Sunday, September 20, 2009

En Memoria de la Luz

Septiembre 20, 2009 – Domingo

“Esperábamos luz, pero todo es tinieblas”

Isaías 59:9

Durante mi segundo viaje a Limestone, fui colocado en lo que en términos eufimísticos se llama la celda “obscurecida”. Nunca se me dio explicación de este trato disciplinario, y solo puedo deducir que decidieron darme hospedaje allí basado en mi “estatus” como un participante en un crimen de alto perfil. Es un poco curioso ya que en mi primer viaje a esta prisión viví en un ambiente tipo población. Una celda “obscurecida” o “de media noche” resulta ser una celda de confinamiento separado localizado en el puro centro del edificio. No hay ventanas, y la puerta es de hierro sólido con una pequeña abertura para las charolas, y otra como una ventanita para asomarse. Ambas aberturas están equipadas con ventanas de hierro grueso, las cuales mantienen cerradas. La “cama” es de piedra, y se encuentra literalmente esculpida en un masivo bloque de piedra y concreto, por lo tanto, uno tiene este amenazante peso tremendo cuando uno se acuesta. Si alguna vez han visitado o visto fotos de una catacumba, con los esqueletos de monjes muertos ya de tiempo, acostados en estos pequeños nichos cortados de entre la tierra, entonces tienen una imagen muy precisa del efecto que deseo hacer llegar. Hay una regadera oxidada en la celda y un escritorio de metal. No hay recreación, ni televisión, ni radios. No existe sonido alguno.

Durante veintidós horas al día, las luces estan apagadas. No existe oscuridad alguna que hayan experimentado como la penumbra en una celda de media noche. Uno intenta mover sus manos en frente de sus ojos, pero solo se siente el viento. He escuchado historias de hombres que presionan sus dedos sobre sus ojos, simplemente para observar las explosiones de color que surgen. Escuché estas historias más tarde, claro. Cuando yo me encontraba allí, pensé que había tropezado en algo sumamente único. ¿Quién hubiera pensado que la impresión luminosa resultante de una excitación de retina podía ser una forma de entretenimiento? En cierto tiempo de la tarde, se prendían las luces. Digo “tarde”, pero en realidad pudiera haber sido en la mañana o la noche. Tales términos tienen poco significado en estas circunstancias. La “luz de día” duraba dos horas, durante el cual se suponía que debía uno tomarse una ducha y escribir cartas. Uno pasaría por lo menos los primeros minutos parpadeando en forma estúpida e intentando acostumbrarse a las luces, las cuales probablemente no eran focos de más de 50 watts, pero podrían haber sido supernova debido a la forma en que explotaban dentro del cráneo. Aún las tumbas de concreto oxidadas y plagadas con insectos le parecen a uno hermosas.

Uno empieza a medir el tiempo a la hora en que las charolas están siendo distribuidas, durante cual período puede uno tener treinta segundos de luz radiante proveniente del pasillo. Uno empieza a caminar hacia delante y hacia atrás unas cuantas horas antes del amanecer, chocando con la pared en ocasiones, e incesantemente haciendo tronar ciempiés y cucarachas sin número que tuvieron el infortunio por intentar cruzar el piso en tu camino. Después de un tiempo uno ni las nota. Uno aprende a dormir lo más que se pueda, en ocasiones hasta 16 horas al día. Uno se va muriendo por falta de luz. Uno se vuelve casi psicótico con impaciencia, esperando que pase algo. Y más nada pasa. Y nada más pasa.

Frecuentemente me siento así en estos días. Debería decir, que finalmente he aprendido a no confiar en mis “sentimientos” ya que frecuentemente me engañan. Dicho eso, me “siento” como si apenas he despertado de un sueño largo, y estoy esperando que todos hagan lo mismo. A mi alrededor, las personas sonambulizan como zombis, casualmente chocando unos con otros, ocasionalmente caminando hacia precipicios obvios. Les grito, pero solo sonríen y siguen adelante. Las creencias llevan consigo mucha velocidad, y en ocasiones se tiene que ir al precipicio antes que uno se golpee con la verdad. (generalmente con un sonido de golpe aplastante.) Ahora soy un hombre mucho más paciente que lo que solía ser, en parte gracias a estas celdas de “obscurecimiento” y otras experiencias menos placenteras, pero aún siento una gran cantidad de angustia sobre lo que yo percibo es un reversado resbalón en nuestra sociedad. En ocasiones, el progreso parece ser tan inevitable, pero no lo es. Siempre había supuesto que la meta del experimento Americano era una verdadera sociedad igualitaria. ¡Qué tonto era yo!

La semana pasada estaba en recreación con un vecino mío. No somos exactamente amigos, pero actuamos en forma civil. Estábamos discutiendo unos puntos menores que tenían que ver con “relaciones” detrás de las paredes. Mi vecino constantemente se preocupa que se novia no está siendo fiel hacia él, y yo, en cierto modo, estaba defendiendo el derecho que tiene ella de vivir una vida normal. Me parecía tonto pedirle a alguien, el cual el aseveraba amar, que sacrificara tantos aspectos de una vida plena. Ser controversial parece formar parte de mí con frecuencia últimamente. “¿Sabes cuál es tu problema, Whitaker? Dijo mostrando enérgica desaprobación. “¡Estás totalmente obsesionado con la realidad!” Creo que no entendió la razón de que me haya parecido tan divertido su comentario, y la razón por la cual tenía una sonrisa tontorrona estampada en mi cara. Tal vez fue la cosa más amable que alguien me haya dicho en mucho tiempo. “Obsesionado con la realidad.” ¡Dios me libre!

Sin embargo es un punto significativo, ¿no es así? La mayor parte de mi vida, me permití estar satisfecho con la ignorancia, simplemente conociendo lo suficiente para pasar de panzazo. La escuela siempre fue fácil para mí, al grado que nunca me sentí motivado, ni vi la necesidad de estudiar mucho. Raro, pero siempre me sentí como si tuviera el derecho al conocimiento, y este derecho nunca me sería revocado. Siempre llegaría cuando yo lo llamara, como si fuera esclavo. Me imagino que me explicaba que el saber cómo encontrar algo era igual de provechoso que conocer realmente aquello que encontré. Nunca aprendí a amar el conocimiento hasta que llegué aquí, hasta que se volvió casi imposible conseguir aquellos materiales en que valía la pena concentrarse. Debo ser masoquista, o algo así. Tal vez los viejos tenían razón: el éxito sabe más dulce cuando se tiene que trabajar para lograrlo. A pesar de mi pereza, no creo que en alguna ocasión haya considerado que la ignorancia fuera una virtud, como parece ser considerada por nuestra cultura y mi vecino. Mi curiosidad era capaz de ser estimulada: Siempre estaba medio interesado en ciencia y computadoras, aunque el cínico en mí piensa que esto era solo porque tales cosas me venían por naturaleza, no así la literatura o escritura. Pienso que mi mente estaba abierta a la posibilidad de realmente encontrar algo que merecía mi tiempo, aunque realmente nunca lo encontré hasta hace aproximadamente un año. O, mejor dicho, hasta que todas las distracciones que me estorbaban fueron quitadas. Podría decir que un buen número de americanos también tienen una mente muy abierta. De hecho, tan abierta que sus cerebros se han caído desde lo alto de sus cabezas. Suena como una enfermedad bastante mortal, y lo puede ser, tanto para los individuos como para las sociedades. Afortunadamente hay una cura a la mano: toma unas cuantas altas dosis de escepticismo, y el cerebro rápidamente regresará a su lugar correcto detrás de tus ojos. ¿Qué imagen viene a ti cuando alguien describe a otro como escéptico? Mayormente negativa, ¿cierto? ¿Por qué es así, si el balance saludable de mente abierta y escepticismo nos ha provisto con todos los beneficios de la era moderna? Creo que los escépticos han recibido el lado injusto. Me gustaría saber por qué.

Podría decirse, ser escéptico es trabajo arduo. La ignorancia y credulidad ciertamente son más fáciles. A muchas personas de todos lados no les caes bien porque tus demandas de pruebas van a echar dudas sobre algunos de los placebos que usan para seguir adelante día tras día. (Aunque para mí, diría que los amigos que llevan falsas consolaciones son amigos falsos, pero entiendo que no todos operan en esta forma.) Tal vez están celosos de que uno ha descubierto algo. Les puede sorprender, pero yo siempre fui un joven profundamente religioso. Siendo hiperléxico , era obvio que pasaba gran parte del tiempo leyendo la Biblia. No quiere decir que aceptaba todo lo que leía. De hecho, sin siquiera saber lo que significaba Cristianismo “liberal”, inventé una versión de ello cuando aún estaba en la primaria. Siempre he tenido dudas; preguntas. Alrededor de ese tiempo, un miembro de la familia me dio un cuadro para Navidad que tenía escrita la palabra “fe”. No tenía ni idea que existieran otros como yo, otros como describió Blaise Pascal como “hechos de tal manera que no pueden creer.” Sentía como si estuviera fallándole a Dios, pero no sabía cómo ni por qué. ¿Por qué me cableó en esta forma, si El quería que fuera una oveja? ¿No me hubiera simplemente hecho más oveja?

La mayoría de las denominaciones Cristianas (en realidad, todas las religiones) tienden a ver con malos ojos el escepticismo. “No demandes pruebas del Señor,” se me dijo. “¿Por qué no?” siempre me pregunté. ¿Cuál es el punto de ser omnipotente si no puedes golpear a un bravucón en la escuela de vez en cuando? A mí me parecía que eran requeridos más golpes de los permitidos. Mis dudas, se me dijo, venían de Satanás. Si oraba con suficiente intensidad, se irían de mí.

En los días antiguos, antes que el tiempo del Siglo de las Luces arrancara los colmillos de la religión, uno era quemado vivo por escéptico. A solo, claro, que te arrepintieras, en cual caso, simplemente te ahorcaban y después te quemaban. La iglesia proporcionaba las instrucciones de cómo sacarte al diablo, por lo tanto los Cristianos podían asarte durante horas sin matarte. Uno de estos manuales de instrucciones, el Malleus Maleficarum, or el “Martillo de Brujas” es aptamente descrito como uno de los documentos más aterradores que jamás haya sido registrado en la historia de la humanidad. Esta no era una congregación de iglesia que le había dado un ataque de locura; esto era un asesinato en masa bien organizado y que se practicaba por todo el continente. Tales prácticas son y estaban sancionadas por la Biblia (“A la hechicera no dejarás viva”) así como por incontables grandes “pensadores” de la historia de la iglesia. San Agustín, un fantasioso egocéntrico y un tierra-centrico ignoramus, dijo que “Existe otra forma de tentación, aún más peligrosa. Esta es la enfermedad de la curiosidad. Es esta la que nos lleva a probar y descubrir los secretos de la naturaleza, aquellos secretos que están más allá de nuestro entendimiento, los cuales no nos son de provecho y los cuales el hombre debería no desear conocer.” Repitan eso unas cuantas veces. Y después piensen en todas las áreas en que la ciencia ha hecho que sus vidas sean mejor en comparación al tiempo en que vivió este “santo”. Ciertamente viene a la mente la medicina, entre otras cosas. Me imagino que ya nadie lee a Agustin, aunque creo que su mensaje está vivo y saludable en esta era.

No estoy apaleando a la fe bien pensada. Lo que ustedes creen es asunto suyo. Si eligen poner su fe en un mágico oso Koala fabricado con técnica de teñido anudado proveniente del planeta Do-Fo 19, el cual contesta oraciones y eructa tacos, adelante. Claro, a solo que intenten legislar su adoración del oso Koala sobre mi libre albedrío. Entonces, bueno…entonces se van a encontrar en un fuego cruzado. Y yo los haré pedazos. No conocí de Agustín cuando fui más joven. Creo que no me hubiera caído muy bien. Mi fe siempre ha sido una lucha entre lo que objetivamente podía observar del mundo, y lo que se me dijo acerca de Dios. Nunca tuve el armamento intelectual para permitir que mi escepticismo y mi credulidad pudieran coexistir en relativa paz. Y debido a que este conflicto me causó tanta miseria, me causó, de hecho, retirarme del mundo, las preguntas acerca de la moralidad se convirtieron casi imposibles de resolver. Algunas contradicciones simplemente no pueden resolverse. Por lo menos, no sin el equipo adecuado.

¿Qué tan familiarizado están ustedes con la realidad? ¿Qué es lo que creen? ¿Cuándo fue la última vez que se les preguntó esto? Todo el tiempo se nos pregunta quiénes somos, y respondemos con lo que hacemos, lo que nos gusta, tal vez hasta en qué tiendas nos gusta comprar. Creo que, hasta cierto punto, hemos permitido que trivialidades nos definan, simplemente porque es más fácil. “Cuéntame acerca de ti. Pero que la descripción no se pase de 140 caracteres.” Eso somos nosotros. La única ocasión en que puedo pensar de que sería apropiado intentar definir un ser humano en tal penuria de caracteres es sobre una lápida. ¿Qué dirá la de ustedes? ¿Ese pensamiento les puso nerviosos? Eso dice mucho. ¿Qué es lo que los define? ¿Por qué creen lo que creen? ¿Se consideran personas morales? ¿Cuándo fue la última ocasión en que se mantuvieron firmes en algo y dijeron: “No, esto no es correcto”? Si ya han sido años, o aún décadas desde que tomaron una posición firme o dibujaron una raya en la arena, ¿cómo pueden auto-designarse como humanos morales o éticos? Me temo que la resistencia a la maldad es parte del acuerdo. Tal vez hasta sea la parte mayor.

¿Es temor lo que detiene tu mano? No lo puedo entender. ¿Quién no ha tenido temor? El temor está bien implantado dentro de ustedes, en la amígdala. El temor es una emoción muy humana. No me imagino que a cualquier hombre – mucho menos un grupo de personas o una sociedad – se le pueda confiar a actuar decentemente o humanamente, o hasta racionalmente, bajo la influencia de gran temor. ¿Está la raíz de lo que les causa temor, basada en la realidad? ¿Cómo saben? ¿De dónde están sacando la información, la cual usan para tomar esta decisión?

¿Será que no siempre sabemos si algo está bien o mal? Eso también lo entiendo. Únicamente los supremos ignorantes creen en un mundo de negro y blanco absoluto. Somos una especie deslavada en grises. Frecuentemente me veo en situaciones en que parece que no existe una elección correcta obvia. ¿Es apatía? ¿Estamos tan cansados que ni siquiera intentamos pararnos?

Me pongo a pensar acerca de estas cosas todo el tiempo, muchas veces al día. Cuando estoy escuchando la radio AM, cuando estoy leyendo el periódico o una revista. Entre otras cosas, percibo una contradicción inmensa en lo que veo y escucho y en lo que siempre entendí era el “ethos” (espíritu distintivo) de América. ¿Recuerdan los diagramas Ven que estudiaron en la preparatoria? Parecían como dos (o más) grandes círculos o elipses. Y cada uno de ellos significaba algo, como “personas que usan camisas rojas”. El otro sería “personas a las que les gusta el queso”. Si llegaban a conectarse los círculos, el pequeño espacio dentro de la conexión sería “personas que usan camisas rojas y a las cuales les gusta el queso”. Me siento como que estoy observando dos círculos totalmente separados, con cero punto de convergencia. Y sin embargo, hay personas caminando y fingiendo como si los dos círculos están casi encima el uno del otro. El primero es la cantidad tambaleante de maldad que toleramos o aprobamos en esta nación, y el segundo es nuestra creencia de que siempre tenemos la razón, siempre moralmente inmaculados.

Al estar mecanografiando esto, estoy observando una fotografía en el periódico de algún tipo de rally político o evento del tipo de junta general de pueblo. En la primera fila se encuentra esta dama que parece ser bastante decente (no una espantadora ranchera sin dientes) sosteniendo una pancarta masiva la cual lee: “¡El socialismo viene del Diablo!” “¡No más reforma a la atención médica!” Está gritando, con la boca bien abierta, y en su playera se encuentra el nombre de la congregación de su iglesia. Respeto su derecho en expresar su opinión. Eso es muy Americano. Simplemente cuestiono si esta persona se da cuenta que la “opinión pública” no es medicina socializada. (La palabra “opción” debería ser una clave bastante clara, pero la ignorancia política también es muy Americana). O si ella siquiera entiende de lo que se trata el socialismo. (O que Europa básicamente es un continente socialista-democrático, y que Satanás no se ve a diario paseando por los cafés de Montmartre.). Estaría sumamente interesado, particularmente, en escuchar cuál es su interpretación de Hechos 4, versículos 32-37, y Hechos 5 versículos 1- 11. Para aquellos que no tienen una Biblia a la mano, esto se trata de la parte en donde, después de que Jesús ascendió, sus seguidores deciden reunir todo su dinero y pertenencias y dárselo a los necesitados. Una muy excelente y noble propuesta. Pero en seguida las cosas se desvían: un hombre y su esposa venden su propiedad, y secretamente guardan una proporción de las ganancias para sí mismos. (Ya sé…¡Shock!) Cuando son confrontados por Pedro en cuanto a este hecho (sin olvidar el hecho que era el Pedro recién re-instituido y perdonado), tanto el esposo como la esposa fueron asesinados por el Espíritu Santo, o Dios, o algo; la exacta explicación de qué es lo que los mata es bastante vaga. Pero es punto aquí es, los seguidores de Jesús obviamente fueron dados la orden de reunir todas sus riquezas – aparentemente el 100% de ella – para poder vivir en armonía social. En otras palabras, la justicia social era valorada por Dios a nivel más alto que los bienes materiales. Lo que Hechos describe realmente es muy parecido a un Comunismo, lo cual no es lo mismo que socialismo, pero dudo que a la señora que estaba gritando le importaría mucho la diferencia. Simplemente me pregunto cómo conciliaría:

1) El hecho de que está rechazando la idea de garantizar asistencia médica a los más pobres de nosotros que estamos a favor de una línea básica más saludable con;
2) Sus creencias religiosas.

Sospecho que necesitaría consultar con su diácono primeramente. Casi pueden esperar que el Cristiano sea un ignorante sobre el contenido de sus propios textos sagrados. Nuevamente, muy, muy Americano.

Igualmente pueden asegurar su habilidad de creer virtualmente cualquier cosa que sale a borbotones de la boca de Glenn Beck, o Rush, o Michael Berry, o Hannity, etc.etc. No tengo problema; yo también los escucho. Pongo sus palabras bajo el mismo micrófono que uso cuando tenía la posibilidad de ver Keith Oldermann cuando estuve en el hospital. No creo ni una sola palabra que dicen, hasta que lo he analizado e investigado. Esto parece ser sentido común, ¿cierto? Así que, ¿por qué el resto de la gente no está haciendo esto? ¿Qué pasó con el pensamiento crítico? ¿No se requiere un poco de ese cochino escepticismo de vez en cuando? O, a cambio de algo bueno en que creer, ¿siempre escogerá la gente algo malo en que creer?

Y una vez más - ¿realmente vamos a expresar la declaración horriblemente inmoral – al resto del mundo en desarrollo de que consideramos la asistencia médica solo para aquellos que tienen los medios para recibirla? ¿Cómo puede no ser este asunto algo moral? El costo, algunos lloriquean, el costo es demasiado alto. ¿Demasiado alto para salvar a miles de vidas? ¿Demasiado alto para hacer lo correcto? ¿Para unirse al resto del mundo que ya dieron esta declaración? Simplemente no lo entiendo. Si somos tan buenas personas como decimos ser, ¿no deberían ser buenas nuestras acciones? ¿Cuándo llegará la luz? Ya se pasó el tiempo en que se dé inicio a las horas “para ahorrar luz”

Maldición. Somos mejor que esto.

Soy bastante fuerte estos días, o por lo menos, eso me digo a mí mismo. Gran hombre malo, convicto. Cuatro años de estar encerrado. Grrr. Sin embargo, en ocasiones soy tumbado de pura cara. Esto sucedió recientemente cuando leí un artículo en una edición reciente del New Yorker. Se trataba sobre Cameron Todd Willingham.(Una copia de este artículo puede leerse al final de este escrito.) Nunca conocí a Willingham. Supe de él, porque su nombre y memoria, junto con muchos otros – continuará haciendo eco por los pasillos del edificio 12. Todos acá sabían que era inocente. Todos. Sin embargo, fue ejecutado, al igual que los demás. Sin embargo, ese es mi mundo. El mundo de ustedes nunca quiere escuchar. Casi cada vez que un prisionero logra pelear al sistema, y traer un caso de derechos civiles a una corte abierta, se está mostrando que se ha dicho la verdad. Este hecho casi nunca es reconocido, claro. (Y tales eventos cada vez son más raros, gracias a la Ley de Reforma Legal de la Prisión.) Cuando una historia logra ser impresa en relación a lo que pasa por acá, siempre es considerada por el público Texano como “basura liberal”. ¿Por qué? No lo sé con exactitud. Algunos asuntos, como, digamos, la ejecución de un hombre Cristiano inocente, deberían sobrepasar las consideraciones políticas, aunque parece que nunca sucede así. Con más frecuencia, las declaraciones que sí logran salir en las noticias provienen casi siempre del Gobernador o algún juez o fiscal, y estas declaraciones son casi universalmente tanto tendenciosas como especiosas. Creo que su apoyo férvido del castigo capital tiene muchos aspectos, pero uno de ellos ciertamente es un mecanismo de defensa al horror de lo que han cometido. Es un CYA político. Pero podría yo estar equivocado. Tal vez todos son simplemente unos tontos.

La historia que adjunto…simplemente es terrible. Más que terrible. Estoy con la esperanza (aunque, una vez más, espero totalmente ser desilusionado) de que esta historia reciba más que solo la tracción que es la norma. Dediquen los 20 minutos para abrir sus ojos. Por favor, al leer, no descuiden notar la cantidad de fallas diferentes en el proceso que se multiplicaron para llevar a este hombre a la muerte. Este sistema les ha dicho a ustedes, el público, durante años y años, que existen salvaguardas para prevenir la muerte de un hombre inocente. Vean las mentiras. Piensen en los fiscales. Los jueces, cuya mayoría apoyan a los fiscales aquí en Texas. (piensen en esto también durante un momento. En repetidas ocasiones se ha comentado que esto es como tener un juez que se encuentra al lado del esposo en un divorcio. Los jueces no deben tomar lados.) Piensen de cómo le falló el Consejo de Clemencia a este hombre, porque nuestro maravilloso Gobernador Rick Perry llenó el Consejo con sus partidarios políticos. Ni siquiera vieron la petición de Clemencia de este hombre. Hicieron que ustedes, ciudadanos de Texas, fueran asesinos de igual forma. Estos hombres les fallaron. Así que, después de que ustedes hicieron todo esto, pregúntense unas cuantas preguntas más: ¿ Voté yo por estas personas? ¿Soy yo responsable en parte por esto? Piensen acerca de los últimos minutos de la vida de este hombre. ¿REALMENTE piensan que es el único?

Y por último: ¿Qué van a hacer al respecto?

Todos estamos en espera de la luz. ¿Siquiera recordamos en dónde se encuentra el switch de encendido?

© Copyright 2009 por Thomas Bartlett Whitaker.
Todos los derechos reservados

Tuesday, September 1, 2009

Un Cuento de Cinco Cárceles – Condado Polk IAH (Parte II)

Septiembre 1, 2009 – Martes

Es una de las cualidades más ridículas de la experiencia humana, que cuando tiene que ver con el tema de tiempo, lo que deseamos es exactamente lo opuesto a lo que recibimos. Cuando deseamos que una maravillosa noche pudiera extenderse indefinidamente, pasa como un suspiro; cuando deseamos que el universo tuviera un botón para adelantar, se mueve a la velocidad del gobierno. La noche antes de que yo iniciara a trabajar en la cocina, los Mexicanos tenían la televisión, lo cual no siempre era malo. La mayoría de las telenovelas parecen operar bajo la ecuación muy simple de: mujeres llamativas – cualquier cosa que se asemeje a cantidades adecuadas de vestimenta + ridículas personas ricas que se comportan en forma escandalosa = ¡mucho dinero! Parece una fórmula bastante efectiva, por lo menos si de paso tienes la maldición de poseer un cromosoma Y. Desafortunadamente, las novelas que se ofrecían en esa noche parecería que eran aún más fatuas de lo normal, y mi atención frecuentemente divagaba.

El Grande C (Big C) y un hombre de raza negra de Dallas, flaco como un palo, cuyo nombre era Boxcar Slim estaban involucrados en su pachanga de dominós de cada noche, lo cual inevitablemente terminaba casi en golpes. Aún así, el descenso hacia el punto de altercar siempre era bastante gracioso, porque tanto Big C como Boxcar eran estrellas consumadas habladoras del primer orden. El constante golpeteo de los dominós – los “huesos” – sobre la mesa de metal era completamente ahogado por algunas de las más coloridas, increíbles e insultantes descripciones de casi cada cualidad de la vida de sus oponentes que uno se pudiera imaginar. Boxcar amaba gritar pequeñas rimas cuando sacaba buena puntuación, como: “¡Dame mi dinero y no hagas puchero!” y otros similares. Cuando ingeniaba algún juego particularmente excelente, su comentario favorito parecía girar alrededor de que él era un “Dominólogo”. (“¡Tonto! “Ya te dije que tengo un título en Dominología! ¡El profesor está DE GUARDIA!”) Estas explosiones generalmente eran gritadas en el volumen más alto que le permitía su garganta cicatrizada por el cigarro, completo con saliva volando, una constante risa tosigosa, y sus pequeños ingeniosos ojos rondando por el cuarto como una navaja.

Ahora, yo no soy un manco en “esos huesos”, y creo que probablemente no vendría de mucha sorpresa para nadie saber que generalmente puedo mantenerme bien parado en una discusión. Pero este tipo de recibir y regresar era un nuevo estilo de combate verbal para mí, y mis más…ah, sutiles preferencias no eran muy apreciadas por Boxcar. El me daba una buena paliza, tanto en la mesa como en las ondas de aire, por lo menos hasta que llegué a entender sus díceres y su estilo de juego. Después de eso, las cosas se volvieron más parejas. Más temprano ese día, estaba en un super juego y los dioses de los Juegos de Mesa realmente me estaban sonriendo. La boca de Box estaba moviéndose a tal velocidad que solo podía compararse a la velocidad de luz, y en general mi concentración estaba solamente en conducirlo a jugar su última mano. Tan pronto cayó en la trampa me fui varios juegos ganando dinero cada vez que jugué, animándome cada vez más, hasta que lo vencí con veinte. Para ese tiempo su sarta de tonterías se había vuelto contagiosa, y también yo me hallé gritando. “¿Qué dijeron? Creo que dijeron ´20´, y ¡dáme lo que está en tu mano, tonto!” Puede que seas un dominólogo, ¡pero yo soy un tremendo matemático!” Big C gritaba algo acerca de “hombre blanco, esto y aquello,” y Boxcar estaba mirando sus fichas de dominó con disgusto, como si el que hubiera perdido era culpa de ellas, una traición de las peores. Volteó a ver a C y le dijo, “Maldición. Nos hemos creado un monstruo.” Me sentí bastante orgulloso. Lo cual duró por aproximadamente cinco minutos, hasta que mi suerte se terminó y empezaron a patear mi trasero por toda la mesa de nuevo. Algunas memorias se desvanecen en el largo trayecto de los años en la vida. Algunos no se desvanecen. Sin embargo, no estaba en humor para drama esa noche, en general mi mente divagando a las cocinas, y cómo sería poder trabajar allí. No se me había permitido trabajar en Fort Bend ni en Limestone, y no tenía idea de qué podía esperar, y estaba siendo distraído por un muchacho Filipino que vivía en la parte superior de mi litera. Él se había asomado por sobre su Biblia; la primera vez que lo había visto hacer esto en más de una semana, así que me senté frente a él y le pregunté qué estaba leyendo. Hablamos un poco sobre el libro de los Salmos- uno de sus favoritos. Me gustaba escuchar que tenía un favorito de algo, porque era un tipo de algo como un Hombre Ricitos de Oro – todo estaba o demasiado caliente o demasiado frío, en sentido figurado. Siempre parecía perdido, como si real y verdaderamente sentía como si iba a despertar en su casa en cualquier momento. Intenté entrar en conversación con él muchas veces, porque sabía exactamente lo que se siente sentirse solo en un cuarto lleno de gente, pero él tenía algún tipo de anticuerpos activos en contra de contacto humano, o algo así. El temor te lleva a eso, y él tenía terror de lo que le deparaba el futuro. La Biblia parecía ser un tema que él estaba dispuesto a discutir con quien fuera, y yo usé esto para unir la brecha dentro de su pasado. Él se sentía muy orgulloso de las islas de su país, y se lamentaba que “nada de esto hubiera pasado” si sus padres no se hubieran mudado para acá unos años atrás. Nunca supe de que se trataba “esto”, pero sabía que estaba por enfrentar tiempo real en una penal, y alguien como él tenía buena razón de tener temor.

Me presumía que los Filipinos eran muy religiosos, y que hasta estaban mencionados en la Biblia. Parpadee mentalmente hacia este comentario, porque, modestia aparte, conozco la Biblia mucho mejor que la mayoría de los ministros. Aún si no fuera así, sin embargo, también conozco de geografía, y estaba perfectamente al tanto de que ninguna de los personajes en la Biblia de los cuales estaba leyendo conocían mucho acerca del mundo más allá de un límite exageradamente pequeño, y las Filipinas se encontraba muy por fuera de éste límite. Sin embargo hice lo posible por no dar a mostrar mi duda, porque no quería dañar la conversación frágil que había surgido de terreno tan pedregoso.

Sin embargo, ha de haber detectado un olorcillo del miasma de mi escepticismo, porque rápidamente me dijo que si leía en Hechos, vería que Pablo viajó a las Filipinas y convirtió a un vendedor de tela de púrpura. Mi mente dio vueltas repasando los numerosos e inmensos errores en esta afirmación, porque yo sabía que estaba haciendo referencia a Hechos 16, donde se menciona Filipo, como en Felipe II de Macedonia, como en Grecia. Podía ver por su mirada, sin embargo, que esto era importante para él, y simplemente dije que creía que él tenía razón. (En cuanto a lo que él sentía por el libro de Filipenses, en donde habla de la iglesia favorita de Pablo, nunca supe. Solo puedo asumir que también pensaba que esto se relacionaba con sus islas. Me imagino que uno podría decir, pidiendo prestadas las palabras de Pablo escritas en este mismo libro, que no “buscaba lo mío, pero cada quién buscando el interés de los otros.”) Tengo muchos sentimientos en relación al Hombre Ricitos de Oro, aún hasta este día. Tristeza. Un poco de lástima, aunque creo que ultimadamente la lástima es una emoción fea y vana, ya que su inevitabilidad coloca al que siente lástima en un lugar mucho más alto que el recipiente, y no soy más alto que él en ningún tipo de barómetro. Sin embargo, nunca sentí desdén y nunca lo sentiré. Nosotros los humanos tenemos millones de mecanismos que construímos para unir brechas entre lo real y lo ideal, y todo tipo de anteojeras que evitan que veamos las realidades frías y severas de la existencia humana. Me pregunto si aún lee su Biblia en la noche, y si aún parece sorprenderse ante todo. Me pregunto si aún respira.

Eventualmente la noticieros de la noche llegaron a su final – otro día de idiotas religiosos haciéndose volar explosivamente unos a otros por unas cuantas hectáreas de supuesta tierra “santa”, más políticos resbalándose para entrar a incontables salas en los hogares – y un oficial prendió el interfono. En una voz grave, con un distante eco, nos llamó a cinco de nosotros por nombre, diciéndonos que teníamos quince minutos para alistarnos para ir a trabajar. Me puse mi camiseta y amarré mis zapatos, y noté que tanto Big C como Boxcar tenían una bolsa de malla lista para llevar consigo. Cuando les pregunté para qué era, Box dijo “¡estamos preparándonos para poner la comida!” He de haber puesto una cara de confusión, porque C me dijo que era práctica común permitir a los trabajadores de cocina llevar un poco de comida sobrante de regreso a casa como forma de pago. Ya que ambos tenían mucha más experiencia penal que yo, me ocupé en imitar un poco.

Dos de los mexicanos, Roberto y un hombre rapado, que era verdaderamente cómico, llamado Oso, también se dirigían a las cocinas. Oso era un serio adicto al café, tomándose una bolsa completa por día. Aproximadamente cada veinte minutos, él interrumpía lo que estaba haciendo para proclamar: “¡Creo que es hora de ponerme en el tono de guadiche!” (“Guadiche” es un término tex-mex de prisión para café, y “tono” es un caló de prisión que significa ocuparse de lleno en alguna actividad.) Oso se pasó la mayor parte de su tiempo dibujando y diseñando arte de tatuaje, y era bastante diestro.

En corto tiempo nuestra puerta fue abierta, y los cinco de nosotros entramos una trampa que separaba nuestro tanque del pasillo, la cual con rapidéz también fue abierta para darnos paso. Caminando por el pasillo, nos encontramos con aproximadamente otros veinte prisioneros de la cárcel del condado que provenían de otros tanques y me emocioné al ver a un tipo decente de Fort Bend llamado Ray. Era un borracho y tenía como un millón de ex esposas (todas afirman odiarlo, y sin embargo todas encontraron la forma de visitarlo en múltiples ocasiones, frecuentemente en la misma fecha…lo cual siempre era un evento espectacular, al escucharlo contar sobre ello.) A pesar de todo eso, era un tipo que caía bien. Su hijo mayor se encontraba en Iraq, y siempre estaba mostrando fotos de él y fanfarroneando sobre sus hazañas. Eso me hacía sonreír y a la misma vez me sentía triste, por alguna razón. Cuando vivimos juntos en Fort Bend, probablemente él era el admirador mayor de mi cosa de “palabras y adivinanza del día”, lo cual pegaba diariamente en la pared del cuarto de recreo. Creo que este fue mi primer intento en aumentar un poco la consciencia de las personas a mi alrededor, y era bastante divertido. Siempre consistía de una adivinanza del tipo lógica/matemática, y una palabra de vocabulario útil (aunque en ocasiones rara) para memorizar. Sé que los prisioneros deben ser ignorantes y sin disposición para aprender, pero el día que escuché un grupo de pandilleros golpeadores discutir sobre una adivinanza de lógica fue el mismo día que descarté esa suposición de mi portafolio. Y el día que un desalmado adicto al crack le dijo a un oficial que su comportamiento era “ignominioso”, me sentí sumamente orgulloso. (Y sí, para el record, aún sonrió cuando las personas me escriben para informarme que este sitio ha requerido poner entre sus favoritos a www.diccionario.com Siempre había deseado que este sitio fuera una experiencia educativa, aunque esto no era exactamente lo que tenía en mente. Sin embargo, lo aceptaré.)

Ray tenía el hábito de pasar sus manos por su cabello, como si estuviera revisando que aún siguiera en su lugar. Creo que era un tic nervioso, o algo parecido. Nos pusimos al corriente sobre los eventos recientes mientras caminábamos por el largo pasillo hacia las trampas que daban a las cocinas. Parece que la unidad de su hijo había descubierto que en ciertas zonas Shia de Iraq, uno se podía casar durante una hora o dos con una prostituta vestida con una burka (vestimenta que tapa todo el cuerpo y cara, dejando solo un espacio con malla para el área de los ojos.), y al terminarse el tiempo, ya estaban listos todos los papeles para el divorcio. (Le recomiendo a todos los Cristianos que acaban de leer esto y aventaron unos cuantos pensamientos de desaprobación hacia la Mecca, que tengan cuidado de su propia hipocresía: la mitad de los edificios espléndidos de Roma - incluyendo el de San Pedro – no hubieran sido eregidos si no fuera por indulgencias especiales exactamente de esta especie hacia los ricos.) Ray parecía estar particularmente encantado en cuanto a esto, siendo un veterano jubilado de Vietnam.

Uno podía oler las cocinas aún antes de llegar cerca: una mezcla curiosa de materiales de limpieza y grasas para cocinar penetraba las baldosas del piso. Ninguna cocina era igual a la otra, y sin embargo casi siempre son iguales. Montañas de acero inoxidable brillante; abundan los ángulos rectos funcionales y limpios; la sensación de tapetes de hule en los pisos para evitar que alguien resbale mientras carga algo filoso o hirviendo. En el mundo libre, yo trabajé como gerente de restaurant, por lo tanto, nada de esto me era novedoso, aún cuando siempre había estado “al frente de la casa”. Una escaneada rápida de la cocina me dijo alguien había diseñado este lugar bastante bien, probablemente debido al hecho que esta instalación fue diseñada para cubrir los estándares altos puestos para prisioneros federales. Ninguna cocina de prisión estatal le hubiera llegado ni cerca a lo agradable de esta. Al lejano extremo izquierdo se encontraba una oficina para el administrador de la cocina, un empleado del mundo libre de la corporación Aramark. A la derecha inmediata de la oficina se encontraba la estación principal para cocinar, una serie de planchas grandes y tinajas de acero inmensas para hervir agua. Continuando a la derecha se encontraban una serie de hornos y planchas adicionales. A lo largo de la lejana pared derecha se encontraba una mesa larga para servir, diseñada en la parte central de la mesa de tal forma que pudiera sostener las grandes charolas insertables con comida. Me supuse que los hombres harían fila de los dos lados de la mesa y servirían la comida de la parte central de la mesa hacia las charolas, antes de pasar la charola al siguiente hombre en la línea. A lo largo de la pared posterior estaban los cuartos de almacenaje para los ingredientes para cocinar y la plataforma de limpieza.

El Hombre Aramark (cuyo nombre olvido, pero quien se parecía muchísimo a Andy Warhol, así que diremos que se llama Andy) parecía ser una de esas almas eternamente hostigadas, para siempre encadenado a su reloj. Rápidamente nos asignó nuestras estaciones, y nos pasó instrucciones escritas en pancartas laminadas. Yo debía ser un panadero, y mi primera tarea del día era hacer la mezcla para los bisquetes del desayuno. No era un reto demasiado grande, pero cuando te has estado consumiendo la mayor parte del año, cualquier cachito de propósito puede probar ser muy motivante: escogemos nuestros gozos y nuestras tristezas mucho antes de que las experimentamos.

Por lo tanto, en una cocina de calidad inferior, hice biquetes de calidad inferior bajo la dirección de un Andy Warhol de calidad inferior, y sin embargo encontré un pequeño fragmento de vida real. Bisquetes en la mañana, pan de maíz para el medio día y para la cena…fue un comienzo.

(Parte III viene pronto)

Nota Adicional Escondida (por si acaso alguno de ustedes se toma la molestia de leer hasta este punto):

Suelo escuchar a menudo la estación NPR y PBS en la radio. Son estaciones buenas, llenas de programas que estimulan aquella pieza de proteína de tres libras, irritantemente deficiente y defectuosa, que se sienta detrás de nuestros ojos. Buenos programas, con excepción a cuando tienen que ver con esos teletones latosos que llevan el fin de recabar fondos. No hay nada más frustrante que esperar para que un prolijo tipo encere patéticamente durante media hora, antes que por fin las estaciones lleguen a Nova o Charlie Rose o All Things Considered (Tomando en Consideración Todas las Cosas) - (nombres de programas) (Cof). Odio a los cretinos verbosos. (Cof). Nunca quise ser “aquel tipo”, pero la realidad nuevamente ha mostrado su rostro feo, así que me voy a tener que sentar aquí en la esquina de la calle durante unos cuantos minutos, sombrero en mano, y hacer mi propia versión del teletón.

En el pasado, he mencionado mi deseo de terminar mi Licenciatura en Arte en varias ocasiones en este sitio web. He tenido que sobreponerme a muchos obstáculos, pero los he vencido. No soy un estudiante de Adams State en Colorado, especializándome doblemente en Sociología y Criminología. Escogí Adams State por un número de razones, una de ellas siendo el número 125, el cual equivale a lo que cuesta una hora de clase. Mucho más barato que la mayoría de las escuelas, aunque Adams comparte algunas clases con LSU, así que recibiré parte de mi material de ellos. Tristemente, muy pocas universidades siquiera ofrecen cursos por correspondencia que no sean basadas en el internet. Aún menos cantidad de ellas quieren tener algo que ver con prisioneros. Imagínense. Mientras intentaba buscar la combinación adecuada para el candado de educación-mientras-estoy-en-segregación-administrativa, sí logré tomar y completar un curso paralegal, cuyas calificaciones y diploma pueden encontrar AQUÍ y AQUÍ.

Igualmente me anoté para una extensión, o un curso de más alto nivel, sobre ley criminal y procedimiento en la misma escuela. Estoy ya cerca de la mitad en ese curso. Hmm, ya se me alargué más de lo que tenía pensado. Lo que quiero decir es: Si les ha agradado cualquier cosa que han leído en este sitio web, por favor consideren darme una mano para poder pagar estas clases. No soy demasiado orgulloso para decir que aún cinco dólares ayudarían. Las donaciones se pueden hacer a través de Paypal a mi fondo de Education and Defense (Educación y Defensa), que se encuentra AQUÍ. Este fondo es organizado y controlado por mi papá y cualquier donación que reciba de este tiro patético de ventas nunca llegará ni a cien millas de mis manos, así que cualquiera de las cosas horribles que la gente piensa hacen los convictos con su dinero realmente no aplica en este caso. Me incómoda en gran manera tener que hacer esto, pedirles este favor, pero creo que mi deseo de educación es mayor que mi malestar. Tal vez no debería sentirme como un caso de asistencia social, porque creo firmemente que el deseo de aprender siempre es un acto noble, sin importar las circunstancias, y todos sabemos que esto cuesta dinero. Bueno, ese es el asunto. No insistiré sobre ello. Gracias por su tiempo y cualquier atención se sirvan prestar sobre este asunto.



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