Wednesday, August 20, 2008

Recobrando Mi Credibilidad (Referencia a la historia de Pedro y el Lobo)

Agosto 20, 2008

No estoy seguro de cómo empezar esto. Hoy ha sido un día extremadamente difícil. No me he sentido así desde mi juicio. Me sentí totalmente derrotado, como si todo esfuerzo en hacer lo bueno carecía de sentido. Lentamente he ido reconstruyendo mi vida en estos últimos cuatro años, un pedazo de madera que va a la deriva a la vez. Todo se vino abajo con una sola pregunta:

“¿Por qué deberíamos de creerte cuando dices que has cambiado?”

Esta pregunta fue hecha por la Srta. Lisa Ling, reportera del programa “The View” de la estación de televisión ABC, que fungía en el papel de entrevistadora especial para el Show de Oprah Winfrey. Mi papá ha sido invitado a Chicago para participar en el programa de la Srta. Winfrey, el cuál saldrá al aire en algún día del mes de Octubre. Se me pidió una entrevista, lo cual consistentemente he rechazado cuando se me ha pedido de parte de los medios de comunicación locales. Por alguna razón extraña, pensé que tal vez podría ayudar a mi papá con esto; tener una oportunidad para mostrar que Dios, en verdad, sí cambia a las personas. Soy tan tonto. Las cámaras me aterrorizan. Debía haberlo sabido.

Permítanme crear el marco un poco. Los miércoles, las horas normales de visita se acortan hasta solamente las 12:00 p.m. para que tengan la oportunidad los entrevistadores de medios de comunicación de llevar a cabo sus entrevistas. Nunca he participado en una de estas, pero sabía que no me llamarían hasta el mediodía, para poder tener suficiente descanso, ¿verdad? Equivocados. Reviví el día del juicio. Se me accedieron aproximadamente cuatro horas, todas en trozos de quince deprimentes minutos, aventados como migajas. Estoy seguro que pueden entender el grado de tensión que puede causarle a un individuo estar en televisión nacional. No entiendo cómo pueden los políticos hacer esto a diario. Me imagino que se acostumbran. “Dios”, oré, “simplemente dame las palabras para honrarte a Tí.” Eso era todo lo que deseaba. No sé en qué forma Él vaya a usar mi balbuceo torpe para bien, pero me imagino que eso es un asunto que le corresponde a Él.

Nunca me he sentido cómodo entre multitudes. En la preparatoria, participé en un equipo de Odisea de la Mente que ganó los regionales y se fue a estatales. El concurso se dividía en dos partes: la primera parte requería que construyéramos un robot que funcionara; la segunda, usar el robot en una obra de teatro. Es un concurso diseñado en ampliar todas las facetas del intelecto de una persona. La multitud era enorme. Empezé a sudar frío, y hasta estas fechas no entiendo cómo logré llegar hasta el fin. Cuando, por cualquier razón, tú crees que necesitas trabajar realmente duro para lograr ser aceptado, la tensión para lograr esto se multiplica cuando la multitud se multiplica. Más personas = más expectativas=más ojos enjuiciándote…y una cámara es la multitud más grande que pueda existir. Nunca parpadea. No se pierde de nada.

El equipo de camarógrafos era profesional. Igualmente la Srta. Ling. Frecuentemente me he preguntado quiénes son los entrevistadores al apagarse las cámaras. Durante la entrevista, me preguntaba constantemente…”¿Estoy hablando con la verdadera Lisa Ling? ¿Es simplemente el personaje que tiene que adoptar para llevar a cabo su trabajo? ¿Me odia? ¿Me quiere muerto?” Seguía pensando que su mirada se veía como lastimada, y me pregunté si esto era mi culpa. Me imagino que mi primera impresión fue que parecía como si no creyera una sola palabra de lo que yo estaba diciendo. Más o menos, ese es mi dilema, ¿no es verdad? ¿Cómo haces para que te crean cuando creaste fama de mentiroso?

¿Siquiera es posible? He hecho todo lo que viene a mi mente para expresar mi tristeza por lo que pasó el 10 de Diciembre. He admitido mi error, tanto en la corte abierta como aquí, en el fórum más grande de la historia universal, el internet. Me hicieron notar, durante la entrevista, que podría escribir cartas personales a algunas personas…y están en lo cierto. Claro, que esta idea ha pasado por mi mente. Lo he discutido con mi papá, en cuanto al tiempo adecuado para hacerlo. Me imagino que pensé que estas personas no querrían saber de mí. Quiero decir, mi nombre es cáncer…pensé que se sentirían…no sé, airados (?) si yo les escribiera. Sin embargo, lo voy a hacer. Por favor, díganme, ¿qué más puedo hacer? Estoy hablando en serio. No me sé explicar muy bien. A veces la gente me hace preguntas…y simplemente no conozco las respuestas. Estoy tratando de hacer lo mejor que puedo con este desorden, pero obviamente no es suficiente. No sé cómo poner en palabras lo arrepentido que estoy. ¿Piensan que puedo escapar del pasado, aún por unos cuantos minutos? ¿Saben lo que es recibir la charola de comida de mediodía, y cuando se agachan sobre ella y la huelen, el único olor que les llega es el dominante hedor de sangre y pólvora? ¿Saben a lo que huelen las monedas de cobre quemándose? ¿Alguna vez han puesto salsa cátsup en un hot dog, solo para alucinar y perder el apetito porque tenía parecido a sangre? Cuando estuve en México, tenía un cuaderno de composición. Intenté anotar en papel lo que estaba sintiendo, pero no podía, así que terminé escribiendo “Lo siento tanto” una y otra vez, hasta que todos los márgenes y hojas estaban cubiertas. Si todas esas hojas no podían explicar lo que sentía, ¿cómo podrían unos cuantos minutos de filmación?

Honestamente, ¿piensan que pasa un día en que no piense en apaciguar a todas las personas que claman por mi sangre? Sería tan fácil hacerles el favor a todos ustedes. Algunos de ustedes me han dado sugerencias. Recientemente regresé al hospital para hablar con los cirujanos sobre la posibilidad de corregir la cirugía fatal que me hicieron. Se me dejó en el cuarto de un séptimo piso, que tenía una ventana de pared a pared. ¿Han sentido la resaca del mar? Cada vez que me acerco a una ventana, siento ese jalón suave; solo que jala a mi corazón. ¿Pueden entender como, tal vez, una persona que ha causado tanto dolor no quiera seguirlo causando nunca jamás? Yo sé que llegará el día cuando mi papá recibirá el aviso de que he muerto. Aún cuando quisiera librarlo de este pequeño y patético circo que tenemos aquí, aún no tengo intención de causarle ese dolor. Ustedes, zopilotes, tendrán que esperar por su comida un poco más de tiempo.

Tal vez no exista nada que pueda hacer. Somos una nación de gente que vive en temor. No siempre fue así. La generación de mis abuelos creían en la bondad inherente del ser humano; que era posible para alguien volver a empezar, renovarse, y llegar a ser grande. Ahora, solamente creemos que la gente está para dañarnos. Iran. Rusia. Ese hombre raro que vive más adelante, que usa ropa rara y escucha a Mars Volta. ¿Por qué es tan difícil aceptar el concepto de la posibilidad de cambio?

Para ustedes que están en sus años 30s, 40s, 50s, piensen hacia atrás. ¿Existe alguna similitud a tiempo en que tenían 23 años? ¿Aún en lo mínimo? Entonces, ¿por qué es tan imposiblemente difícil creer que alguien (no necesariamente hablando de mí. En verdad, la pregunta es más bien retórica) puede cambiar, si esto pudiera corregir el curso de su vida? ¿Qué es lo que les cuesta creer en mí? Me crean o no me crean, Texas me va a ejecutar en unos cuantos años. El Proceso de Apelación es una farsa en Texas. Sus creencias no cambiarán eso. Si eligen creer solamente lo peor de las personas en todo tiempo, están haciendo TANTO DAÑO a la bondad potencial del mundo. ¿Cuántos de nuestros triunfos mayores vienen de las manos de hombres que cometieron errores terribles, solo para hacer un esfuerzo consciente de ser mejores? Y por alguna razón, la cuál es totalmente inexplicable para mí, parece que el peor de todos estos lleva el nombre de un hombre cuya razón principal de su existencia fue podernos dar una segunda oportunidad. ¿No han leído, oh “Cristianos” de Pablo, cuyo nombre anterior fue Saulo? Cazador y ASESINO de Cristianos… ¿Quién le hubiera creído que Dios le había hablado en camino a Damasco? Mucho no le creyeron, y esos verdaderamente se perdieron de la mente brillante de esa sola persona que fue una de las responsables de que en este día ustedes conocieran a un hombre llamado Jesus de Nazaret. Unos cuantos, sin embargo, creyeron su palabra. ¡Qué recompensa por haberle creído a un hombre! Por ningún motivo pretendo ser Pablo. No tengo un testimonio, aún cuando Dios me llamó estando en México, no en Damasco. No dijo mi nombre desde una nube. Lo dijo cuando una pistola que sostenía a mi cabeza no se disparó. Puede ser que hable sobre esto en alguna otra ocasión. Simplemente no tengo ganas en este momento. Pero SÉ que he cambiado, y también lo saben aquellos que me conocen.

Cambio. Es como la moneda que solamente aceptamos de las personas a las que amamos. Cuando nuestros jóvenes hijos o hijas se meten con las drogas, los padres rápidamente afirman con vehemencia que pueden dejarlas. Cuando una amiga del trabajo se presenta con otro ojo amoratado, rápidamente comenta que su novio “está tratando de dejar de hacerlo”. Pero cuando se trata de algún vándalo convicto intentando mostrarle al mundo que él no es la suma de los peores momentos en su vida, corremos aterrorizados, lamentando su falta de habilidad para sobreponerse, mientras que a la misma vez revelamos el drama en secreto. ¡Monstruo! ¡Villano de sangre fría! Qué satisfacción se ha de sentir tener esa indignación justificada. Cuando me coloquen bajo la tierra, espero que puedan reconocer el hecho de que la inseguridad en su mundo no desapareció. Sus recibos de pago aún existen. Sus problemas persisten. Espero que puedan identificar el pensamiento de que alguien acaba de morir para…. ¿qué? Y espero que no se muevan simplemente hacia el próximo blanco, cualquiera que sea.

Tan cansado. Desesperadamente quisiera poder ayudar a alguien. He llevado mi vida en los últimos años en tal forma, que según mi forma de pensar, es moral. Doy el 10% de todas mis donaciones (En realidad es mucho más que eso, pero nunca he sido alguien para hacer sonar mi propia trompeta, así que no hablo de esas cosas aquí). He intentado alcanzar a aquellas personas que se han sentido como yo me sentí mientras crecía. Si ustedes no creen nada más de lo que escribo por el resto de mi vida, crean esto: Existen muchas replicas de mí en el mundo. Personas erosionadas por las tormentas de arena de soledad, vacío, despropósito, y todos los caprichos de este mundo valiente, nuevo y moderno, hasta el punto de quebrarse. No soy profeta. No tengo títulos elegantes. Nunca he hecho peregrinaje a la Tierra Santa para recibir sabiduría. Probablemente no tengo la capacidad para ayudar a nadie, pero de todos modos estoy tratando. Y hay personas que están respondiendo. Sin embargo, en su mayoría, evito llevar tal información ante el ojo público. El punto que intento hacer es este: Sí tengo un testimonio. Tal vez no sea un testimonio para todos… ¿Pero, qué testimonio hay que es para todos?

No creo en mí mismo. Nunca lo he hecho. Así que, es muy difícil tener la autoconfianza de que siempre voy a hacer lo correcto. Sin embargo SÍ confío en que Dios puede usar mis balbuceos en una forma constructiva. Tengo que creer que Él tiene un plan. Y cualquiera que sea ese plan, no se podrá llevar a cabo a solo que abra mi boca. Lo siento mucho si no soy elocuente. Colocarme frente a la cámara es como ver Chernobyl. Cuando se prende esa pequeña luz roja, mi corazón se baja hasta mis zapatos y mi lengua se estira para pedir la parada al taxi que va hacia el aeropuerto. Me siento como se ha de haber sentido Moisés parado frente a la zarza ardiente, volteando sobre su hombro y diciendo: “¿Quién, yo? Este…, estás bromeando, ¿verdad?” Nunca he sido bueno en esto. Mi esperanza es que algunas personas puedan ver más allá de mis tartamudeos hacia lo que quise decir. También estoy al tanto de que las respuestas de 15 segundos de sonido no equivalen ni al 1% de la respuesta real, cuando se relaciona a los seres humanos. Todos sabemos esto, ¿no es así? ¡Bah, qué relajo!

Después de la entrevista, me arrastré hacia mi celda, totalmente exprimido. No me había dado cuenta de lo mucho que se había atrofiado mi habilidad de socializar. Es cosa curiosa la pérdida del arte de la conversación. Me imagino que es otra víctima de las condiciones de aislamiento. Puede unirse a sus compadres: contacto humano, orgullo y comprensión en cuanto al espacio personal de aquí en adelante.

Entiendo que Fred Felcman, el Asistente del Fiscal de Distrito que me procesó va a estar en el programa. Espero que el Sr. Felcman escuche a mi papá, por esta sola vez. Antes de que muera, quisiera poder hablar con él solo por unos momentos. Quiero decirle tantas cosas. Que no lo odio. Que oro por él. Que su forma de actuar solo conduce a más dolor y más muerte…no sé cuántas cosas más le diría. Simplemente me da la impresión de que es un hombre que tiene una terrible necesidad de un amigo. Espero que mi papá le pueda llegar al corazón. Realmente lo deseo. Espero que pueda llegar al corazón de todos ustedes también.

En verdad, en verdad que lo deseo.

“Era un muchacho de solo veintidós años,
Ni bueno, ni malo,
Simplemente un muchacho como tú –
Y ahora estoy perdido; demasiado tarde para orar
He pagado el costo
En la Carretera Perdida.”


Leon Payne “Carretera Perdida” 1949

© Copyright 2008 por Thomas Bartlett Whitaker.
Todos los derechos reservados.

Saturday, August 9, 2008

A La Orilla Del Agua

Agosto 9, 2008 – 8:45 p.m.

No estoy seguro si han notado que últimamente he estado hablando mucho acerca de Dios. Vienen a mi mente varias razones en cuanto a este comportamiento. En primer lugar, probablemente no es de sorprender que alguien que está enfrentándose a la muerte, en manos del Estado, querría poner en orden su pasaporte espiritual. Si fueran diagnosticados mañana con un tumor inoperable, estoy seguro que ustedes se dedicarían a acciones similares. Las personas siempre se burlan de los prisioneros por “aferrarse de la religión”, relegando tal conducta al lamentable reino del cliché. Sin embargo, buscar a un ser superior en momentos de problemas es un procedimiento bastante estandarizado para nosotros los humanos. Por lo tanto, no estoy seguro por qué existe un doble criterio aquí. En segundo lugar, estoy extremadamente insatisfecho con muchas de las “respuestas” que recibo de las personas en cuanto a mi elección de fe. Parece que vivo en mi propio y perpetuo Jardín de Getsemaní. (después de todo, mi nombre es Tomás, y parecería que fui adecuadamente nombrado. Tomás, el que dudó, fue el discípulo de Cristo que no podía creer en la resurrección hasta que hubiera “visto las marcas de los clavos en Sus manos y puesto su dedo en ellos y metido su mano en el costado.” ¡Ah, mi antiguo amigo empírico! ¡Qué suerte tuviste de tener la prueba a tu disposición!) Por último, y esta puede ser la razón principal, ¿en qué más puedo pensar durante todo el día? No es como si tuviera acceso a mucho material aquí. No hay cajas tontas (televisión) para mantener mi mente adecuadamente entumecida y distraída. Devoro mis libros con tal rapidez que casi ni los saboreo. Cuando se han ido los pequeños pedazos de migajas del mundo libre que me han aventado, ¿qué más me queda? Créanme, he analizado cada micromilimétrico cuadro de mi jaula. No existe un solo detalle que ha escapado de mi vista. Byron dijo en una ocasión: “Hasta mis cadenas y yo hemos llegado a ser amigos”. Creo que por fin entendí lo que quiso decir. Me ha tomado tres años, pero por fin entiendo.

No es de sorprender que lo que te queda es tu mismo. No sé si es típico o no, pero he pasado horas, días, semanas, meses, y sí, años, peinando a través de las ruinas de mi vida, lanzando los desechos a un lado en búsqueda de las pequeñas piezas de oro de sabiduría. Este es un castigo que nunca mencionan cuando hacen mención sobre los prisioneros y la Pena de Muerte. Pero les digo, para algunos de nosotros, no hay castigo mayor ni más difícil de aguantar, ni más putrefacto para el alma. El desgaste del alma es un arte, y ya soy un maestro de tal disciplina. El dolor físico es una cosa. Esto es diferente. Algo que desafía las palabras, porque las palabras simplemente son racimos de palabras diluidas y fonemas que han tomado el lugar de algo más elemental. Simplemente pasan rosando sobre la superficie de un mar de algo con mucho más significado. El infierno, para la mayoría de las personas, es un concepto vagamente siniestro, algo en lo cual no hay que pensar ahora, sino más adelante, tal vez. Para mí, significa algo totalmente diferente. Es la vida.

Pensar en Dios puede ser que sea el único enfoque en tales circunstancias. He mencionado anteriormente las pocas oportunidades que existen de poder platicar con alguien con un vasto conocimiento en los caminos de la religión. En ocasiones pienso que esto es bueno, cuando tengo puesta mi chaqueta de cinismo. Sin embargo, existen unos cuantos voluntarios a los que el Departamento Correccional de Texas les permite entrar a nuestras áreas. Uno de ellos viene de una Iglesia de Cristo local. Su nombre es Ray Harrison. No siempre estoy de acuerdo con él en temas de teología, pero nunca se los remarco, porque está haciendo algo verdaderamente grande, y ¿por qué quisiera yo manchar eso? Hace como un año me simplemente me preguntó si había sido bautizado. “¡Oh, no, aquí vamos!” pensé, conociendo la posición que toma la Iglesia de Cristo en cuanto a este tema. Sin embargo, no me interrogó sin piedad en cuanto a mi bautizo por aspersión cuando bebé, en la iglesia Metodista. Simplemente me preguntó si me gustaría ser re-bautizado. Pensé por un momento y decidí que sí, me gustaría hacerlo. Obviamente pasó buen tiempo para poder arreglar todo, pero hace unas cuantas semanas pude ser re-bautizado.

Llegó como total sorpresa – no tenía conocimiento en cuanto a la fecha ni nada de eso. Me sorprend{i mucho cuando un equipo de escolta, que consistía de un oficial varón y una hembra, se presentó a mi puerta alrededor de las 8:00 p.m. A esta hora, la unidad prácticamente está cerrada, así que mi impresión inicial fue: “¡Oh, esto no puede ser bueno!”
-“¿Quieres ser remojado?” preguntó la oficial hembra (favor de insertar un acento Tejano, verdaderamente marcado, para lograr un efecto completo). Simplemente me le quedé mirando, tratando de entender qué diablos quería decir con este comentario bastante singular. Pasé sus comentarios a través del filtro, analizando lo que conocía de ella, lo cual básicamente equivalía al conocimiento de que ella era el tipo totalmente incapaz de poder usar una metáfora, así que tenía que ser algo sencillo. Eventualmente, comprendí.

“Claro, permíteme un segundo.”

“Quítate tu ropa y deja solo la ropa interior, y después déjanos continuar nuestro trabajo, poniéndote las esposas.” (de nuevo, con el acento). Si no pareces poder introducirte al personaje adecuado para esto, imagínate masticando un pedazo de popote, viendo el sol bajando sobre una pradera, sin ser partida por alguna estructura, salvo una perforadora de petróleo trabajando en moción lenta. ( ¡Yee Haw!)

La modestia muere una muerte rápida y violenta estando en prisión. No hay un solo segundo en la vida de un prisionero en la que no se le pueda ordenar quitarse todo hasta dejarle en su traje con el que nació para ser registrado. Sucede todo el tiempo, por una variedad de razones. Tal vez el guardia fue taladrado por su señora y se está sintiendo un cuanto castrado. ¿Qué mejor forma de reafirmar tu alfa masculinidad que demandar que otro hombre deje caer sus trusas? Tal vez una guardia hembra simplemente quiere verte desnudo. Cualquiera que sea la razón, puedes elegir obedecer o no obedecer. Si decides que preferirías no participar en la presentación penal de striptease, prepárate para ver la entrada de la brigada de tontos con grandes palos y escudos. Por lo general, yo prefiero estar desnudo pero sin contusiones. ¡Como son las cosas! A estas alturas, ya estoy acostumbrado. Me quité mi camisa y calcetines y me puse mis sandalias. Lentamente me coloqué de reversa en la puerta para que me pudieran esposar a través de la ventanita. No estoy seguro qué esperaba ver. ¿Usarían un lavamanos? ¿Una manguera? Ciertamente no esperaba llegar al pasillo central y ver una masiva alberca de plástico azul lista para usarse. En ocasiones, las primeras impresiones son difíciles de recordar. Conociéndome, mi primer pensamiento probablemente se encontró en el reino de lo pragmático: “¿Cómo pudieron meter eso aquí adentro?” Cavilé también que iba a ser un dolor real en el trasero tener que sacar toda esa agua. Tres empleados se encontraban sentados a un lado, con expresión de aburrimiento. Les eché una mirada rápida de conmiseración, sin poderles realmente decir que sentía mucho que ellos tuvieran que hacer todo ese trabajo. La mirada que me regresaron decía: “Hey, ¿qué le puedes hacer?”

Ya se encontraban una serie de charcos en el piso, lo cual me llevó a creer que no era el único prisionero que iba a ser “remojado” esa noche. El Sr. Harrison me saludó con una sonrisa y me guió hacia la orilla de la alberca. Eché una mirada a mi alrededor antes de levantar la pierna para entrar a la alberca. Ni se acercaba a lo que sería el Jordán, ciertamente. No creo que Dios se molestaría conmigo al hacer esa distinción, o la intrusión de las esposas al ritual. Vida…que viaje tan extraño. Generalmente pienso/digo tales cosas con un toque de sarcasmo amargo, pero no sentía nada de eso en ese momento. Al sentarme en el agua, con mis manos esposadas detrás de mí, todo lo que realmente sentía era… ¿contentamiento? Últimamente, en verdad que he estado luchando con Dios. Mucho de lo que hay en la Biblia no hace sentido. Es contradictoria y, en ocasiones, carente de cualquier cosa que sea razonable. Y esa es la impresión que tengo aún desde el punto de vista de que la Biblia debe leerse como una alegoría (¡Dios me salve de los fundamentalistas y literalístas en todas las religiones!) En ese momento, sin embargo, mi confusión se derritió dentro de la certeza de que Dios aún sigue presente en este mundo, y que no soy insignificante. Puede que aún no logre verlo muy bien, simplemente una figura a través de la niebla, pero en ese momento no parecía tan masivamente importante. De hecho, sí fui “remojado”, así que creo que la guardia hembra había escogido el verbo correcto, después de todo. Me levanté, chapoteando y escurriendo, y sintiéndome bastante bien en cuanto a las cosas. Lo mejor de todo – el guardia varón que me escoltaba, el cual previamente había sido una verdadera persona non-grata para mí durante los pasados 18 meses, me dio una palmada en la espalda. Tiene brazos como jamones, así que se sintió como un evento sísmico. “Solo se pone más difícil de hoy en adelante,” me dijo sonriendo. No pensaba que sus músculos faciales tenían la capacidad de tal cosa, y me hizo sonreír. Simplemente asentí con la cabeza, lo cual, en estos días, parece ser mi respuesta normal a muchas de las cosas.

Entré a mi sección, y recibí la apropiada y buen humorada tomada de pelo por estar empapado. Mi vecino de unas celdas más adelante pensó que era particularmente gracioso, y tuvo la ocurrencia de decir algo como: “¡Ey, parece que el hombre blanco intentó escaparse por el lago! ¿Qué pasó? ¿Te cansaste?” El hombre tierno al que hago referencia parece un gran oso de peluche; un oso de peluche que tiene que ponerse de lado para poder pasar por su puerta. Es tan gordo que él podrían hacerlo desfilar por la 5ª. Avenida en el desfile de la Celebración del Día de Acción de Gracias.
Le contesté que sí había llegado al lago, pero que cuando había visto a su mamá tomando un baño de sol, pensé que una ballena había subido a la playa, y fui apresado mientras intentaba llevar baldes de agua para mantener su piel saturada. Se revolcó de risa, y creo que lo escuché decir:”Bueno, sí es una mujer bastante enorme.” El guardia me dio un golpe ligero en la parte posterior de la cabeza. Todo lo que puedo decir es: “Si Dios no tiene sentido del humor, me como mi sombrero.”

Generalmente, cuando hago estos escritos, recibo una mezcla de respuestas. Las cosas negativas rara vez son memorables, y siempre les falta algo que se pueda asemejar a una crítica constructiva. Así que, mientras no estoy terriblemente abierto a consejos sobre ciertos temas, ciertamente estoy abierto a escuchar consejos sobre los temas que se relacionan con Dios. Sin embargo, no necesito simples repeticiones de cosas que puedo leer al simplemente abrir mi Biblia. Modestia aparte, estoy más allá de esa fase. Un ejemplo de los tipos de interrogantes con las cuales estoy luchando: Digamos que nací en la India. Crecí en la religión Hindú. Mis padres me llevaron en un samskara cuando era joven y me fascinaron los conos esculpidos de polvo kumkum rojo y las canastas con pepitas de cúrcuma, las campanas resonando, el murti. Sentí la presencia de los Brahamanes nirguna y el saguna; las historias de Shakti, Ganesha, Shiva y Krishna me cautivan. En otras palabras, como los otros 700 millones de seres humanos, lo entiendo. Llego a ser mayor en edad, y mi religión me enseña a ser un hombre moral. No me gusta robar; busco ayudar a las personas existentes en mi vida. Le enseño a mis hijos a hacer lo mismo. Puede que tenga algunas prácticas que ustedes pueden considerar algo extraño, como rehusar comer carne, pero en general, sigo un código moral que es casi idéntico a lo que Jesús enseñó. Claro, sé acerca de Jesús, ya que India fue gobernada por los Ingleses, y en algunas áreas, por los Franceses. Pero, el Cristianismo es una religión extranjera, y una que, a mi parecer, me causa confusión y es algo belicosa. Siguen aumentando mis años y muero. Sin embargo, estoy satisfecho porque viví mi vida bien, y el mundo es un mejor lugar debido a mi presencia en él. Conozco lo que la Biblia dice en Juan 14:6 “Nadie viene al Padre sino por Mí”. Así que, me están diciendo que cuando yo llegue a las Puertas de Perlas, San Pedro (o quién sea) va a decirme: “Eh, perdón Sr. Patel. Solo los miembros pueden entrar. Sabes, debería haber tomado en consideración nacer en los suburbios Americanos. Así hubiera tenido la oportunidad de escuchar al Sr. Dobson todo el día. ¡Sr. Pat Paterson, venga, venga, lo hemos estado esperando!” ¿Debería la verdadera relación con Dios ser basada en el factor “casualidad” tal como el lugar geográfico de mi nacimiento? Para ponerlo en perspectiva, supongamos que yo viniera a ustedes y les dijera: “Oigan, la religión de ustedes está equivocada. Jesús es una tontería. Permítanme enseñarles acerca de Shiva.” En primer lugar, se van a ofender. Probablemente evocarán imágenes de puntos rojos en las frentes y el uso de curry. Tal vez vendrá a su mente el tipo que saca los corazones de personas mientras grita “¡Kalima!” en el segundo episodio de Indiana Jones. La reacción de ustedes, sin duda, sería algo como: “¿Qué se cree este extranjero para hablarme en esta forma?” Ahora, pregúntense esto, ¿Qué diferencia hay cuando las personas intentan hacer proselitismo en cuanto al Cristianismo? Me imagino que mi pregunta, en concreto, es esta: ¿Qué pasa con los billones de personas que no han sido bendecidas de nacer en naciones Cristianas si se ha de tomar literalmente Juan 14:6? ¿Y la repetición común de las palabras “Dios es amor”? ¿Es este otro misterio más, como el del hombre rico preguntando cómo podría entrar al cielo y la respuesta de que es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja, a la cual Cristo respondió: “Para los hombres, esto es imposible, pero para Dios todo es posible”? ¿O, se me escapa algo? Porque, esto es importante. Habla a la misma naturaleza y propósito de la existencia, porque la respuesta apunta hacia la razón de la creación.

Sin duda, el lector casual se ha dado cuenta de que tengo una afinidad por las citas. No siempre cito con exactitud, y espero que perdonen mis errores. En la mayoría de los casos, estoy teniendo que desenterrar estas perlas del fondo de mi memoria que tiene como diez años de profundidad. Mi cerebro - ¡ah! ¿quien lo puede explicar? ¿Por qué se me pueden olvidar tantas cosas tan sencillas y sin embargo puedo recordar alguna cita oscura de la preparatoria? Está más allá de mi comprensión. La cita que vino a mi mente al estar escribiendo esto viene de T.S. Elliot, y dice algo como: “No existen causas ganadas porque no existen verdaderas causas perdidas.” Parece haber un gran contingente de personas que me ven en esta forma, y últimamente han estado insatisfechos con mi fe. Me imagino que pensaban que este sitio web iba a convertirse en un tipo de fogata evangelística, en donde todos podríamos cantar “Kum-bah-yah” y sentirnos satisfechos con nosotros mismos. Siento mucho que no he progresado como ustedes esperaban que lo hiciera. Les dije desde un principio que no iba a dorar la píldora de ninguna forma en este sitio web. Vuelvo a reiterar mi promesa en este momento. En vez de hacerme a un lado, ¿tal vez podrían encontrarme a medio camino? Estoy seguro que Cristo no se habría perturbado con mi “lentitud espiritual” y se hubiera seguido a la siguiente casa. Mi análisis favorito de lo que significa la vida no fue citado por un Cristiano. Fue citado por el gran Kurt Vonnegut, un humanista. Cuando se le preguntó cuál era su pensamiento en cuanto a lo que era la vida dijo: “Ayudar el uno al otro a través de esta cosa, cualquiera que sea.” Lloré el día que él murió. Era mi mejor amigo en sexto de primaria. Sin embargo, ahora vivo por sus palabras. Tal vez ustedes deberían de intentar hacerlo.

© Copyright 2008 por Thomas Bartlett Whitaker.
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