos accionarán el switch o empujarán un botón, por lo que ninguno sabe cual de ellos realmente liberó el coctel letal.  La máquina que controla el proceso completo entonces borra su memoria interna, interesante y reveladoramente.  El verdugo nunca está visible; siempre está en otro cuarto en donde su preparación del coctel venenoso no puede ser vista.  En realidad, en Texas este divisor está separado por una ventana de vidrio que solo se ve de un lado.  Lo que uno ve cuando mira hacia el verdugo es, apropiadamente, uno mismo.  Dudo que esto haya sido intencional, pero aún un montón de rancheros con mente de policías puede ocasionalmente pegarle a lo sublime. En estados en donde aún es opción usar un pelotón para prisioneros que fueron sentenciados hace décadas, se utilizan a cinco personas que disparan, pero solo tres o cuatro tienen balas, por lo tanto nadie puede tener la certeza de que ellos realmente hicieron entrega del disparo asesino.  ¿Estas personas parecen tener alguna duda de si este es o no es un asesinato?  Todo el proceso está diseñado para hacerlo parecer como algo insignificante, pero no confundamos el fin con el modo, madam.  Cuando lleguen a ejecutar a cualquiera de nosotros, la causa de muerte en el certificado leerá homicidio, ya sea que nos inyecten o cuelguen o nos disparen o nos entierren vivos en una montaña de gummy bears (ositos de gomitas).

“Nadie quiere tocar una pistola humeante
Pero desde que consiguieron la inyección
Me imagino que ya no les importa tanto
Simplemente les dan muerte en la Unidad Ellis One
-Steve Earle “Ellis Unit One”

Intenten este experimento de pensamiento.  Recuerdo un corto cuento escrito por Franz Kafka llamado “In the Penal Colony” [En la Colonia Penal].  En esta historia, las ejecuciones eran llevadas a cabo mediante una máquina ingeniosa e insidiosa conocida como “The Harrow” [La Rastra], repleta de agujas.  Durante un período de 12 horas, La Rastra grabó los crímenes del hombre condenado en su espalda hasta que murió de las heridas.  Claro, después de un tiempo la máquina se descompuso y  cortó en pedacitos a sus víctimas.  Escribió Kafka: “Este fue asesinato puro.”  No dejes que la limpieza relativa de la inyección letal esconda la verdad de lo que hace.  Parece un procedimiento médico, pero no lo es. Este es un teatro de orden político enorme.  Asesinato es asesinato. Confía cuando te digo que para aquellos que estamos en este lugar, no existe diferencia cualitativa entre La Rastra y La Aguja.

“¿Qué demonios estaba haciendo aquí? ¿Cómo llegó mi profesión hasta este punto?
Donald Cabana, ex alcaide.

Tal vez no te pareció la parte de “meticulosamente orquestado”, en vez de la parte de “asesinato”.  Tuve dos compañeros de asesinato.  En respuesta a la depresión y la demencia inducida por drogas de tres personas, fueron movilizadas la SLDP (Departamento Policial de Sugar Land), HPD (Departamento Policial de Houston), los Texas Rangers, el FBI, la DEA, la Oficina de Policía Federal, la Fuerza Policíaca Metropolitana de Monterrey, La Policía Estatal de Nuevo León, La Policía Ministerial de Nuevo León, La Agencia Federal de Investigación, y varios departamentos de la militar mexicana del norte (SEDENA). Después de mi arresto, un sin número de oficiales y carceleros del Departamento del Sheriff de Fort Bend me tuvieron en cautividad durante más de 18 meses.  Los empleados del Centro de Detenciones del condado de Limestone, IAH del Condado de Polk, y la Cárcel del Condado Grimes fueron llamados de la misma forma.  Durante este tiempo, por lo menos seis miembros de la oficina del Fiscal de Distrito de Fort Bend calcularon – con gran precisión y a un increíble gasto para ti – la forma en que me asesinarían. Fueron llamados 12 jurados para tomar una decisión horrorosa que nunca tuvo que ser tomada en primer lugar.  Se utilizó un juez de proceso.  De la misma forma, se usaron 12 jueces en el TCCA (Corte de Apelaciones Criminales de Texas).  También un juez de distrito (y así sigue la lista).  Todas estas personas tenían secretarios, asistentes, alguaciles, etc., etc.  Cientos de oficiales han sido requeridos para mantenerme en un hoyo de 60 mts.² durante cinco años cumplidos en este mes.  Si me enfermo, puede ser que vea una enfermera o un doctor.  Si me vuelvo loco, tienen una unidad  completa  de profesionales de salud mental los cuales tienen la consigna de volverme a mi cordura, para poder ser regresado para mi ejecución.  Eventualmente, el Gobernador y su equipo completo será llamado para pasar juicio.  Podría seguir. El punto es, miles de personas han trabajado en conjunto con la simple meta de amarrarme a la camilla y después bombear toxinas venenosas dentro de mis venas hasta que deje de latir mi corazón.  Llámale como quieras, mi amiga. Nada de lo que alguno de nosotros hayamos hecho para llegar a este lugar se acerca a la precisión premeditada de lo que han hecho y piensan hacer conmigo.  El día de mi muerte, si tengo un ataque al corazón mientras que estoy amarrado a la camilla, un grupo de enfermeras (Los doctores se niegan a participar en el proceso) está al lado con un desfibrilador portátil. Me volverían a la vida, me darían un chequeo físico, y después sería ejecutado.  Y sin embargo, no pude ni siquiera conseguir dos mil dólares para una investigación extensa…

Si una persona que trata con esto diariamente no
da a conocer al público que está funcionando
entonces, ¿quién lo hará?
-Gerald Kogan, anterior Presidente del Tribunal, Suprema Corte de Florida

Finalmente, quiero hacer mención de los comentarios que encuentras ofensivos con relación a mi opinión de las personas que esperan hasta estar amarradas a la camilla para manifestar su remordimiento.  Probablemente estás en lo cierto en esto.  Aún mientras me defiendo aquí, toma nota de que más o menos estoy de acuerdo contigo en que soy un imbécil.  Me he endurecido en formas que frecuentemente me dejan perplejo y también me causan sentir vergüenza. El punto que tan torpemente estaba intentando hacer  es que el verdadero remordimiento no consta de unas cuantas palabras.  Es una forma de vida. Definitivamente estoy de acuerdo contigo que las víctimas de un crimen violento necesitan escuchar arrepentimiento proveniente de las bocas de aquellos que tanto los hirieron.  Siento mucho que pensaste que estaba diciendo lo contrario. No tengo ninguna duda de que los hombres que expresan dicho remordimiento son genuinos, hasta cierto punto.  Ese es el día más emocional de toda su vida, y la muerte inminente  tiende a que uno hable desde el corazón.  Pero el verdaderamente arrepentido, aquellos que realmente intentan arreglar sus errores, no esperarían hasta el último día.  Estás en lo cierto  que yo tengo una situación única con mi papá y toda su familia.  Soy un hombre con mucha suerte al tener la oportunidad  de sanar esas heridas.  Lo que nos sabes es que durante años he estado usando contactos en el mundo libre para localizar a personas que he dañado fuera de la familia de mi papá.  Siempre uso un tercer partido para contactarlos, así no me meto en algún lugar donde no soy deseado.  Si confirman que aceptarían una carta de mi parte, la escribo.  Esto no ha sido fácil, ni barato de parte mía.  No he encontrado a todos, ni todos los que sí he encontrado están abiertos a saber de mí.  Pero por lo menos hice el intento.  Feministe, existen toneladas de sitios en el internet en donde los prisioneros podrían subir sus escritos en forma gratuita.  Así también, existen muchos grupos organizados para encontrar amigos por correspondencia para los condenados.  Cada uno de estos hombres tiene una multitud de recursos que puede usar para edificar un grupo de apoyo, personas que pueden estar dispuestos a ser parte de donar fondos para ellos, tal como lo he hecho yo.  Tampoco es como si no tuviéramos el suficiente tiempo para hacer esto.  Cualquiera que realmente desea hacer esto tiene las opciones para lograrlo, y punto.  (Yo mismo he ofrecido a varios de estos muchachos  la página web de MB6 como una plataforma hacia esto; ninguno aceptó.)  Tal vez soy duro.  Tal vez este lugar finalmente ha encontrado una forma de matar las partes buenas de mi persona que he mantenido protegidas muy en lo profundo.  Pero no puedo esconder el hecho  de que creo que esperar hasta el día final de uno para hacer enmiendas es reprensible.  Mi dolor y arrepentimiento alimenta  la mayor parte de todo lo que hago.  ¿Sabías esto de mí? Literalmente  marcho en auto-odio.  Esto me compele a mantener una rienda apretada sobre mi pensamiento y comportamiento.  No pasa un día que no me niegue un pequeño placer porque no lo merezco.  ¿Alguna vez leíste Sir Gawain y el Caballero Verde?  No te aburriré con aún otro de mis raras referencia literarias (y de cualquier modo, la historia es increíblemente tediosa), solo para decir que Gawain fracasa en la prueba de su código de  caballerosidad, y por lo tanto se obliga a usar  un cinto verde durante todos sus días como un recordatorio de su fracaso.  “Ya que, donde una culpa se es afirmada, se fija por siempre” (2512, traducción de Marie Borroff).  Mi cicatriz es mi cinto verde. Si siento que quiero relajarme, tal vez de comer unos tacos con mis vecinos, o tomar unas cuantas botellas de hooch [bebida alcoholica hecha en las celdas], o si decido que en vez de gastar algunos de mis ahorros en alguna otra clase me compro una suscripción de alguna revista, o si dejo mi disciplina en cualquier otra forma, todo lo que necesito hacer es sentir mi brazo.  Diciembre 10 es mi azote, uno que diariamente uso para latigarme, para ponerme en forma.  No creo que el remordimiento real – el tipo necesario para rehabilitación – tome cualquier otra forma.  Hablamos de que las personas tienen la habilidad para cambiar, y sin embargo, muy pocos lo hacen en realidad.  Esta es la razón.  El cambio duele.  Es peor que cualquier tortura física porque requiere que veas la cosa tan horrible, despreciable, puramente fea eres.  Evocar la energía para que trabaje en este tipo de proceso en base diaria requiere este tipo de auto-flagelación.  Lo siento mucho si es feo.  Yo solo sé que funciona.

Desearía que pudieras escuchar el ruido en la sección en este momento.  En cada salón de recreación interno, un hombre está jugando dominó, dándoles con fuerza en la mesa.  Su opositor está en su celda, gritando las movidas.  Seis tipos en esta sección solamente están en medio de un Reclutamiento a Filas del NBA de Fantasía, escogiendo a los jugadores con gran habilidad y deliberación.  Son increíbles, cada hombre conociendo montañas de datos sobre cada jugador.  Hacen esto para futbol y también para beisbol.  No me cabe duda que estos mismos seis hombres estarán muy arrepentidos el día en que son asesinados.  Pero cuando veo la forma en que gastan su tiempo aquí, no puedo menos que preguntarme si realmente solo están tristes porque están por morir.  Si gastaran una décima de esa energía en buscar a las personas que lastimaron para expresar su remordimiento genuino de la forma en que lo hacen en su diaria dosis de diversión, entonces sus últimas palabras parecían mucho más genuinas.  Yo pienso tener todo eso ya logrado antes de ese día, para que pueda enfocarme en el proceso de la muerte.  Solo pasa en una ocasión.  Parece como el tipo de cosa que uno quisiera experimentar con una visión clara y una limpia consciencia.  El tiempo para arreglar cualquier cosa que está rota es ahora, en este momento.  Yo lo hice.  Mantén en mente, este sitio  no fue edificado con dinero de la familia. Yo llegué al pabellón de la muerte con nada.  Si algún memo imbécil como yo puede saber estas cosas, cualquiera puede.  Esperar es flojera.  Es poco sincero.  Nunca he  podido respetar cualquiera de estas cualidades, y no tengo intención empezar ahora.

“El mundo quebranta a todos, y después
muchos son fuertes en los lugares quebrados.” – Ernest Hemingway

© Copyright 2012 por Thomas Bartlett Whitaker.
Todos los derechos reservados

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