Wednesday, March 30, 2011

Diario de Espera de Ejecución de Lee Taylor – 79 días para vivir

Artículo # 2

Saludos,

Mientras toman un tiempo de su día para leer mis palabras, estos últimos pensamientos de un hombre condenado, les pido las lean con mente abierta. Tomen en cuenta que tengo limitada educación, ya que me salí de la escuela después del octavo grado. Sin embargo, a pesar de mis fracasos en esto, soy un hombre pensante. Aún no entiendo la razón por la que decidí escribir este foro. Tal vez siento la necesidad de en alguna forma, dejar algo de mí, en el caso supuesto de que el estado me asesine. Realmente no me importa lo que las personas piensen acerca de mí, así que esa no es la razón por la que escribo. No espero decir algo que cambiaría a una persona llena de odio de pensar de mí como un monstruo. Y aquellos que “se preocupan e interesan” por mí, simplemente porque soy un ser humano, sin importar mi pasado…bueno…tengo la ligera sospecha que se interesarían en mí a pesar de lo que yo diga aquí.

¿Estás leyendo mis palabras porque eres una persona compasiva? ¿Lees estos pensamientos porque te preocupa el bienestar espiritual, físico o mental de un humano que está por morir? ¿Tal vez eres una persona llena de rencor, odio o enojo que lees para encontrar una razón distorsionada que avale tu odio? Tal vez has sido emocionalmente lastimado a causa de la muerte inesperada de alguien a quien amas, a manos de un asesino. En este caso, puede ser que busques una posibilidad de perdón para que puedas seguir adelante con tu vida. De alguna forma, encontrar un camino que lo coloque todo en perspectiva. Pudiera ser que simplemente tropezaste con estas palabras y no tienes ninguna opinión real – sin embargo la tendrás, mientras “nosotros” asimilamos información e inevitablemente formamos nuestra propia opinión. Cualquiera sea el razonamiento detrás del por qué estás leyendo esto, gracias por tu tiempo.

El 16 de Junio de este año el estado de Texas colocará una aguja en mi brazo, puncionando mi arteria para inyectar droga que inducirá, en forma efectiva, un ataque de corazón. Mientras los espectadores me observan tomar mí último aliento, en corto tiempo se me pronunciará muerto, muerto, muerto. ¿Qué piensan sobre eso, eh? ¿Me pregunto si pronunciaré una última palabra mientras que me deslizo hacia lo “desconocido”? Puede parecer mórbido para ustedes, pero tengo curiosidad…Sin importar sus creencias religiosas, todo se basa en la fe. ¡No hay ser viviente que sepa lo que pasa cuando muere! Yo no tengo miedo de morir; ¡Todos tenemos que morir! En realidad, el estado, y todos ustedes, Tejanos votantes, me están proporcionando una salida a tener que pasar el resto de mi vida tras las rejas, consumiéndome en una jaula. Por lo tanto, gracias por eso.

He estado en prisión desde 1995. Tenía 16 años de edad cuando se me “certificó” como adulto y se me sentenció a pasar el resto de mi vida en prisión. Ahora tengo 32 años, así que, hagan sus matemáticas. Cuando uno ha pagado tanto tiempo y está mirando hacia pasar el resto de la vida natural en este infierno, bueno, la muerte parece un cierto tipo de escape. Es mejor que volverse lentamente loco…

El estado de Texas tiene un enorme número de hombres cumpliendo sentencias largas o perpetuas, una tonelada de hombres que nunca jamás serán libres. Ellos se dieron cuenta que tendrían hombres cumpliendo tanto tiempo detrás de estas paredes que no se la pensarían dos veces para asesinarse unos a otros si les faltan al respeto. Claramente, la prisión es una selva de concreto. (Canción del momento: “Concrete Jungle” [“Selva de Concreto”] por Black Label Society.) El respeto en el mundo es una necesidad, un asunto de sobrevivencia. Así que, estos legisladores decidieron que tenían que encontrar una forma en lograr reducir los asesinatos en prisión. A partir de 1994 en Texas, si una persona que esta pugnando una sentencia perpetua por delito mayor lleva a cabo un asesinato, el acto llena el requisito para el “factor agravante” para que sea constituido como asesinato de pena capital, y por lo tanto trae consigo la posibilidad de una sentencia de muerte. En teoría parecería que esta ley aminoraría los asesinatos en prisión. Pero en realidad, crea un escape. Una vez que un hombre ha pagado 20 o 30 años y sabe que nunca verá la luz al final del túnel, ¿Qué más le es la muerte? Yo no lo veía así hace once años cuando sucedió este caso. ¿Pero ahora? Bueno, para ser honesto con ustedes, ¡tengo una sensación de alivio! Siento como si mi ejecución el 16 de Junio será simplemente una liberación temprana de una vida en una jaula de prisión. La mayoría de los hombres que pasan su vida en prisión terminan ya sea institucionalmente locos o cometen suicidio. Asi que, estos legisladores, realmente facilitaron mi escape.

Nota Administrativa: Esta sección del artículo ha sido quitada.

El proceso completo en este lugar está defectuoso. Hagan una encuesta de Tejanos en Dallas, Houston o Austin. Les apuesto que la mayoría de ellos dirían que hay menos de 100 personas en el Pabellón de la Muerte, y que todos eran asesinos pedófilos en serie. Cuando la mayoría de las personas piensan en el Pabellón de la Muerte, piensan en monstruos rabiosos. Créanme, cuando yo estaba en un sistema de prisión regular, me codeé con unos verdaderos asesinos. Muchos de los muchachos aquí en el Pabellón son asesinos circunstanciales. No salen con el propósito de matar a alguien, simplemente explotan a causa de años de presión. Muchos o estaban drogados o locos y se encontraron en una situación atípica y en mal estado. No me malentiendan, también hay amigos muy locos aquí. Pero el sistema ha perdido la visión de lo que los votantes originalmente deseaban en este proceso, que era matar solo al peor de los peores. El propósito no era “dormir” hombres que accidentalmente mataron a un empleado de tienda en un asalto que salió mal. Para nada estoy tratando de decir que tales cosas están bien. Pero esto se salió fuera de control. En once años he visto ser puestos a muerte a cerca de 300 seres humanos…hasta que realmente estaban muertos, muertos, muertos. Le estamos enseñando a nuestros hijos: dos males no resultan en un bien…a solo – podría parecer – si estamos hablando acerca de matar a alguien.

Hasta la próxima. Siéntanse en libertad de mandarme un correo electrónico mediante www.jpay.com

Con Respeto,
Lee Taylor
# 999344

Nota: Lo siento mucho si no les gusta mi opinión, pero estoy escribiendo con completa honestidad. Tengo menos de 80 días para vivir, así que…bueno, no tengo razón para preocuparme de retener mis pensamientos.



© Copyright 2011 por Thomas Bartlett Whitaker y Lee Taylor.
Todos los derechos reservados

Friday, March 25, 2011

Diario de Espera de Ejecución para Lee Taylor – 84 días de vida

Realzando la manera puramente arbitraria en la que se reparten las penas de muerte en esta gran nación, la crisis económica en los últimos años ha reducido en forma drástica los números de recién llegados al Pabellón. Resulta, cuando los Fiscales se encuentran eufóricos con dinero, se sienten éticamente más relajados en relación a la ejecución de personas. Claro, esto no significa que han dejado de asesinar a los condenados, por lo tanto, el Pabellón de la Muerte continúa encogiéndose. La evidencia del tamaño decreciente de este lugar fue lanzado al mundo de lo que salta a la vista hace unas semanas atrás cuando oficialmente convirtieron otra media sección del Pabellón en celdas para los prisioneros de segregación administrativa de la Población General. Eso quiere decir que de las seis secciones originales que estaban destinadas para el Pabellón de la Muerte, ahora dos se han destinado para la población general y otra media está reservada para los “malos obradores” de Niveles 2 y 3. Durante este proceso, se me regresó a la Sección – A, solo que en esta ocasión a solo dos secciones de la Sección de Espera de Ejecución. Previamente, cuando me encontraba en la Sección – A, podía ver a los hombres que tenían fecha solo a través de las ventanas al enfilarse; ahora, vivo al otro lado de ellos. En una experiencia previa supe que mi estoicismo iba a ser retado al vivir tan cerca de la miseria y desesperanza. Recientemente, Arnold Prieto escribió un excelente artículo sobre los efectos psicológicos que uno es obligado a experimentar simplemente al observar la tristeza de los hombres que lo rodean. Unos cuantos días después de haber llegado en la Sección-A, este punto dio firmemente en el clavo cuando mi amigo Lee “Tiny” [pequeño] Taylor fue traído a la Sección de Espera de Ejecución sobre una camilla.

Es imposible el contacto con alguien en la Sección de Espera de Ejecución, tanto en el punto de vista arquitectónico como en el punto de vista del postulado de seguridad. Esta sección simplemente es la localidad mejor equipada con policías en todo el Sistema del Departamento de Justicia Criminal de Texas. Por lo tanto, naturalmente, en el transcurso de los primeros quince minutos de su llegada, habíamos intercambiado recados. Supe que tenía fecha de Texejecución para el 16 de Junio. Recordé que durante el tiempo de Kevin Varga en la Sección de Espera de Ejecución, el que haya tenido una salida para expresar sus últimos pensamientos fue una actividad muy terapéutica para él, por lo tanto ofrecí las riendas de MB6 igualmente a Tiny. Aceptó con rapidéz. A continuación encontrarán su primer artículo.

También, por experiencia con Kevin, estoy consciente de que muchos de ustedes se sintieron incómodos al leer un Diario de Espera de Ejecución. Muestra de esto se podía ver a través de dos fuentes: las cartas que se me mandaron personalmente, las cuales explicaron un tipo de repugnancia despavorida, y también del número de lectores que cayó en picada. Miren, yo sé que es difícil. Yo lo sé mucho, pero mucho mejor que ustedes. Pero estos diarios son importantes. Importantes para el hombre que los escribe, y también para ustedes como sociedad que permite que estas cosas sucedan. Estos diarios son un espejo; si a ustedes no les gusta la imagen que se refleja desde su pantalla, esto habla mucho más acerca de ustedes que lo que habla acerca de Tiny o de mí. Estos son los últimos pensamientos de un hombre, y tales cosas siempre son, siempre importantes y vale la pena hacerles caso. Pueden ser un regalo, si saben qué hacer con ellos. Y si no les gusta ese reflejo después de que esto se haga, entonces sabrán lo que es requerido de ustedes. – TBW


“La Puesta del Sol”

Una bola gigantesca de lava, majestuosa, el sol nos da vida.

¡Todo lo que sabemos, el aire que respiramos, no podría ser sin el viejo en el cielo! Nunca podrían crecer nuestros árboles que despiden oxígeno, la comida nunca se produciría a falta del sol. A lo largo de la historia de la humanidad, desde un continente hasta otro, hemos adorado al sol. Si no adorado, siempre se le ha reconocido como la llave de nuestra supervivencia.

Hoy en día, en masa, hemos estado tan ensimismados que nos olvidamos de ver hacia arriba y meditar sobre el poder del sol. Mi hermano y mejor amigo Robert “Tool” Pruett ha abierto mis ojos a la belleza del sol. Llegué a respetar nuestro Sol, si no a adorarlo, al final de cada día, a la puesta del sol.

Hemos estado juntos en el Nivel ya durante varios meses. Cada día nos montábamos para ver a través de nuestra muy pequeña ventana en nuestra jaula del pabellón de la muerte para ver la puesta del sol. Esto se convirtió en un vínculo espiritual entre nosotros. “Puesta del Sol”, nos recordábamos uno al otro, y sin importar lo que estábamos haciendo, montábamos hacia nuestra ventana. El compañerismo es una interacción humana muy importante, y juntos encontramos esto en nuestra diaria vista por la ventana.

El 21 de Marzo del 2011, alrededor de la 1:30 p.m., me acosté para tomar mi “siesta energética”. Al cerrar mis ojos, nunca pensé que jamás vería la puesta del sol de nuevo. Alrededor de las 3:00 p.m. salí nadando de mi reino de los sueños a un toquído insistente a mi puerta. “Despierta, el Comandante quiere verte en su oficina.” Dos oficiales de escolta estaban a mi puerta, y sabía que era para expedir, o más bien, notificarme, que se me había dado fecha de ejecución. Extraoficialmente, otros guardias me habían “notificado” en la forma acostumbrada semanas antes. Mi fecha sería el 16 de Junio.

Ya en la oficina del Comandante, me senté rodeado por oficiales que buscaban una emoción morbosa. Yo estaba calmado y contesté las preguntas usuales sobre las últimas comidas. “¿Te encuentras bien?” “¿Necesitas un consejero espiritual?” “¿Recibes visitas?” Etc., etc.

Regresé a mi jaula en la Sección F, el peor lugar de este infierno. Una vez allí, sentí una oleada de simpatía llegar de parte de mis compañeros de las 84 jaulas. En su silencio, fue evidente que sabían y sentían mi dolor.

Entré a mi casa y empaqué mis raquíticas pertenencias para ser llevado a la Sección de Espera de Ejecución en la Sección – A. Me detuve durante cortos períodos para decir adiós a mis amigos, los cuales, probablemente, no volvería a ver. Mi hermano, Tool, empezó a cantar “In This River” [“En Este Río”] escrito por Black Label Society. Este es un canto muy personal para mí, y él lo sabía. Será mi última expresión de partida para aquellos que amo al ser tocado en mi funeral. Al cantar con fuerza la lírica, empecé a llorar…por amor hacia él, a causa de mi situación, por mi esposa…tantas emociones que caían como cascada sobre mí. Él dijo, “Vamos hombre, canta una vez para Jen (mi esposa)” pero no podía hablar. Espero que él sepa por qué.

Terminé de empacar y estaba platicando con Robert…Sabíamos que una vez que yo dejara la Sección-F y me fuera a la Sección-A, no podría ver la puesta del sol, porque estos tiranos colocaron la Sección de Espera de Ejecución en celdas que solo pueden ver paredes de concreto, no los campos.

El equipo de escolta llegó a la sección alrededor de las 4:00 p.m. para mudarme. Les pedí que esperaran un par de horas para que yo pudiera ver mi ÚLTIMA puesta del sol. Ellos se mostraban comprensivos, pero tenían que hablar con el alto mando. Así que se retiraron. Poco después, la Sargento Farris regresó para hablar conmigo. Me dijo que habían decidido que NO podía quedarme. Me encontraba en un estado emocional. Dije “bien” y volví a hacer la petición, expresándola en forma pacífica. Realmente no quería problemas. Simplemente deseaba ver mi última puesta del sol. Solo un par de horas de retraso. Por favor.

Se alejó, y el alto rango mandó otros tres oficiales para hablar conmigo. Todos me estaban diciendo que querían hacer el cambio antes de que salieran de su turno a las 5:30 p.m. Enloquecí y reusé moverme. Pensé que entenderían lo importante que esto era para mí. Equivocado. Lo que pasó a continuación fue algo no planeado; simplemente sucedió, desenvolviéndose en la forma que sucedió.

Un equipo de seis hombres llegó a mi puerta, con otros cinco o seis oficiales. Todos tenían una armadura , escudos y gas lacrimógeno. Dos tenientes y dos sargentos se encontraban allí, junto con otros agregados buscadores de emociones. ¡NO quería ir de este modo! Simplemente quería, no - necesitaba, ver esta puesta del sol. Nuevamente intenté decir esto al Teniente Tolly. No me escuchaba. Anuló mi petición con “PRISIONERO TAYLOR, USTED SALDRÁ O AGENTES QUÍMICOS SERAN USADOS.” Estaba totalmente mudo. ¿Cómo podían ser tan irrespetuosos? Me sometí a desnudarme para que hicieran un registro exhaustivo de mi persona y salí de mi jaula. Yo no sabía lo que haría a continuación. Estaba emocionalmente desecho. Simplemente caí al piso e intenté separar mis emociones. Pero la única emoción que permaneció fue la ira. ¿Cómo se atrevía esta gente tratar a un ser humano de esta forma? Intento ser respetuoso hacia estas personas. Once años en el Pabellón de la Muerte, y nunca he agredido a un oficial.

Mientras que todos los demás prisioneros estaban pateando sus puertas, enojados ellos mismos, el equipo anti-motines intentó levantarme una vez que hubieron puesto las esposas y los grilletes. Pero soy un hombre fornido, pesando 250 libras y muy sólido. Así que me dejaron caer…y volvieron a levantarme. Deberían haber conseguido un tablón para cargarme, pero el Teniente Tolly estaba terco a ser…bueno, el Teniente Tolly.

El cargar a un hombre por sus brazos y pies, boca abajo, pone todo el peso sobre la muñeca. El Teniente Tolly conoce bien esta táctica. Grité a causa del dolor; verdaderamente pensé que mis muñecas estaban por fracturarse y empecé a oponer resistencia. Por lo tanto me aventaron al piso, cara primero, y pusieron el peso colectivo de seis hombres sobre mi espalda y mis brazos. El Teniente Tolly dijo: “Déjenlo oponer resistencia, no va a ir a ningún lado.”

Una vez que me calmé, me volvieron a levantar, y nuevamente el dolor se volvió intolerable. Empecé a luchar de nuevo y me volvieron a aventar. Eventualmente me pusieron sobre una camilla y me arrastraron a la Sección-A. Una vez que me desempacaron en mi nueva casa, quitaron las esposas y yo podía ver que mis muñecas estaban sangrando e inflamadas. Me quejé, y realmente tomaron fotos. Pero, claro, todo el incidente fue culpa mía.

Para ser honesto, no creo que esos 6 hombres del equipo de extracción intentaban lastimarme. Pero, pesando 250 libras, no había forma de que saliera ileso en la forma que el Teniente Tolly les dijo me cargaran. Todos ellos me han dicho que no estuvieron de acuerdo con la situación. Ellos pensaron que fue estúpido y cruel. Podía ver la sinceridad en sus caras. Yo no culpo a los hombres en el equipo, ya que ellos solo fueron un instrumento del alto mando.

¿Cómo no podían tomar en cuenta el estado emocional en el que me encontraba? ¿Sin mencionar el hecho de que no he podido escribir a nadie en más de un mes, salvo a mi esposa, cuya dirección tengo memorizada? Verán, el 18 de Febrero encontraron un **XXXXXXXX. Cuando encontraron esto, se llevaron toda mi propiedad, incluyendo mi agenda de direcciones, y aún no se me ha regresado todo eso. Así que, adicionalmente tengo esa situación. No puedo escribirles a mi familia y amigos, y no puedo escribir a las cortes acerca de mi caso. Así que, aquí me encuentro en la Sección de Espera de Ejecución, con menos de 90 días para vivir y sin poder escribirle a mi abogado. Aún ahora que estoy en la Sección-A, mi estatus de Nivel 2 sigue aplicando, por lo tanto no puedo comprar de la tiendita de prisión, y por lo tanto, no puedo comprar estampillas postales. En buen lío me metí.

Supe que mi esposa y mamá han llamado a la unidad, pero ellos dicen que no saben nada acerca de mi agenda de direcciones, y todo esto está haciendo muy difícil que yo mantenga la calma. Verdaderamente estoy perdido. Simplemente deseo morir en paz. Pero con tal opresión, ¿qué más puedo hacer que rebelarme? ¡NO quiero pelear a esta gente! ¡Quiero estar peleando mi caso! Les he rogado que me permitan lograr el Nivel 1 a tiempo para conseguir estampillas y algo de comida antes de morir, pero no están escuchando. No sé que voy a hacer.

Tengo menos de 90 días para vivir. Intentaré escribir más conforme pasen los días. Gracias por leer esto.

Respetuosamente,

Lee Taylor
#999344


** Nota administrativa: Algunas de las secciones de este articulo han sido editadas.



© Copyright 2011 por Thomas Bartlett Whitaker y Lee Taylor.
Todos los derechos reservados

Thursday, March 3, 2011

La Esquina del 149 – Un Diario desde el Pabellón de la Muerte – Artículo # 4

Escrito por Arnold Prieto, Jr. #999149

“Un Lugar de Muchos Castigos”


Saludos Damas y Caballeros:

Deseo agradecer a todos los que me han mandado correo electrónico expresando sus pensamientos sobre mis artículos. ¡Gracias a todos!

Bueno, deseo compartir con todos algo que desde el principio he encontrado ser bastante vergonzoso. Durante todo mi tiempo aquí en prisión he visto hombres pasar a través de varios cambios mentales, desde depresión hasta literalmente escuchar voces o ver cosas que no existían. En este lugar hay muchos esquizofrénicos; algunos llegaron al Pabellón de la Muerte locos, y los demás fueron hechos así por este lugar. Este es verdaderamente un proceso triste por el cual hombres ya maduros pasan. Ser testigo de dichas cosas que le suceden a otros siempre me había hecho pensar que ellos eran “las mentes más débiles” de la vida de prisión, los cuales no podían manejar su realidad. Sí, ese solo pensamiento siempre me hacía avergonzarme por dentro, porque me hacía sentir que minimizaba a otro ser humano. Pero me repetía a mí mismo que existen cosas de las cuales simplemente no tengo control. En este caso, su estado mental. “Nunca perdería mi habilidad de ver las cosas tal cual eran”, me dije a mí mismo.

Al comienzo de Octubre del año pasado, empecé a notar que estaba teniendo que “rodar mi cuerpo” para salir de la cama. Al principio pensé que era hora de volver a sacudir mi colchón para emparejar las protuberancias de adentro. No era mucho trabajo. Bueno, sí dormí mejor después de hacer esto, pero seguí notando que estaba teniendo que forzar mi cuerpo a salir de la cama. Tal vez no estaba yéndome a dormir lo suficientemente temprano. Dormir realmente no era problema porque me podía quedar dormido con facilidad. Para cuando me di cuenta, ¡estaba durmiendo 14 o más horas al día! Y así lo hice por más de una semana. La gota que derramó el vaso fue cuando empecé a sentir como si plomo me estuviera evitando mover. Ahora me estaba preocupando, por lo tanto pedí que se me hiciera un examen completo de sangre. ¡Tal vez tenía alguna enfermedad o un tipo de cáncer! Mientras estos pensamientos corrían por mi mente, me sentí aún más cansado.

El examen de sangre regresó negativo, y según el doctor, estaba tan sano como un caballo. Pero seguía sintiéndome raro y como si no fuera yo mismo. Un día en Diciembre, estaba platicando sobre esto con el residente sábelo-todo (ejem) en el patio de recreación exterior. Me sugirió que pidiera ver al médico psiquiatra, lo cual, de cierto modo, me hizo enojar bastante, porque me estaba llamando mente débil. (Claro, todo estaba en mi cabeza solamente; yo sé que él no insinuaba tal cosa).

Me explicó la diferencia entre depresión y retraso mental, lo cual, para mí significaba lo mismo en ese momento. Quiero decir, el doctor psiquiatra es un doctor de la cabeza, ¿verdad?

Para este tiempo estaba teniendo que “forzarme” para llevar a cabo la tarea más mínima, especialmente salir de la cama. Tomando el consejo de T, mandé mi petición para ver el médico psiquiatra de la unidad.

Un hombre que se hace decir “Dr.” Estes me sacó poco después de escucharme lo que yo le describía, y la forma en que me sentía. (No es realmente un médico, sino tiene maestría en Consejería. Simplemente le gusta que la gente lo llame Doctor Estes” y odia cuando una persona intencionalmente lo llama “Señor”) Su respuesta fue que estaba sufriendo la etapa inicial de TDM (Trastorno Depresivo Mayor) y dijo que podían ponerme en tratamiento con medicamento. He de haber tenido una mirada de horror en mi cara porque se rió. ¡Al instante le dije que no tomaría ningún tipo de medicamentos! Si había alguna otra cosa que se podría hacer, quería probar con eso primero. Respondió que me mandaría información sobre la depresión y los medicamentos usados para combatirla.

El uso de medicamentos estaba totalmente fuera de discusión. Me dije a mi mismo que tendría que simplemente dejar la depresión o hacer alguna otra cosa. Después de tomar un examen de 400 preguntas, el Dr. Estes dijo que programaría una visita con el psiquiatra principal. Mientras tanto, yo debería leer la información que me mandó. Después de hablar con Thomas y el Sr. Whiteside (un pastor que es mi amigo), mi terquedad en cuanto a tomar el medicamento menguó un poco. Al final, quiero decirles que tomé la decisión correcta de intentarlo.

¡El 10 de Enero, tuve una experiencia muy padre que jamás hubiera imaginado experimentar! ¡Me sentí como un hombre cavernícola viendo la televisión por primera vez! Tuve una teleconferencia médica con un Doctor Nathan en Galveston. Nathan parecía ser un buen tipo. Me hizo un montón de preguntas las cuales contesté honestamente y también me preguntó acerca de ser medicado y por qué no estaba seguro sobre eso. Le expliqué que he visto hombres tomar medicamentos y simplemente malgastar sus vidas durmiendo. Me explicó los efectos secundarios de un medicamento llamado un SSRI [medicamentos que inhiben la absorción de serotonina en el cerebro], y cómo no debería provocarme más sueño que el que tenía antes de mi episodio. También repasó todo el tema de la depresión y la forma en que funcionaría el SSRI. Al final, acepté tomar Celexia a una dosis mínima. Le di mi palabra que lo probaría por lo menos cuatro semanas, después de las cuales decidiría continuarla o no.

El 13 de Enero a las 10:00 a.m. recibí mi primera pastilla. Un genérico de Celexa de 20 mg, el cual tomé durante 10 días y después subieron la dosis a 40 mg. Ahora la enfermera de medicamentos me la trae a las 10:00 p.m. cada noche, cuando hace sus rondas para repartir medicamentos.

Al principio, me sentía avergonzado porque la enfermera se detenía en la puerta de mi celda y me llamaba por nombre y número. Ya que muchos de los muchachos que reciben medicamentos son casos de loquera, no me gustaba estar en la misma categoría que ellos. Ahora, simplemente espero en mi puerta para que no tenga que llamar mi nombre en voz fuerte. Algunas personas que he conocido durante década y media se sacaron de onda por el hecho de que yo estaba tomando medicamentos, y me dieron miradas raras. Bueno…se tendrán que acostumbrar. Thomas me explicó que esto no era algo que se pudiera controlar con voluntad propia, pero una situación de desequilibrio bio químico. Dice que él también lucha con esto, así que no me siento como un débil. Aún así, en ocasiones que le estoy ganando a Scrabble [Juego de formación de palabras] o en una discusión hace un sonido “cuckoo, cuckoo” [sonido haciendo alusión a estar loco] para mantenerme en línea, el tonto. También, más adelante, me mandó el libro de Ken Kesey “One Flew Over the Cuckoo´s Nest”[es un libro sobre un pabellón psiquiátrico], aunque afirmó que fue una coincidencia. Bueno, todo lo que tengo que decir sobre esto es, vuelvo a ser el mismo de antes, y él está perdiendo su cabello y tiene úlceras. ¡Jajaja!

El Dr. Nathan me informó de los posibles efectos colaterales al tomar esta droga. De toda la lista, solo dos me han pasado. En la primera semana, en ocasiones tenía dolor de cabeza durante el día. El segundo es de naturaleza más personal. En cierta forma es cosa buena, porque, desafortunadamente no me aprovecha de nada aquí en prisión, y simplemente lo dejaré hasta allí.

¡Ahora, 49 días después, tengo la fuerza para saltar de mi cama como palomitas de maíz, en vez de rooooooooooodar para salir de mi cama como uno de esos animales que se mueven sumamente lentos! Una vez que me levanto de la cama, mi ratoncito dentro de mi cabeza está en posición de atención junto a su maquinaria, listo para un día lleno de actividad. Me siento como la persona dedicada de antes. Simplemente no me di cuenta de lo profundo que me encontraba en esta depresión hasta que empecé a sentirme como yo mismo de nuevo. Hasta recientemente compartí todo esto con mi esposa Lisa y mi mamá. Mi lado machista sentía demasiada vergüenza para compartir mi diagnóstico y el medicamento que se me recetó a las dos mujeres que más amo en mi vida. Simplemente no deseaba que pensaran que se me estaba botando la canica estando dentro de este lugar, y por lo tanto preocupándolas en el mundo libre, lo cual no es bueno, pero tampoco es mentirles.

Mi próximo paso fue encontrar el “como” fue que me encaminé hacia la senda de la depresión. Siempre me mantuve ocupado. Tomaba recreación diariamente y no tenía mayores preocupaciones que el otro hombre. Rápidamente me di cuenta que tenía que observar fuera de mi persona para poder comprender cuál era el asunto. ¡Noté que siempre había estado viviendo entre hombres deprimidos y de mentes dañadas en los últimos cuatro años! Por ejemplo, ahora vivo al lado de Jonathan Green, el cual toma un coctel de drogas que lo mantienen dormido 24 horas al día, con excepción de la hora en que come. Se levanta todo el tiempo sin saber qué día es. Es un paciente psiquiátrico con problemas serios. Mi otro vecino era, hasta el mes pasado, un esquizofrénico que siempre creía que otros murmuraban y tramaban en su contra. No soy rápido en acusar a otros por lo que he estado sintiendo, pero no puedo más que pensar que estar rodeado por personas como esas tiene un efecto fuerte sobre mi persona. Verlos sufrir te puede quebrantar.

Por lo tanto, la pregunta que continuamente me hago es: “¿Realmente me afectó en un nivel tan profundo vivir rodeado por individuos con tales enfermedades mentales durante 4 años, que cambió mi estado mental?”

El Pabellón de la Muerte de Texas: un lugar de muchos castigos….

Arnold Prieto Jr.


© Copyright 2011 por Thomas Bartlett Whitaker y Arnold Prieto Jr.
Todos los derechos reservados