Monday, January 23, 2012

Pensamientos sobre Cicatrices y el Recorrido Hacia el Norte



Michael Wayne Hunter recibe los artículos de la página web Minutes Before Six y los comentarios de los lectores por correo.  Sintió el deseo de responder a un comentario que la lectora “feminist” [“feminista”] dejó en relación al artículo escrito por Thomas titulado “Cicatrices y el Recorrido Hacia el Norte”.

Escrito por Michael Wayne Hunter

Leí en Minutes Before Six [página web de Thomas] el lugar en donde básicamente preguntó una mujer, “¿Si la prisión es tan terrible, por qué razón pelearían los prisioneros condenados con tanto ahínco para conseguir que se les conmute a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional?”  En forma adicional, esencialmente dijo que si ella se encontrara sentada en el Pabellón de la Muerte a causa de un crimen que ella no cometió, pelearía con todo para recobrar su libertad, pero si ella cometió el crimen, ella querría ser ejecutada lo más pronto posible.

Agradezco que en su respuesta, Thomas dirigió a los lectores a mis escritos en Minutes Before Six en donde he escrito sobre la vida en prisión después de estar en el Pabellón de la Muerte.  Espero que adicionalmente él me permita abordar aspectos de estos temas que fueron expuestos por esta considerada mujer, y quiero agradecerle por su interés.

Aunque la cadena perpetua en una prisión de California está lejos de ser un paraíso, si uno decide, uno puede formar una vida en este lugar.  Yo leo, escribo, y convivo con mis amigos gamberros, tengo varios trabajos que he sostenido desde que dejé el Pabellón de la Muerte de San Quintín: en educación, la biblioteca, y ahora como empleado del teniente.  No me siento infeliz mientras que llevo a cabo todas mis actividades de día a día.  Cuando me siento tentado a divagar hacia algún tipo de patética auto compasión, me pongo a reflexionar acerca de la crueldad al azar a través de la historia de la humanidad, personas que han sido puestas en prisión o asesinadas no por lo que hicieron, sino simplemente por quienes son, tal como las víctimas en los campos de homicidios de Cambodia, Rwanda o la Europa de Hitler.  ¿Qué hicieron las personas en el World Trade Center [Centro de Comercio Mundial] y el Pentágono para justificar sus trágicas muertes?  Me parece que lo único que hicieron fue ir a trabajar para mantener a sus familias.  Cualquier injusticia que yo he experimentado empalidece  hacia la insignificancia en comparación a las severas realidades del 11 de Septiembre del 2001.  Visto en este contexto, me siento humillado por la oportunidad que tengo de vivir mi vida no obstante las circunstancias desalentadoras, y me encuentro eligiendo vida y optimismo sobre muerte y desesperanza.

Cuando me encontraba en el Pabellón de la Muerte, muchos prisioneros decían que querían ser ejecutados, muy similar a lo que dijo la mujer que escribió su pregunta.  En California, las apelaciones del estado son automáticas y no se puede renunciar a ellas.  Esto significa que un prisionero debe permanecer en el Pabellón de la Muerte por lo menos una década antes de que pueda voluntariamente renunciar a sus apelaciones federales y permitir que la ejecución siga su curso.  Escribí sobre ests aceptación de la muerte en un artículo publicado titulado Dave y le pediré a Thomas que permita que Dave sea puesto en Minutes Before Six si es de interés para los lectores.  Claro, más de una docena de prisioneros en el Pabellón de la Muerte en California se suicidaron durante mis dieciocho años, pero en mi opinión, muy pocos tomaron su vida a causa de un análisis razonado y racional de sus circunstancias como es sugerido por la mujer que escribió la pregunta y que contestó Thomas.  Creo que la mayoría de ellos se rindieron ante la desesperanza y depresión y después dieron fin a sus vidas, pero esa es simplemente mi opinión.  Uno nunca sabe en verdad lo que sucede dentro del cerebro de otra persona.

Al leer la respuesta de Thomas, me parece que lo que a él lo impulsa a seguir es llegar a ser el cambio que él quiere ver.  Mi motivación es mucho más mundana: la curiosidad.  Hay tantos autores que aún quiero leer y palabras que aún deseo escribir, describiendo mi simple mundo en el cual me muevo cada día.  Y más que nada, quiero seguir viviendo para saber qué cosa sucederá en seguida.

Para leer la carta sobre un suicidio en el Pabellón de la Muerte, escrito por Willie Johnson, un residente del Pabellón de la Muerte de San Quintín y contribuyente a Minutes Before Six, haga click AQUI.

Michael Wayne Hunter C83600
Pleasant Valley State Prison
P.O. Box 8500, A-5-206
Coalinga, CA 93210




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